Política

Juan Carlos Maldonado pasa a no adscrito y desaparece el grupo de Cs en la Diputación

Tres meses exactos ha durado el culebrón que inició Maldonado al desertar de Ciudadanos y atacar duramente al Gobierno de la Diputación, en el que era vicepresidente primero

Maldonado, durante el pleno.

Maldonado, durante el pleno. / L. O.

Cristóbal G. Montilla

Cristóbal G. Montilla

Tres meses exactos ha durado en términos político-burocráticos el culebrón que inició Juan Carlos Maldonado al desertar de Ciudadanos y atacar duramente al Gobierno de la Diputación, en el que él era vicepresidente primero. El pleno de la institución provincial ha dado luz verde este martes a su pase a diputado no adscrito y la consiguiente extinción del grupo político del partido liberal, que le pidió sin éxito que entregara su acta.  

De este modo, la corporación de la malagueña calle Pacífico queda reducida a las bancadas políticas del PP -con 15 diputados-, el PSOE -con 12 representantes- y Adelante Málaga (Izquierda Unida y Podemos), con dos diputadas. Además, existirían dos diputados no adscritos que iniciaron la legislatura con Ciudadanos y ahora desempeñarán roles antagónicos. Juan Cassá, que fue el primero en irse de la disciplina naranja, tiene la llave del Gobierno y es el apoyo que sustenta la gestión del PP. En cambio, Maldonado ha pasado de 'casi todo' a 'casi nada' en lo que al poder político se refiere. De asumir a un macroárea con múltiples funciones y como número 2 del Ejecutivo ha pasado a una situación discreta como diputado no adscrito 'raso' en la que también verá reducido sus emolumentos, aunque no de forma drástica pues desde los casi 68.000 que percibía como portavoz de Cs pasará a una cantidad que rondará los 60.000 euros con dedicación exclusiva.

La nueva situación de Maldonado fue criticada por la diputada de Adelante Teresa Sánchez, quien aseguró que "Maldonado ha tenido privilegios al ser equiparado como no adscrito con los diputados que están en algún grupo político y no lo compartimos, como tampoco lo hicimos cuando se hizo lo mismo con Cassá".

Su postura fue rebatida por el presidente de la Diputación, Francisco Salado, quien explicó que Maldonado "tiene los mismos derechos que en su momento se debatieron y aprobaron para Juan Cassá y lo único que se regula es su participación en las mociones urgentes para que no haya un parón en el funcionamiento de la institución". "Estamos aplicando el ordenamiento jurídico, todos los diputados tienen derecho a participar en los órganos, usted no vaya a quitárselos señora Sánchez, debería conocer el funcionamiento de esta institución", apuntó Salado.   

La agresiva 'pataleta' con la que el pasado 22 de noviembre coincidiendo con su cumpleaños Maldonado reaccionó a las retiradas de sus competencias en Sabor a Málaga -que él atribuyó a "un pacto oscuro de Cs con el PP" con el objetivo de dañar su imagen- desembocó en un 'doble' cese. En sendas distituciones como vicepresidente de la Diputación Provincial y como teniente de alcalde en el Gobierno municipal de Mijas, que él mismo le 'regaló' al PSOE tras el choque mijeño entre Cs y el PP.

Por el camino de este agitado trimestre, Maldonado llegó a aliarse de forma efímera con el otro diputado no adscrito del ente provincial, Juan Cassá, quien había abandonado Cs en mayo de 2020. Sin embargo, aquel dueto entre ambos -con protesta ante el aparato popular de la madrileña calle Génova incluida- solo fue un espejismo y quien finalmente sí ha seguido en el Gobierno provincial, junto al PP, es Cassá, como portavoz y responsable del área de Relaciones Institucionales.

Así quedó refrendado en la remodelación del Gobierno del PP en la que, a finales del año pasado, Francisco Salado repartió entre otros diputados de su partido el macroárea que tenía sobre sus espaldas Juan Carlos Maldonado.

A día de hoy, tanto el PP como Cassá -condenados a entenderse- sostienen un equipo de Gobierno aparentemente más cómodo que el anterior y destacan como aquellos a quienes finalmente han beneficiado las turbulencias iniciadas el pasado 22 de noviembre por Maldonado. Y tanto el partido naranja como su ‘desertor’ han perdido todo el poder político del que gozaban en la institución provincial.  De hecho, Cs dejará de percibir una asignación anual de 252.000 euros con la consiguiente extinción de los empleos de los cargos de confianza de Maldonado y los trabajadores del grupo que se ha producido en las últimas semanas.