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Cuando ni la 101 de Ronda es un límite

Javier Torres ‘Chicuy’ volverá a participar con su bicicleta en la célebre carrera que cada año organiza el Tercio Alejandro Farnesio IV de la Legión y que, tras dos años de parón por la pandemia, se celebrará el 14 de mayo en la Serranía - Lleva once años en hemodiálisis tras sufrir una septicemia que le provocó un fallo multiorgánico y tres paradas cardiorrespiratorias que a punto estuvieron de costarle la vida - “Mi principal objetivo es dar un poco de visibilidad y esperanza en pacientes que, igual que yo, van tres veces a la semana durante cuatro horas a diálisis”, explica

Javier Torres 'Chicuy' con su inseparable bicicleta, en un entrenamiento.

Javier Torres 'Chicuy' con su inseparable bicicleta, en un entrenamiento. / Gaby Rodrigo

Ignacio A. Castillo

Ignacio A. Castillo

“Irás de la cama al sofá, del sofá a la máquina y de la máquina a la cama”. Y ante este futuro descrito por los médicos, Javier Torres, conocido como ‘Chicuy’, se rebeló. Quizás no lo hizo conscientemente. Más bien por casualidad. La bicicleta, el deporte, se ha convertido no solo en su vía de escape, en su manera de eludir la enfermedad y no pensar en ella, sino también en una filosofía de vida y en una práctica que le hace sentir bien, física y psicológicamente. “Soy carne de competición”, admite. Con 40 años, desde hace once acude tres veces a la semana a la clínica para conectarse a diálisis durante cuatro horas cada día. Pero pese a ello, el próximo 14 de mayo volverá a participar en los 101 kilómetros de Ronda, la carrera que organiza el Tercio Alejandro Farnesio, IV de la Legión.

“Esto me da la vida”, reconoce. Nació con una enfermedad renal congénita que le fue diagnosticada cuando tenía cinco años de edad, pero que no se manifestó con toda su crueldad hasta que cumplió los 29. “Llegué a Carlos Haya con un dolor muy fuerte en el costado y solo recuerdo que un día desperté y lo primero que vi fue a Sensi, mi mujer, que entonces era mi novia, y a mi madre. Había pasado más de un mes en coma y no me había dado cuenta”, explica.

Javier Torres 'Chicuy' participará el próximo 14 de mayo en su cuarta carrera de los 101 kilómetros de Ronda, siendo un paciente de hemodiálisis.

Javier Torres 'Chicuy' participará el próximo 14 de mayo en su cuarta carrera de los 101 kilómetros de Ronda, siendo un paciente de hemodiálisis. / Gaby Rodrigo

Entre tanto, una septicemia estuvo a punto de llevárselo por delante, al provocarle tres paradas cardiorrespiratorias y un fallo multiorgánico. Los cirujanos tuvieron que estirparle de inmediato el riñón derecho y a las 48 horas intervenirle también del hígado. El izquierdo se le quedó sin función. Y para colmo, en una de las operaciones perdió la movilidad de la pierna derecha al tocarle un nervio.

Cuando te lo dicen te impacta, pero pones en valor muchas cosas a las que quizás antes no le dabas tanta importancia. Sobre todo a las personas, a quienes estuvieron siempre pendientes, a mi mujer, mi mayor apoyo, mis padres, mi familia, mi banda...

“Pensé que había tenido un accidente de moto”. Era febrero de 2011. Plena Cuaresma. Así lo recuerda este componente de la banda de cornetas y tambores de la Esperanza. “Tenía las manos muy hinchadas, estaba lleno de cables y no podía incorporarme ni moverme, por mucho que lo intentara”. Desde entonces, ya dependía de la máquina de diálisis, porque tampoco podía someterse a un trasplante. “Sea claro con él, que lo va a aceptar”, recomendó Sensi a los médicos, cuando estos veían necesario recurrir a un psicólogo para que Javier fuera capaz de asimilar la noticia. “Cuando te lo dicen te impacta, pero, a la vez, pones en valor muchas cosas a las que quizás antes no le dabas tanta importancia. Sobre todo a las personas, a quienes estuvieron siempre pendientes, a mi mujer, que es mi mayor apoyo, mis padres, mi familia, mi gente de la banda, que ese año, después de cada ensayo, me consta que venían al hospital para interesarse por mi estado”.

Un día subió a Gibralfaro y...

bicicleta Y un día subió a Gibralfaro. “Me motivó. Me encontraba bien, nada cansado”.

Llegaron las primeras pruebas, como una Andalucía Bike Race en Córdoba, en el año 2018, cuando tuvo la oportunidad a un importante referente: José Antonio Hermida, al que conocía por los vídeos de YouTube que visiona durante sus interminables sesiones de diálisis en El Cónsul. También le gustan los documentales sobre la historia de Málaga o los vídeos de procesiones de Semana Santa de cualquier ciudad que pueblan esta plataforma digital. “Mi hándicap es que después de cada etapa tengo que ir a diálisis, pero la experiencia es inolvidable”.

