Novela

Perlas de humor en el Egeo

Ediciones del Viento publica 'La sonrisa olvidada', una ración de humor y cosmopolitismo a caballo entre una isla griega y Gran Bretaña

La escritora londinense Margaret Kennedy.

La escritora londinense Margaret Kennedy.

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

«Fue a la taberna, donde podría sentarse por el módico precio de una abominable taza de veneno negro y dulzón». «Los dos se quedaron discutiendo en el muelle con una ferocidad que los señaló como marido y mujer».

Estas dos perlas humorísticas bien pueden ser calificadas de perlas egeas, ya que pertenecen al libro ´La sonrisa olvidada', novela ambientada en una parte importante de la acción en un rincón perdido de Grecia y publicada en 1961 por la británica Margaret Kennedy.

Ediciones del Viento la acaba de rescatar con la traducción de Miguel Temprano García para que el lector disfrute de esta obra inteligente y cargada de causticidad, envuelta en el aroma de la antigua Grecia, de la mano de unos personajes inolvidables, algunos de ellos tan histriónicos y lamentables como el doctor y profesor universitario Percival Chancellor, el gran erudito de la poesía griega antigua, aunque incapaz de decir dos palabras en griego moderno o de sentir empatía alguna por los descendientes de Píndaro y Homero.

Margaret Kennedy, tan erudita como maestra de la ironía, envía al profesor cascarrabias, con la excusa de una herencia, a Keritha, una isla remota todavía no invadida por la civilización, en la que persisten costumbres que entroncan con la Grecia arcaica.

El inicio de la novela es una delicia, con elementos que recuerdan tanto a la trilogía de Corfú de Gerald Durrell como a la película ´El desayuno sobre la hierba' de Jean Renoir.

En toda ella late un pulso entre la civilización y la tradición, simbolizada por los isleños de Keritha y su olvidada y enigmática sonrisa, la que lucían las esculturas arcaicas griegas, con permiso de la sonrisa etrusca.

La novela navega a dos aguas por este islote del Egeo y el frío Mar del Norte, ya que la acción también se traslada al Reino Unido, un cambio de rumbo que a Margaret Kennedy le sirve para ahondar en el pasado y la personalidad de dos de sus personajes principales.

Esta inmersión en años anteriores evidenciará que nada es lo que parece y proporcionará a la novela un acertado tinte melancólico en su parte final que demuestra los muchos registros de su autora, que saltó a la fama en los años 20 con la novela ´La ninfa constante',

Cierto que la isla griega y sus habitantes son tan atractivos que uno habría esperado más páginas en sus poco holladas tierras, pero el fin de fiesta, una exhibición de alegría antropológica, renueva el brío argumental de esta gran invención literaria de Kennedy, plagada de sabios alérgicos al mundo, despistados seguidores de la belleza, mujeres cosmopolitas y aldeanos que, con su sencillez y pragmatismo, nos dan una lección de vida.