Diario de lecturas

Los chicos malos también escriben

Los chicos malos también escriben

Los chicos malos también escriben

José Luis G. Gómez

‘El Periódico’ celebra las diez ediciones de ‘No hay bestia tan feroz’ (Sajalín, 2009), de Edward Bunker. Ese título y su éxito fueron el pistoletazo de salida de la colección ‘Al Margen’, una de las que más me interesan de todo el panorama editorial español. Casi ninguno de los autores publicados ahí es una persona respetable. La lista es más propia de un tablón de anuncios de una comisaria que de una editorial: Henri Chárriere, Chester Himes, Iceberg Slim, Malcolm Braly, Piri Thomas, James Fogle, Howard Marks y el propio Bunker, entre otros –ahí conviven estafadores, proxenetas, narcotraficantes, atracadores, algún asesino, drogadictos, y eso sí, todos buenos escritores-. Me alegra que aún haya cabida para esta literatura casi marginal tanto en una editorial como en los medios. Quizá sea una buena prueba de que la redención es posible, aunque yo no quisiera ni compartir un taxi con la mayoría de los autores que se publican en ese sello editorial –de todos modos, la mayor parte de ellos están muertos-. Muchas de estas páginas fueron escritas desde la incomodidad y el tedio de largas estancias entre rejas, por lo que mucho de este material es literatura penitenciaria. Seguro que ese género nos ha dado mucha basura ilegible, pero aunque solo sea por la selección de Sajalín se puede decir que merece un segundo juicio.