El primer paso para una senda verde en Málaga Este

En la política española de nuestros días comienza a imperar una preocupante y simplista visión de la vida en blanco o en negro, mientras que la escala de grises de la existencia real se manda a tomar viento.

El lamentable clima electoral de los Madriles invita a pensar en que Manuel Chaves Nogales, de vivir en nuestros días, volvería a ser defenestrado por no alienarse con el Polo Norte o el Polo Sur, en la creciente ‘polarización’ de nuestra vida política, cada vez más frentista, intransigente y vociferante.

Pero la escala de grises está ahí. Como ejemplo a escala local, mientras hace unos días lamentábamos el cuajo administrativo de la Gerencia de Urbanismo por no poner al día de una vez el catálogo de edificios protegidos del PGOU y evitar así que se repitieran actos funestos como la demolición de Villa Maya en El Limonar, al mismo tiempo, sería injusto no reconocer que la propia Gerencia, de la mano de su actual concejal, Raúl López, está desatascando asuntos que llevaban años con telarañas. Esto es algo que, por ejemplo, le reconocía hace unos días la Asociación de Vecinos de Pedregalejo, tras conocer que el Ayuntamiento va a obtener en breve la parcela del lavacoches frente a los Baños del Carmen.

Allí irá la estación de metro el siglo en que futuras generaciones decidan unir La Malagueta con El Palo o La Araña. Mientras llega esa centuria, la Gerencia quiere consensuar con los vecinos el uso de este espacio, que la asociación vecinal quisiera ver transformada en una zona verde en su mayoría.

La idea, como volvió a informar recientemente este periódico, es que esta parcela enlace con el gran terreno municipal que hay tras unos bloques del Paseo del Pintor Sorolla.

Es una zona verde desconocida para la mayoría de los mortales, puro campo en la subida al Cerrado de Calderón, frecuentado a diario por una hacendosa pareja que desde hace 15 años planta especies de todo tipo.

De allí cuelga el mitológico farallón en el que se aposentan las blancuras del Observatorio del Medio Ambiente Urbano (OMAU).

El montecito ofrece retazos del mar entre los bloques y estos días, una pradera llena de flores desde un impresionante mirador rocoso.

Bastaría algún tipo de escalera, rampa o camino labrado en la parte menos escabrosa para conducir al caminante al Parque del Morlaco. Una caminata que podría empezar en el Balneario del Carmen.

La Gerencia de Urbanismo ya ha dado el primer paso. Felicidades.