Vinos de Málaga

Salvar una uva malagueña en peligro de extinción

Dos expertos en vinos elaboran cuatro tipos de vinos de la uva doradilla, una de las dos autóctonas de Málaga, de la que sólo quedan cinco hectáreas en el mundo, concentradas al norte de la provincia. La colección se llama 'Save me & Co' de Bodegas 17 filas

Los enólogos Maria Encarnación Aguilar y Mariano Enrique Heredia con los vinos de uva autóctona doradilla en la Económica, el antiguo Montepío de Cosecheros.

Los enólogos Maria Encarnación Aguilar y Mariano Enrique Heredia con los vinos de uva autóctona doradilla en la Económica, el antiguo Montepío de Cosecheros. / A.V.

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

La uva doradilla no es el lince ibérico pero se le parece. Es una de las dos únicas uvas autóctonas de Málaga (en uva tinta está la romé y en blanca la doradilla). Además, sólo cinco hectáreas la preservan en el mundo, al norte de nuestra provincia.

Con esta delicada situación, cuando una amiga del enólogo y bodeguero Mariano Enrique Heredia le habló de que no había podido vender su cosecha de doradilla de 2019 -dos hectáreas de las que era propietaria en Antequera- y le planteó la posibilidad de quitar las viñas y plantar olivos, saltaron las alertas.

«En realidad vino apurada buscando un poco de ayuda. Estaba el viñedo, a finales de septiembre, cargado de racimos. ¿Cómo era posible que a esta variedad autóctona de Málaga la gente no le prestara atención?, es como si Málaga perdiese la biznaga o el gazpachuelo», argumenta quien también es profesor del máster de Enoturismo de la UMA y propietario de la escuela de catas Vinaliti.

Racimos de uva doradilla.

Racimos de uva doradilla. / L.O.

«Le veía muchas cualidades a la doradilla, me parecía una uva muy interesante para trabajarla y ver qué era capaz de aportar al mundo del vino», detalla. Por ese motivo, decidió compartir el reto con su antigua alumna de catas, la experta en vinos María Encarnación Aguilar.

Tras un encuentro en Antequera con la propietaria de las viñas y con el viticultor, donde encontraron «mucha energía positiva», fue en pleno estallido de la pandemia, en 2020, cuando los dos expertos decidieron sacarle todo el jugo a la doradilla y de paso, salvarla de una muy posible extinción.

«En un principio no sabíamos si iba a ser una colección pero sí que queríamos sacar vinos diferentes para que Málaga viera la versatilidad de la doradilla», explica María Encarnación Aguilar.

Finalmente, con motivo de los diez años de las Bodegas 17 filas, del propio Mariano Enrique Heredia, centradas en la diversidad de los vinos de Málaga -elabora cinco vinos, uno por cada zona vitivinícola de la provincia-, decidieron crear una colección independiente, a la que le pusieron de nombre ‘Save me & Co’. «No nos gustaba cómo sonaba en español y al final elegimos ‘Save me’, ‘Sálvame’ en inglés, en el sentido de que soy doradilla, cien por cien malagueña, quedan cinco hectáreas en el mundo e iban a arrancar dos; ese es el concepto», detalla la experta.

Con las primeras cajas de 'Save me & Co'.

Con las primeras cajas de 'Save me & Co'. / L.O.

En cuanto a la ‘Co’, a la compañía, quiere recordar que ha sido un proyecto realizado durante el confinamiento, «por lo que no pudimos contar con muchos amigos y hubo que tirar mucho de la familia», además de la ayuda de dos bodegas malagueñas.

Tres novedades mundiales

Con esa buena compañía han ido a vendimiar en media hectárea de las dos disponibles, a embotellar, etiquetar... El resultado es nada menos que una colección de cuatro vinos, tres de ellos una auténtica novedad mundial.

El ‘presentador’ de la colección, concebida como un espectáculo de magia y circo con un punto de locura -la que ha empujado a los dos enólogos a esta hermosa y quijotesca empresa-, se llama ‘Voilá’ y es un blanco joven seco y monovarietal con denominación de origen Sierras de Málaga. Como recuerda Mariano Enrique, «además de esta, hoy en día sólo dos bodegas más elaboran un blanco seco de doradilla y además con una producción que no pasa de las 600 botellas, con lo que la variedad estaba abocada a desaparecer». ‘Voilá’, que ha sido elaborado en la Bodega La Capuchina, que ha prestado su colaboración, se presenta con una producción de 900 botellas.

Y para subrayar la versatilidad de la doradilla, por primera vez en el mundo, de esta uva autóctona se ha elaborado vino dulce vendimia tardía, al que han puesto de nombre ‘Flic flac’ -en el mundo del circo y la gimnasia, un salto hacia atrás- pero también han sacado adelante un espumoso ancestral natural que han llamado ‘Lanzamiento de Cinta’ y un velo de flor -similar a un fino de Jerez pero con menos graduación, 13 grados- al que han bautizado como ‘Salto Mortal’, envejecido en damajuanas de 16 litros. Estos tres vinos han sido elaborados en la Bodega El Patio Jardín.

La colección de vinos de  uva doradilla, tres de ellos elaborados por primera vez en el mundo.

La colección de vinos de uva doradilla, tres de ellos elaborados por primera vez en el mundo. / A.V.

La doradilla nunca ha sido uva principal, siempre ha tenido un papel secundario que aportaba matices de «frutosidad y cremosidad», cuentan. Ahora, es la protagonista de una aventura con precios «muy asequibles, los normales del mercado en su gama de vino», explica Mariano Enrique.

Como subraya María Encarnación, «hemos tirado la piedra y ahora le toca a Málaga salvar la doradilla». De momento, en sólo unos días desde su lanzamiento numerosos bares, restaurantes y tiendas de la provincia ya ofrecen la colección ‘Save me & Co’, para salvar de la extinción esta uva malagueña única en el planeta.