Problemas laborales

La sobrecarga de trabajo, la falta de horarios o el salario, las principales causas de la ansiedad laboral

Según el último informe elaborado por el portal de empleo Infojobs, uno de cada cuatro trabajadores manifestó en algún momento trastornos mentales relacionados con su labor profesional - El 64% ha sufrido algún episodio de ansiedad, fatiga o agotamiento relacionado con la carga de trabajo que soportan

Cada vez son más las personas que aseguran haber comenzado a experimentar cuadros de ansiedad relacionados con su empleo.

Cada vez son más las personas que aseguran haber comenzado a experimentar cuadros de ansiedad relacionados con su empleo. / GETTY IMAGES

«Mi madre siempre me ha dicho que un trabajo no debería nunca costarme mi salud mental, pero la realidad es bien distinta». Como Irene, nombre ficticio, son cada vez más las personas que sufren ansiedad o depresión laboral. Los ritmos laborales han convertido los entornos de trabajo en fuentes de malestar, en los que proliferan con facilidad este tipo de trastornos.

La sobrecarga de trabajo, la presión y el estrés, las jornadas interminables, las cargas laborales, las compensaciones económicas o la inestabilidad son solo algunas de las causas que esgrimen aquellos malagueños que aseguran haber comenzado a experimentar cuadros de ansiedad relacionados con su empleo. Mientras que una dolencia física se identifica fácilmente y sin estigmas, un problema de salud mental causado, además, por un mal entorno laboral, se relaciona con la debilidad y se tiende a tomar poco en serio, acusan.

Sofía, también nombre ficticio, trabaja ligada a los medios de comunicación: «Nunca había tenido ansiedad hasta que comencé a trabajar. La raíz del problema no es el trabajo, sino las condiciones laborales que nos vemos obligados a aceptar». La relación entre el empleo y las dolencias psicológicas ha incentivado el desarrollo de estudios que abordan la salud mental en el mundo laboral. Según el último informe elaborado por el portal de empleo Infojobs, uno de cada cuatro trabajadores manifestó en algún momento trastornos mentales relacionados con su labor profesional.

Mientras, un tercio de ellos confesó que necesitó acudir a terapia para tratarlo. «Comencé a ir al psicólogo cuando empecé a tener ataques de ansiedad. En ningún momento lo relacioné con el trabajo, hasta que ahondando en las causas, el trabajo era uno de los principales focos de mi ansiedad», confiesa Irene, trabajadora en un departamento comercial.

En los últimos 12 meses, el 64% de los empleados ha sufrido algún episodio de ansiedad, fatiga o agotamiento relacionado con la carga de trabajo que soportan, advierte la consultora de recursos humanos Hays. «Un estrés laboral elevado, sostenido en el tiempo y que impacta en una persona con ciertas vulnerabilidades -por ejemplo falta de apoyo en su empresa- pueden concurrir en el desarrollo de un cuadro ansioso-depresivo», alerta Rafael San Román, psicólogo de la plataforma Ifeel.

Tanto es así que «si no hubiera estrés en el trabajo, casi uno de cada cinco trastornos depresivos no se desarrollarían», argumenta, por su parte, Joaquim Raduà, un psiquiatra del hospital Clínic de Barcelona. El problema, por desgracia, está demasiado instaurado en la sociedad actual: «Te creas unas expectativas que después no se corresponden con la situación laboral que hay en nuestro país. Te exigen que estés ultra formada, te cargan de un trabajo que no puedes asumir y todo ello sin una remuneración adecuada. Si ves que te esfuerzas y no recibes una compensación económica, más presión te crea», explica María, empleada en una consultoría.

Para ella, uno de los factores que más ansiedad le genera es lo que se conoce como el síndrome del impostor, un fenómeno psicológico, cada vez más común, por el que la persona cree que no es suficiente o capaz. «Siento que no estoy cualificada para mi puesto o que no lo hago bien. Hemos crecido en un entorno muy exigente y en una sociedad en la que no se para de comparar a unas personas con otras, es inevitable que te acabes comparando».

Así, los problemas de ansiedad y depresión en el trabajo pueden deberse a muchas causas. Sofía señala que son la falta de horarios, la presión y el salario que percibe: «Mi ansiedad viene de ver como te exigen estar al 200% y que estés disponible fuera de tu horario laboral para que luego no te lo recompensen. No veo que se valore mi trabajo».

Algunas de estas situaciones cruzan límites que preocupan a los profesionales de la salud mental. Y es que el 24% de los trabajadores toma sedantes o ansiolíticos para poder seguir funcionando, según la encuesta de condiciones de trabajo y salud de la Universitat Autónoma de Barcelona. Es el caso de Mónica, que tampoco ha querido dar su nombre real, empleada en unos grandes almacenes. «Mis migrañas eran cada vez más frecuentes y dolorosas. La presión y la competitividad en un sector como el de las ventas genera muchísimo estrés y yo exploté por ahí. Hace ya tiempo que tomo betabloqueantes para soportar la ansiedad».

Esta práctica es especialmente alarmante, «pues supone una excesiva medicalización de estos trastornos. Ante esto, habría que preguntarse si no sería más eficiente intervenir también sobre las condiciones de trabajo y el ambiente laboral», considera Rafael San Román.

Cambios en las empresas

Por tanto, defiende el experto, las empresas juegan un papel fundamental en la disminución de estos trastornos. «Los problemas de salud mental, pueden parecer invisibles pero no lo son. La ansiedad excesiva, el estrés problemático, la depresión, la carga de trabajo... Eso se nota en la persona. Los responsables de recursos humanos o los managers de equipo tienen que aprender a verlo».

Entre las razones más alegadas para proceder a la renuncia de un puesto de trabajo se encuentra la salud mental, con un 32% y por encima del salario (27%), según una encuesta realizada por Infojobs. «Pienso en dejar mi trabajo cada día. Me parece muy triste y me frustra muchísimo tener que renunciar a un puesto que me gusta por las condiciones laborales a las que estoy expuesta», lamenta Irene.

Ante esta realidad, San Román defiende que «los problemas de salud mental deben ser tomados en serio tanto por las personas que los padecen como por las empresas para las que trabajan». En este sentido, el psicólogo indica que el bienestar físico y psicológico «es una pieza clave e irrenunciable para el éxito corporativo», por lo que anima a que las empresas pongan en marcha servicios de bienestar emocional completos y adaptados a las necesidades de sus empleados».

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