Robos

La fiebre por los catalizadores golpea a Málaga: "Es el nuevo cobre"

El platino, paladio y rodio que contienen estas piezas de los vehículos despierta incluso el interés de delincuentes que antes se dedicaban al robo de cable. Estas bandas pueden sacar entre 70 y 100 euros por cada unidad

Un catalizador cortado sólo por uno de los extremos del tubo de escape.

Un catalizador cortado sólo por uno de los extremos del tubo de escape. / jose torres. Málaga

Si ves a alguien debajo de un coche que parece estar cortando metal con una radial en plena calle, llama discretamente a la policía. No será la primera ni la última vez que la colaboración ciudadana permita desmantelar en Málaga una de las bandas especializadas en robar catalizadores, esa pieza del sistema de escape cuya función es reducir las emisiones contaminantes y que está muy cotizada en el mercado negro por el pequeño tesoro que lleva dentro.

Según la Policía Nacional, un catalizador de tamaño estándar contiene unos dos gramos de paladio, cinco de platino y unos pocos miligramos de rodio, metales preciosos cuyo precio cotizaba esta pasada semana a 59, 31 y más de 400 euros el gramo, respectivamente. Fuentes consultadas por La Opinión aseguran que los cazacatalizadores suelen cobrar en una chatarrería o en una planta de reciclaje entre 70 y 100 euros por pieza, una cifra que favorece más al receptador pero igualmente atractiva para obtener dinero rápido. Una fiebre que no es nueva, pero sí especialmente intensa por el apetito que demuestran los grupos que pasan por Málaga provocando a las víctimas estragos que van más allá de lo económico. Además del tiempo que el coche esté inmovilizado, los dueños sin seguro a todo riesgo o cláusula de robo se enfrentan a reparaciones de entre 400 y 2.000 euros si tienen suerte en el mercado de segunda mano, donde los modelos con cierta antigüedad lo tienen más difícil.

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Catalizadores y herramientas recuperadas en una operación.

La Policía Nacional ha desarrollado en la capital en los últimos meses importantes operaciones que suman una quincena de detenidos y más de un centenar de piezas recuperadas tanto en Málaga como en capitales de provincias próximas como Sevilla y Granada, ya que son grupos itinerantes que cambian de escenario tras sus barridos. Una de estas bandas, que se había asentado en El Palo, llegó a desmontar casi 30 piezas en distintos puntos de la capital malagueña en apenas una semana y demostró ser muy exquisita: sólo les interesaban los Opel Astra, Volkswagen Polo, Audi A4 y Honda Accord. Para otros grupos, el Toyota Prius es un caramelo, aunque los catalizadores que más metales nobles contienen suelen ser los Mercedes.

Cambio en los robos a coches

A pesar de la presión policial, las denuncias siguen llegando a las comisarías de Málaga. «Los catalizadores son el nuevo cobre», resume una fuente policial que destaca cómo muchos ‘electricistas’ que antes se dedicaban al robo de cable se han pasado a la ‘mecánica’ por razones de rentabilidad, accesibilidad y disponibilidad. Aunque la mano de obra en este segmento es mayoritariamente de origen rumano, entre los detenidos hay cada vez más españoles y portugueses.

A diferencia del cable, cuya obtención y transporte es mucho más aparatoso, los delincuentes más hábiles consiguen cortar esta pieza en unos minutos. Y la oferta es amplísima, ya que cualquier vehículo aparcado en la calle o en una zona aislada es un posible objetivo. Dos certeros cortes en sus extremos compensan el ruido que hacen las sierras radiales cuando cortan el metal en los dos extremos del catalizador, maniobra para la que pueden ayudarse de un gato hidráulico que eleve el vehículo.

Las fuentes recuerdan la importancia de que las víctimas denuncien los hechos para poder atribuir a los autores el mayor número de delitos posibles y así lograr una mayor pena.

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