El México más negro de Paco Ignacio Taibo II

Existe una rama de la novela negra en la que el protagonista principal no es el detective, la víctima, ni siquiera el vaporoso asesino. Asienta esta rama su razón de ser y su atractivo en el poderoso ambiente que se respira en sus páginas, capaz de encandilar al lector, hasta el punto de que lo de menos sea la resolución del misterio.

A este selecto grupo dentro de la novela negra, que podríamos llamar ‘costumbrista’ o ‘de ambiente’, pertenecen por derecho las novelas del cervantino Francisco García Pavón, en las que el guardia municipal Plinio y su simpar ayudante, el albéitar, ceden todo el protagonismo a la vida y costumbres del pueblo de Tomelloso, impagable retrato de un lugar de la Mancha durante el Franquismo.

En la misma línea se imponen la Barcelona esbozada párrafo a párrafo por Manuel Sánchez Montalbán y la Vigata siciliana imaginada por Andrea Camilleri en las respectivas sagas de Pepe Carvalho y Salvo Montalbano.

Y roba todo el protagonismo, con sus contrastes y poderosa presencia, la Ciudad de México, el D.F., en las novelas del escritor y periodista asturiano criado en México Paco Ignacio Taibo II.

La editorial Reino de Cordelia acaba de agrupar en un solo tomo las cuatro primeras novelas del detective mexicano creado por Taibo, con el título genérico ‘Beloscoarán Shayne, Detective’. Agrupa las novelas ‘Días de combate’, ‘Cosa fácil’, ‘Algunas nubes’ y ‘No habrá final de feliz’, publicadas originalmente entre 1976 y 1981, tres de ellas, objeto de una reciente serie de televisión en Netflix.

Héctor Belascoarán Shayne, ingeniero metido a detective, perlado de defectos y enamorado de una fugaz joven con coleta, deberá lidiar con actrices en declive, luchadores mexicanos, políticos y policías corruptos y hasta con soldados romanos en un continuo e irónico juego comparativo con sus inalcanzables modelos, las criaturas de Raymond Chandler y compañía: «En las buenas novelas policiacas, los pasos eran claros. Nada parecido a esta situación...», «él era un mexicano en la jungla mexicana, y tenía que impedir que el mito del detective, cargado de sugerencias cosmopolitas y de connotaciones exóticas se lo comieran vivo».

Taibo escribe con elegancia, sobriedad e ironía tres cualidades con las que sazona bien estas trepidantes novelas en las que el atractivo e inconmensurable Distrito Federal es el que domina la trama.

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