Urbanismo aprobará el jueves el centro ciudadano en El Limonar

El Consejo Rector de la Gerencia Municipal de Urbanismo tiene previsto aprobar en su reunión del día 2 de diciembre, es decir, el próximo jueves, el proyecto básico y el de ejecución del Centro Ciudadano Limonar, en calle La Era.

La zona de actuación tiene clasificación de suelo urbano y está calificado como equipamiento de uso dotacional con la posibilidad de edificar en planta baja más uno. La superficie construida será de 1.515 metros cuadrados repartidas en dos plantas sobre rasante. Se ubicará sobre el aparcamiento de Pinos del Limonar. La parcela tiene 845 metros cuadrados y uso social. El presupuesto es de 1,99 millones de euros.

La parcela se sitúa en la cubierta del aparcamiento Pinos del Limonar, está delimitada por una valla de seguridad con acceso mediante rampa peatonal y con elementos como un centro de transformación o la salida de ventilaciones del aparcamiento. Ahora está urbanizada como una plaza dura.

"A nivel estratégico y estructurante se plantea una nueva arquitectura que ha de ser capaz de enlazar las existentes y cualificarlas, tanto a nivel de usos como de paisaje urbano. Por tanto, esta nueva pieza por su posición y funcionamiento permite hacer de elemento conector del conjunto, poniendo en valor los diferentes espacios públicos con el centro ciudadano que los engloba a todos". Así, se crea una calle interior que caracteriza la condición de edificio público. Esta sirve de ingreso al conjunto y "enfatiza la zona de niños y de mirador hacia el valle. Igualmente, actúa como espacio de acontecimientos y oportunidad para la extensión del uso del centro al aire libre, abriendo todos los talleres y usos múltiples hacia este lugar. Además, este espacio en doble altura enfatiza el carácter público de este".

Este nuevo espacio, dicen los redactores, a nivel urbano actúa como "esponja" de la secuencia de pequeños espacios urbanos, como son la zona de juego de niños y la de adultos, en la esquina hay una cafetería y se genera un porche cubierto hacia estos dos espacios.

La biblioteca está en la planta primera, con un poco más de independencia en cuanto a ruidos, en torno al espacio a doble altura y lucernario, en una secuencia de estanterías que marcan los nervios estructurales del conjunto, indican los arquitectos. A partir de esta se abren de manera diáfana los distintos espacios destinados a la consulta y lectora, desde el lado oeste hasta su encuentro con la doble altura.

La idea es crear una caja limpia de madera laminada que libera pero es capaz de absorber y hacer confluir todos los usos existentes a su alrededor, generando una plaza de encuentro en torno a ella.

A nivel programático y organizativo, al edificio se ingresa desde el acceso por el pasaje interior descrito anteriormente, a un espacio distribuidor y de acogida, iluminado cenitalmente por un lucernario que protagoniza la perspectiva de la secuencia de ingreso al edificio desde el acceso de la calle Era. Este espacio inicial distribuye y conecta a un lado con la biblioteca que se desarrolla en la planta primera a través de las dos escaleras, a otro con los diferentes talleres y espacios de usos múltiples, así como la cafetería, que se sitúa separada por una banda de servicios, permitiendo en este uso más público, la extensión horaria del conjunto con una entrada directa desde la calle, vinculada a las zonas de juego de adultos y niños. Los diferentes talleres se organizan en salas diáfanas con distintas posibilidades de compartimentación y conexión, lo que permite la organización de distintos planteamientos de trabajo ya sean permanentes o temporales para dar continuidad a la programación del centro.

El edificio es compacto, tiene buena relación con el entorno y presenta un lenguaje contemporáneo sustanciado en la neutralidad compositivo.