Arqueología

La escritura neolítica nacida en Málaga

El arqueólogo malagueño Juan Manuel Muñoz Gambero desgranó esta semana en la Económica el hallazgo de la Escritura Lineal Megalítica, descubierta en Málaga y mil años más antigua que la cuneiforme

Juan Manuel Muñoz Gambero, en enero de 2021, delante del Museo de Málaga con su trabajo sobre la Escritura Lineal Megalítica (ELM), editada por la Fundación Unicaja.

Juan Manuel Muñoz Gambero, en enero de 2021, delante del Museo de Málaga con su trabajo sobre la Escritura Lineal Megalítica (ELM), editada por la Fundación Unicaja. / ÁLEX ZEA

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

La hipótesis que maneja con datos, una gruesa monografía y 60 años de descubrimientos a sus espaldas no puede ser más revolucionaria: la provincia de Málaga habría sido la cuna de una escritura surgida en torno al 4.500 antes de Cristo, a finales del Neolítico, lo que la convertiría en la más antigua del mundo al ser mil años anterior a la cuneiforme de Mesopotamia, aunque evidencias hay por toda España y puntos de Europa y el Norte de África.

El arqueólogo Juan Manuel Muñoz Gambero (Málaga, 1942), descubridor de la ciudad fenicia del Cerro del Villar y del yacimiento del Cerro de la Tortuga, entre otros muchos, compartió este hallazgo el pasado martes en el salón repleto de la Sociedad Económica de Amigos del País. En 2020 ya lo pudo detallar en el trabajo ‘El origen de la escritura. La magia de los símbolos’, publicado por la Fundación Unicaja. A este tipo de comunicación lo ha llamado Escritura Lineal Megalítica (ELM).

Estela con inscripciones de ELM localizada en el Cerro de la Tortuga de Málaga capital.

Estela con inscripciones de ELM localizada en el Cerro de la Tortuga de Málaga capital. / Archivo Juan Manuel Muñoz Gambero

De Málaga al resto del mundo

Invitado por la Sociedad Erasmiana de Málaga y el Grupo Editorial 33, el conocido experto, uno de los pioneros de la Arqueología en la provincia, explicó que de esta escritura, plasmada en piedra, se encuentran importantes evidencias en el entorno del río Campanillas, el pantano de la Viñuela, el Cerro de la Tortuga y zonas de Vélez y Álora. Su hipótesis es que se extendió a otras zonas de la Península Ibérica como Lugo, Pontevedra o Alicante pero también fuera de la piel de toro gracias al empuje del comercio marítimo.

Como detalló en la charla, ha logrado identificar más de 600 grafemas, un número que no considera desproporcionado dado que «la escritura cuneiforme y la jeroglífica» superan con creces a la ELM. La secuencia y seriación de estos signos, estudiadas con la colaboración de su equipo de voluntarios del Instituto de Investigaciones Arqueológicas de Málaga, demostraría que no se trata de signos aleatorios y que estaríamos ante un tipo de comunicación.

Conferencia de Juan Manuel Muñoz Gambero el pasado martes en la Sociedad Económica de Amigos del País.

Conferencia de Juan Manuel Muñoz Gambero el pasado martes en la Sociedad Económica de Amigos del País. / A.V.

Además, Juan Manuel Muñoz Gambero llamó la atención sobre este tipo de escritura, en apariencia meras rayas en la piedra, y el sitio donde se localizan: «La mayoría están en tumbas, santuarios, capillas colectivas, elevaciones próximas al agua... en lugares sagrados». El arqueólogo también vincula la ELM a la cosmología, a la influencia del cosmos en el Mundo Antiguo y su «simbolismo mágico».

Sin piedra Rosetta

Estudiar y diferenciar los grafemas y encuadrar la Escritura Lineal Megalítica en un contexto sagrado o relacionado con el cosmos son algunos de los retos alcanzados hasta la fecha por el arqueólogo y su equipo.

Otra cuestión, subraya Juan Manuel Muñoz Gambero, será averiguar qué dicen estos signos, algo para lo que sería necesario «una piedra Rosetta», un texto acompañado de la traducción en uno o varios idiomas conocidos, como los que permitieron a Champollion traducir la escritura jeroglífica egipcia.

Juan Manuel Muñoz Gambero, el pasado día 10 en la sede de la Unesco, en París, donde participó en un foro internacional de ciudades cananeas, fenicias y púnicas

Juan Manuel Muñoz Gambero, en la sede de la Unesco, en París, donde expuso el hallazgo de la ELM. / L.O.

En diciembre del año pasado, el arqueólogo malagueño presentó sus investigaciones en la sede de la Unesco en París. En la ponencia mencionó los grandes bloques verticales de piedra u ortostatos del famoso Dolmen de Menga de Antequera (hacia el 4.500 al 4.200 a.C.) como ejemplo más antiguo en el que se localiza esta escritura, sin olvidar un área del río Guaro, hoy desaparecida por el embalse de la Viñuela, en la que su equipo descubrió «cientos de estelas» con la Escritura Lineal Megalítica.

Surgida a finales del V milenio antes de Cristo, habría tenido un amplio desarrollo en la Península Ibérica a partir del milenio siguiente hasta la aparición de la escritura ibérica en el I milenio antes de Cristo.

Otra piedra con signos de ELM localizada en Málaga.

Otra piedra con signos de ELM localizada en Málaga. / Arciniega

Al hilo de esa ponencia en la Unesco declaró a este diario: «Esto es imparable y hay que cambiar totalmente la mentalidad. Ahora estamos recibiendo muchos testimonios de la zona de Alicante y Extremadura; hasta en Ribadeo, Galicia, se encuentran los mismos grabados. Es una cosa mágica y preciosa porque la escritura es la que da origen a la civilización».

A preguntas de los asistentes a la charla en la Económica, el conocido arqueólogo lamentó el pésimo estado de conservación de uno de los yacimientos más importantes con textos de ELM: el Cerro de la Tortuga. «Está casi destruido del todo», recalcó. Por último, confió en que algún día llegue el apoyo de la Universidad de Málaga y de otras instituciones, «después de años y años en los que esta investigación ha salido de nuestro bolsillo, sin apoyo alguno».