Depósitos bancarios

El ahorro en Málaga marca un nuevo récord ante el escenario de incertidumbre económica

El sector privado aumenta un 30% sus depósitos bancarios desde la pandemia y supera ya la cota de los 32.000 millones - Los economistas dicen que la banca empieza ya a mejorar el interés a los clientes

Aunque la subida de los precios está poniendo en una situación difícil a muchas familias malagueñas, hay quien consigue ahorrar.

Aunque la subida de los precios está poniendo en una situación difícil a muchas familias malagueñas, hay quien consigue ahorrar. / ÁLEX ZEA

José Vicente Rodríguez

José Vicente Rodríguez

La incertidumbre económica y el efecto psicológico de la escalada de la inflación continúa impulsando a los malagueños con capacidad de ahorro suficiente a aumentar el dinero acumulado en depósitos bancarios, que actualmente marca máximos históricos en la provincia. Las últimas cifras publicadas estos días del Banco de España, correspondientes al mes de junio, muestran un crecimiento de casi el 30% en relación al dinero que las familias y empresas malagueñas tenían ingresado en marzo de 2020, cuando la irrupción del Covid motivó la declaración del estado de alarma y dio paso a una etapa que congeló mucho el consumo, sobre todo el vinculado al ocio. Las cuentas de los particulares de la provincia han registrado una subida de 7.278 millones de euros en estos dos años y medio y sitúan la cifra total de ahorro en los 32.124 millones, todo ello a pesar de que la rentabilidad de este tipo de productos ha venido siendo en los últimos años casi nula, sin que los bancos hayan ofrecido a sus clientes márgenes de interés significativos por sus depósitos.

La invasión rusa de Ucrania y la escalada de los precios del combustible y de las materias primas, que han desbocado la inflación, han mantenido en este 2022 al sector privado en una posición muy prudente y se está optando, de forma general, por guardar los fondos extra acumulados en la pandemia, en lugar de inyectarlos en la economía real. De hecho, el alza más significativa del ahorro se ha producido en el segundo trimestre de este año (cuando aumentó en 1.755 millones), superando incluso al segundo trimestre de 2020 (la población estaba entonces en confinamiento domiciliario), cuando se sumaron unos 1.500 millones.

«La incertidumbre sobre la evolución de la economía está llevando a muchos a reducir consumo y retrasar decisiones de inversión para aumentar su ahorro. Podíamos denominarlo ahorro preventivo. Es algo que comenzó con la pandemia y que seguramente, visto el convulso panorama internacional, va a ir a más», comenta el presidente de la Comisión Financiera del Colegio General de Economistas, el malagueño Antonio Pedraza. Lógicamente, la realidad es que sólo aquellas personas con una posición económica holgada tienen la posibilidad de poder ahorrar en estos tiempos en los que la subida generalizada de precios está estrangulando las economías familiares.

En todo caso, Pedraza recuerda dos factores a tener en cuenta para los que decidan optar por el ahorro: el primero, que en un escenario de altísima inflación como el actual (el dato de agosto fue de un 10,5%) hace que los ahorros pierdan progresivamente poder adquisitivo. Los economistas suelen decir, de forma gráfica, que la inflación «se come» los ahorros porque el incremento de precios hace que ese dinero, en la práctica, valga menos que antes.

El segundo elemento a considerar es que los bancos llevan prácticamente una década sin remunerar a sus clientes por sus depósitos, con tipos de interés cercanos al cero y, además, cobrando comisiones. Sólo en los últimos meses, y ante las subidas de tipos que han empezado a aplicar los bancos centrales, se ha producido cierta mejora, con algunas ofertas que incluyen un interés para el cliente de hasta el 1%. No obstante, estas propuestas de rentabilidad están siendo lanzadas sobre todo, de momento, por entidades financieras extranjeras que operan en España y no por los propios bancos españoles. Pero todos sospechan que la guerra comercial en el sector bancario por captar este pasivo de los particulares tendrá mucho recorrido en los próximos meses.

«La banca se está resistiendo un poco a seguir este camino, pero tarde o temprano van a tener que hacerlo, porque los propios bonos de países como España o Italia ya se están moviendo en el 3% y el 4%. Y el mismo Euríbor camina a cerrar el año cerca del 3%», apunta Pedraza. De esta forma, sería razonable, a su juicio, que los depósitos bancarios ofrezcan retribuciones del 2% al 3% a lo largo de 2023 aunque seguirán siendo rentabilidades reales negativas en comparación con las tasas actuales de inflación. Funcas, por ejemplo, calcula que la inflación de este año rondará el 9% y la de 2023 estará próxima al 5%.

Por otro lado, el representante del Colegio General de Economistas afirma que las subidas de tipos de interés que están aplicando los bancos centrales para combatir la inflación traerá aparejada, de forma paralela, una caída del consumo en la que habrá un claro perjudicado: las empresas, sobre todo al enorme tejido de micropymes que conforman el 90% del tejido productivo en España.

«Las subidas de tipos que está aplicando la FED en EEUU y que también se está planteando el Banco Central Europeo están encaminadas a buscar una recesión controlada que permita rebajar el coste de las materias primas. Son medidas necesarias, pero pondrán en gran tensión a muchas pymes que, además de soportar factores como el coste prohibitivo de la energía, verán ahora un descenso de ventas por esta caída del consumo», advierte.

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