Medio ambiente

Málaga es la segunda gran ciudad española donde más ha mejorado la calidad del aire

A pesar de la reducción de los niveles de NO2, la polución todavía existente es demasiado elevada - El aumento de las temperaturas, la contaminación de las aguas, la construcción excesiva o la tala masiva de árboles son otros de los problemas medioambientales a los que hace frente la provincia

Los niveles de NO2 en la ciudad se han reducido seis puntos durante el último año. | ÁLEX ZEA

Los niveles de NO2 en la ciudad se han reducido seis puntos durante el último año. | ÁLEX ZEA / marta román. málaga

Málaga es la segunda gran ciudad donde más ha mejorado la calidad del aire en el último año, tan solo por detrás de Valencia. Los niveles de NO2 -dióxido de nitrógeno- se han reducido hasta seis puntos desde el pasado 2020, año en el que además se produjo el confinamiento por la crisis sanitaria de Covid-19. A pesar de la mejora en uno de los principales indicadores que miden la polución, los niveles de contaminación todavía existentes son demasiado elevados.

Según el último informe del Observatorio de la Sostenibilidad (OS), la concentración actual de NO2 en Málaga es de 19,2 microgramos/m³. En cuanto a la acumulación de PM10 -partículas sólidas o líquidas de polvo, cenizas...- los datos de la ciudad no reflejan una evolución favorable. Málaga se encuentra entre los territorios con mayor aglomeración de PM10, con 24,240 partículas por millón.

Tampoco son halagüeños los datos sobre el aumento de la temperatura en la provincia. Málaga se encuentra entre los territorios españoles donde más ha aumentado la temperatura en los últimos diez años, según este observatorio. «El aumento de temperaturas es el efecto más intuitivo del calentamiento global. Las olas de calor serán cada vez más frecuentes y más graves», advierte José Galindo, profesor de la Universidad de Málaga y creador del BlogSOStenible.

En Málaga, la temperatura ha aumentado 0,925 ºC. Además, en la provincia se produce lo que se conoce como el fenómeno isla de calor. Esto es la diferencia entre la temperatura del centro de la ciudad y las áreas limítrofes. Con una diferencia de hasta 8ºC, Málaga se sitúa junto a Madrid, Barcelona, Sevilla y Valencia como una de las ciudades con más grados de disparidad.

Por su parte, la contaminación de las aguas es otra de las grandes problemáticas medioambientales de Málaga. Las depuradoras actuales son insuficientes y no estarían funcionando correctamente, aseguran los expertos. «A eso, además, se une que los ciudadanos son irresponsables en el consumo de agua y en el uso del retrete, arrojando toallitas, colillas… Una de las zonas más afectadas es la del Bajo Guadalhorce», señala Galindo.

El litoral malagueño no solo se encuentra amenazado por este tipo de polución, sino también por agentes externos que interfieren en el ecosistema marino. La pesca de arrastre o la proliferación de embarcaciones están destrozando el hábitat de miles de especies y los suelos marinos de la provincia. «La investigación ha demostrado que cuando una superficie está completamente cerrada a la pesca y otras actividades dañinas mejoran las poblaciones de peces», defiende la Asociación Amigos del Mar.

En lo referente a la construcción, Málaga es la provincia de España con mayor superficie construida en los primeros 500 metros de costa, seguida de Alicante y Barcelona. La Costa del Sol apenas cuenta con costa natural, convirtiéndose así en el litoral más edificado de todo el Mediterráneo.

Consecuencia derivada del exceso de edificación es la tala y poda masiva de árboles. Esto incide directamente en las condiciones medioambientales y afecta a la calidad de vida de los ciudadanos. Málaga cuenta con una superficie artificial de casi el 20% frente al menos de 5% de zonas verdes y suelo desnudo, según el Observatorio de Sostenibilidad.

Málaga es un buen ejemplo de tozudez medioambiental pero, a pesar de todos estos problemas, puede ser una tierra de oportunidades

Actuaciones

Ante este escenario, el OS advierte de que «es necesario adoptar medidas muy serias y muy radicales». En este sentido, José Galindo indica que «Málaga es un buen ejemplo de tozudez medioambiental pero, a pesar de todos estos problemas, puede ser una tierra de oportunidades». Para ello, propone una serie de actuaciones para contribuir a la mejora de las condiciones ambientales, tanto de la capital como de la provincia.

En la ciudad, las propuestas pasan por la creación del bosque urbano en toda la superficie que proponen los vecinos y el aumento del arbolado; la paralización del rascacielos propuesto en el puerto, «el cual tendría considerables efectos perniciosos»; la creación de un corredor verde; depuración de las aguas hasta el nivel terciario; cerrar la cementera o impedir que se incineren residuos tóxicos; un plan de rehabilitación de viviendas adaptado al cambio climático o la implantación del Plan del Clima aprobado por el Ayuntamiento de Málaga, entre otras.

Para la provincia, por su parte, Galindo propone la ralentización de la construcción; reducción de regadíos; un plan para depurar las aguas residuales; un plan de integración de proyectos solares y fotovoltaicos; un plan contra la erosión y desertificación; un plan de economía circular, que extienda el conocimiento real de este proyecto, o potenciar el tren como transporte más sostenible.

«Málaga tiene problemas muy serios y es mejor afrontarlos hoy que esperar a que sea demasiado tarde», concluye Galindo. Para ello, el Observatorio de la Sostenibilidad pide la colaboración de gobiernos, empresas, organizaciones sin ánimo de lucro, sociedad civil e individuos para encarar todos los problemas medioambientales a los que hace frente la provincia hoy en día.

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