Mercado de trabajo

El empleo fijo en Málaga roza el 80%, pero con el apoyo de contratos parciales o discontinuos

El número de asalariados que trabaja de forma estable crece un 46% con la reforma laboral y alcanza las 420.000 personas, pero sólo un 52% es indefinido a jornada completa todo el año 

Los sindicatos valoran la mayor estabilidad

Un trabajador de hostelería en Málaga.

Un trabajador de hostelería en Málaga. / Álex Zea

José Vicente Rodríguez

José Vicente Rodríguez

La reforma laboral aprobada por el Gobierno a inicios del pasado 2022, pactada con sindicatos y empresarios, ha propiciado desde su puesta en marcha una subida del 46% en el número de trabajadores de Málaga con contrato fijo o fijo-discontinuo. Si hace año y medio había unos 284.000 asalariados malagueños con empleo estable, el volumen alcanza ahora los 430.000, según los últimos datos de afiliación del mes de julio de la Seguridad Social. Con este avance, su peso dentro del Régimen General roza ya el 80% respecto al total de asalariados de la provincia (que son actualmente 452.300, excluyendo los sistemas especiales agrario y de empleados de hogar), frente al 60% que se registraba antes de la entrada en vigor de la norma o al 58% de la era preCovid.

El nuevo marco legal deja buenas cifras globales aunque conviene matizar: el aumento del empleo fijo con la reforma ha sido más intenso, por un lado, en las modalidades de trabajo a tiempo parcial y, por otro, en los contratos de fijos-discontinuos, una figura que ha sido reforzada pero que, como su propio nombre indica, no garantiza un trabajo continuado a lo largo del año.

De esta forma, el avance del mercado laboral de Málaga por modalidades revela que los puestos indefinidos a jornada completa (ahora mismo algo de más de 282.000) han subido en 75.000 personas (un 36%), mientras que los de jornada parcial (actualmente 96.700) lo han hecho en 32.900 (un 51%). En cuanto a los fijos-discontinuos, su evolución es enorme aunque su representatividad sea menor en números reales: de los 13.132 trabajadores que había cuando se aprobó la reforma con esta modalidad contractual se ha pasado a casi 52.000, con una subida del 295%.

El contrato fijo-discontinuo implica en la práctica trabajar sólo cuando la producción lo requiere. La diferencia con un contrato temporal es que el fijo-discontinuo recoge un compromiso de contratación, incluye el derecho a indemnización si finaliza la relación laboral y cotiza a la Seguridad Social en las mismas condiciones que un indefinido. Por ello, proporciona estabilidad en sectores estacionales (caso del turismo o de jornaleros del campo).

Valoración sindical

El sentir de las centrales sindicales CCOO y UGT es, de entrada, que la calidad del empleo ha mejorado de forma generalizada, aunque las empresas estén optando más, de momento, por modalidades prudentes de contratos fijos (bien parciales, bien fijos-discotinuos) para absorber muchos de los puestos que hasta hace año y medio era temporales. Así, hechas estas salvedades, la representatividad del empleo indefinido a jornada completa en Málaga se sitúa en realidad en el 52% del total de asalariados. En todo caso, se mejora también el 42% que se registraba antes de la aprobación de la reforma.

El secretario general de CCOO en Málaga, Fernando Cubillo, destaca la mejora en la estabilidad que la reforma laboral en este año y medio ha dejado en el empleo -«las cifras actuales de puestos indefinidos no tienen parangón histórico»- aunque recuerda que aún existen muchos malagueños que, pese a estar trabajando, no gozan de las condiciones idóneas.

«Todavía hay mucha precariedad laboral en la provincia. Hay más de 170.000 trabajadores en Málaga con contratos a tiempo parcial, ya sean temporales o indefinidos, o empleos fijos discontinuos. Son personas que no cobran lo que se entiende como un salario completo a lo largo de todo el año y que lo tienen mucho más complicado para llegar a fin de mes», apunta. Estas situaciones afectan en mayor medida a colectivos como el de los jóvenes o a la población femenina.

Cubillo considera que las empresas están abusando de los contratos a tiempo parcial, con personas a las que firman para cuatro o cinco horas al día que luego son alargadas con horas complementarias. También lamenta el excesivo uso de la denominada «jornada irregular», por la que a un trabajador se le pueden acumular en una sola jornada la mayoría de las horas que tiene estipuladas para una semana.

En cuanto al gran avance de los fijos-discontinuos, los sindicatos recuerdan que estos contratos «no son algo negativo», ya que aportan más derechos y seguridad a trabajadores que antes eran temporales y trabajaban a «a demanda». «Un fijo-discontinuo tiene al menos la seguridad de que su empresa lo llamará pasados unos meses. Y mientras tanto, puede incluso compaginarlo con otro trabajo. Pensamos que la tendencia marcada por la reforma es muy positiva», comentan.

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El aumento del empleo a través de contratos de fijos-discontinuos ha generado polémica a nivel estadístico, ya que aunque estas personas dejen de trabajar para sus empresas durante varios meses al año, no computan nunca técnicamente como parados en las series mensuales del SEPE sino como demandantes de empleo no ocupados (DENOS). Eso ya ocurría antes de la reforma, lo que pasa ahora es que, tras la reforma, muchos trabajadores temporales (que antes si se contaban como parados cuando finalizaban sus contratos) han pasado a ser fijos-discontinuos. Este hecho, para algunos, distorsiona de forma importante las cifras de paro y le sirve al Gobierno para «maquillar» las cifras de desempleo. Para los expertos, el mejor método para medir el nivel de empleo son las cifras mensuales de afiliados a la Seguridad Social, donde sólo aparecen los trabajadores de alta en cada momento. La cifra actual en Málaga ronda los 710.000 (578.000 afiliados a el Régimen General y 131.000 autónomos. Una cifra que, en todo caso, es la más alta de siempre en la provincia de Málaga.

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