Un paseo de siglos por las antiguas defensas portuarias de Málaga

El académico de la Historia Francisco Cabrera presentó un ameno trabajo sobre las fortificaciones costeras y del Puerto, nuevo número de la revista Cuadernos del Rebalaje

Francisco Cabrera, con su trabajo para Cuadernos del Rebalaje, el pasado martes en el Instituto de Estudios Portuarios.

Francisco Cabrera, con su trabajo para Cuadernos del Rebalaje, el pasado martes en el Instituto de Estudios Portuarios. / A.V.

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

La hora y media del acto no pasó volando sino bogando a toda velocidad, porque tuvo lugar en la tarde del martes en el Instituto de Estudios Portuarios, versaba sobre las defensas de la costa y del Puerto de Málaga y además, porque el protagonista fue el siempre ameno Francisco Cabrera Pablos, académico de la Historia, de Ciencias y de San Telmo y autor de ‘Málaga y su mar: Guerra y paz en una ciudad portuaria’.

El académico presentó este trabajo divulgativo, protagonista del número 54 de la revista Cuadernos del Rebalaje, dirigida por María Luis Balbín y que edita la Asociación de Amigos de la Barca de Jábega (ABJ). Los participantes del acto, empezando por su nuevo presidente, el académico de Ciencias Juan Antonio Camiñas, recordaron a su anterior responsable, el recordado profesor de la UMA Antonio Clavero, fallecido el año pasado.

El nuevo número, con prólogo del académico de la Historia Manuel Olmedo Checa, cuenta además con la obra gráfica de José Manuel Cabra de Luna, presidente de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo, quien explicó que las diferentes imágenes abstractas de su ‘Suite Del agua’, acrílico sobre papel, nacen de sus recuerdos de niño en Málaga cuando la luz del sol «titilaba sobre el mar».

Francisco Cabrera, por cierto, recorrió toda la historia del Puerto de Málaga en apenas una hora y repasó las defensas con las que hubo que dotarle, así como a la costa, sobre todo tras la toma de Gibraltar por Inglaterra.

De ese contexto procede la batería de San Nicolás, proyectada en 1717 aunque no fue construido hasta 1786 en lo que luego sería el paseo de la Farola. Llama la atención el que la batería siguiera entre nosotros hasta los años 50 del siglo pasado, y eso porque no salió adelante un proyecto para trasladarla al actual Paseo Ciudad de Melilla

De hecho, de los fuertes del pasado el único que continúa entre nosotros es el llamado de la Caleta Alta o de Santa Catalina: el hoy hotel del Castillo de Santa Catalina.

Por cierto que para poder apreciar mejor cómo eran estas construcciones, el trabajo se acompaña de planos pero también de las precisas maquetas de muchos de estos baluartes, realizadas por el investigador malagueño Antonio Lara Villodres. Y del famoso Castillo de San Lorenzo, cuya planta se evoca en la actual Alameda, se muestra un cuadro de 2019 de Juan José Campos un artista que lleva a gala el rigor histórico.

En resumen, una singladura apasionante que próximamente podrá descargarse, como el resto de números de esta estupenda revista, en www.amigosjabega.org.