Diseño de interiores

La diseñadora malagueña que borda los interiores

Adriana Fernández López-Barajas es la autora del diseño del Hotel Castillo de Santa Catalina, realizado durante la pandemia y ahora también se encargará de su ampliación. 

Adriana Fernández López Barajas, en un rincón del Hotel Soho Boutique Castillo de Santa Catalina

Adriana Fernández López Barajas, en un rincón del Hotel Soho Boutique Castillo de Santa Catalina / Alex Zea

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

El reto fue doble: dirigir el proyecto de diseño interior del futuro hotel del Castillo de Santa Catalina, de 5 estrellas, para la cadena malagueña Soho Boutique, cuyas obras de reforma realizó Armenteros Asociados Arquitectos y además hacerlo durante la pandemia, con escasez de proveedores. 

El espectacular resultado, con muchas horas de trabajo y el manejo de unos 200 planos, es obra de la interiorista malagueña Adriana Fernández López-Barajas, a quien ya le han encargado el diseño interior de la próxima ampliación del hotel.

Uno de los espacios del Hotel Castillo de Santa Catalina, con diseño de la experta malagueña.

Uno de los espacios del Hotel Castillo de Santa Catalina, con diseño de la experta malagueña.

Aunque estudió Derecho en Granada y realizó un máster en asesoría jurídica en Garrigues, en Madrid, hizo realidad su verdadera vocación poco después, cuando estudió Diseño de Interiores en Madrid, en unos tiempos en los que la carrera «no estaba tan de moda», recuerda. 

«Desde pequeña lo tenía claro, en casa de mi madre en Navidad, cuando poníamos la mesa, todo lo que es la estética, el diseño, la moda, aunque entonces no tanto el interior», recuerda. 

La diseñadora también se ha encargado del exterior del hotel.

La diseñadora también se ha encargado del exterior del hotel. / Alex Zea

Tras tres años de formación, en 2009 pudo abrir su propio estudio en Málaga capital. 

Adriana Fernández López-Barajas se apresura a contestar la pregunta del millón: La diferencia entre decoración e interiorismo. «La decoración es poner unos sofás, todo el mobiliario, el textil... mientras que el diseño de interiores abarca todo; trabajo sobre plano y distribuimos toda una vivienda partiendo de cero. Y todo lo que está en nuestro ámbito porque no puedo tocar estructuras. Es hacer una casa a medida», explica.

Una de las habitaciones del Castillo de Santa Catalina.

Una de las habitaciones del Castillo de Santa Catalina. / Martin Garcia Perez

La decoración, de la que también se encarga, sería el toque final, pero antes, la interiorista malagueña detalla: «Vamos viendo con el cliente la distribución, luego empezamos con los materiales y vamos guiando al cliente: sanitarios, griferías, los techos y la iluminación, que es muy importante, y hasta los pulsadores de la luz».

Todo este trabajo se sustenta en un proyecto con infografías en 3D y en una memoria «donde se define por escrito absolutamente todo, antes de empezar la obra, con lo que es fácil pedir varios presupuestos».

Clínica de estética en Granada.

Clínica de estética en Granada, otro de sus diseños. / Martin Garcia Perez

Hoteles, viviendas particulares, pisos y edificios vacacionales, oficinas, clínicas... cada «cubo», como llaman los interioristas al espacio en el que se trabaja, tiene sus claves y hay que adaptarse a él, al tiempo que se tiene en cuenta el presupuesto, «y si me piden algo sencillo, hacemos una cosa sencilla sabiendo sacar los puntos», detalla la interiorista, que cree de otro tiempo el relacionar siempre diseño de interiores con lujo. «Eso sería a lo mejor antes, creo que ayuda el tener los precios fijados y el nivel de acabado es el que el cliente elige», aclara.  

Las redes y la televisión

Con respecto a las tendencias, la experta explica que ya no se lleva tanto el minimalismo. «Ahora es un estilo un poco ecléctico que mezcla muchas cosas, aunque lo más complicado es ejecutarlo bien, porque a mí me han venido personas que empiezan las obras y están desesperadas; es que no es fácil». 

También se llevan los espacios muy abiertos y a este respecto, cuenta que«se utilizan algunas técnicas para marcar diferencias, por ejemplo, con las alfombras zonificas un poquito, los techos te sirven mucho para delimitar espacios y las puertas ‘a techo’, las que van ancladas en el techo, si en un momento dado quieres abrir espacios la puerta se recoge». 

Salón de una vivienda particular en Madrid.

Salón de una vivienda particular en Madrid. / Martin Garcia Perez

Adriana Fernández López-Barajas resalta además la influencia que tienen los numerosos programas de televisión de reformas y diseño de interiores. 

La influencia, subraya, se nota en la demanda de integrar la cocina en los salones, «algo que no es español sino totalmente americano y para viviendas muy grandes», apunta. En ese sentido, es partidaria de una solución intermedia, por ejemplo, una puerta de vidrio «y puedes cerrarla en un momento dado». 

Además de revistas clásicas sobre decoración e interiorismo, las redes sociales también tienen mucha influencia, como Pinterest o Instagram, algo que Adriana Fernández López-Barajas aprovecha: «Mi medio fundamental es Instagram y es además del que más se nutre la gente», pues explica que a veces acuden a su estudio con la foto de Instagram. 

Despacho de una vivienda particular en Marbella.

Despacho de una vivienda particular en Marbella. / Martin Garcia Perez

Si tuviera que definir su estilo y forma de trabajar, la interiorista cree que «hay que adaptarse a los cubos». En el caso del hotel Santa Catalina, «el interior tiene que ir de la mano con el exterior y cuando haces una vivienda, igual. Y si se trata de una clínica, que tenga una imagen corporativa global, que no sean parches». Y siempre con una máxima: «Tener mucha empatía con el cliente y que se quede contento».