Cuanto te ves al filo de la muerte, hay muchos más motivos para sentir la necesidad de tener que disfrutar la vida

Nada que ver con el porvenir que le habían pronosticado: “De la cama al sofá, del sofá a la máquina y de la máquina a la cama”. Es algo que le martillea. El deporte le hace sentir mejor, es un estímulo, un motivo para superarse. Y las carreras son un “veneno”. “Cuanto te ves al filo de la muerte, hay muchos más motivos para sentir la necesidad de tener que disfrutar la vida”, admite.

Y llegó su oportunidad en los 101 kilómetros de Ronda, una de las pruebas más exigentes del panorama nacional. La primera edición se celebró en diciembre de 1995 y hoy es toda una referencia. “Además, tengo la espinita clavada de que, por culpa de mi enfermedad, no he podido ser militar, como me hubiera gustado”. Volvió a hablar con su médico y le desaconsejó taxativamente que participara en la carrera. “Pero fui en 2016 y la experiencia fue brutal. Completé el recorrido en algo más de 8 horas y, como me seguía sintiendo bien, me empecé a tomar los entrenamientos aún más en serio, con sesiones específicas, cuidando la alimentación con ayuda de un monitor y de un nutricionista”.

Desgaste físico y recuperación más lenta

Y este próximo 14 de mayo hará su cuarta carrera con la bicicleta. “Nunca me he subido encima de un podio, pero entres el primero o el último, terminar una prueba produce una gran satisfacción”. Hay que tener en cuenta su situación, con un mayor desgaste físico y una recuperación más dura y lenta. “Mientras cualquier otro puede emplearse al 60% yo lo tengo que hacer al 90%”, reconoce. “Pero creo que mi espíritu legionario está ahí, aunque nunca me haya puesto un chapiri”, bromea mientras recuerda la dureza de la última carrera de 2019, cuando los participantes tuvieron que soportar medias de 37 grados de temperaturas con picos que superaron los 43 grados. “Iba súper preparado pero en el kilómetro 60 recuerdo que el cuerpo me decía “hasta aquí”. El factor psicológico es muy importante y tengo la suerte de conocerme a mí mismo, pero también de contar con el apoyo de José Eugenio Fernández, que me mide hasta las pulsaciones, o de Rafael Estrada mi nutricionista, que me indica los gramos de carbohidratos que tengo que ingerir, cuándo hacerlo, cuándo tomar fruta o cafeína… Ellos me van guiando”, dice agradecido. Como a los numerosos patrocinadores que, como Ángel Reding, le ayudan a continuar con estas aventuras montado en la bicicleta y sin los cuáles tendría que echar el pie a tierra.

'Chicuy' reconoce los nervios que le provoca recibir el dorsal y la inscripción para participar en la 101 de Ronda

'Chicuy' reconoce los nervios que le provoca recibir el dorsal y la inscripción para participar en la 101 de Ronda / Gaby Rodrigo

Los 101 Km Legión Ronda 2022 serán los días 13, 14 y 15 de mayo en carrera a pie individual, MTB individual y marcha a pie por equipos. La salida tendrá lugar el sábado 14 de mayo a las 11.45 horas y la llegada, con un plazo máximo de 24 horas, en la Alameda del Tajo, también de Ronda. Habrá 9.000 participantes, 3.250 de ellos ciclistas, después de recibir 24.000 preinscripciones. “Recibir el dorsal me llena de nervios”, asegura Javier Torres. Además, siendo el único corredor en hemodiálisis. “No quiero ser ejemplo de nada. Lo que hago, lo hago porque me gusta y me hace sentir bien, pero tengo la oportunidad de dar visibilidad al tema de la enfermedad renal y la diálisis y creo que así puedo ayudar a muchas personas que sufren la misma enfermedad. Es mi principal objetivo: dar esperanza”.

No quiero ser ejemplo de nada. Lo que hago, lo hago porque me gusta y me hace sentir bien, pero tengo la oportunidad de dar visibilidad al tema de la enfermedad renal y la diálisis y creo que así puedo ayudar a muchas personas y darles esperanza

El recorrido de 2022, tras dos años de vacío por la crisis sanitaria, sufre ligeras modificaciones respecto a años anteriores. La prueba tiene una distancia total de 100,74 kilómetros y un desnivel acumulado de 2819,5 metros alcanzando una altura máxima de 906,2 metros, haciendo un recorrido circular por los municipios de la Serranía.

“El principal temor vuelve a ser la temperatura. Aunque el itinerario haya sufrido ligeras modificaciones, conoces los puertos y eso sirve de ayuda. Me gustaría completar la carrera en seis horas y media”, señala. Además, este año cuenta con un aliciente más: poder cruzar la línea de meta con su hijo Pepe, de apenas 9 meses, en brazos. “Estoy emocionado solo de pensarlo”, concluye.

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