Renaturalización

Málaga se reencuentra con el Guadalmedina

Los malagueños celebran la apertura del paseo fluvial aunque reclaman la instalación de farolas, bancos y papeleras, para lo que ya hay una compra en marcha, así como que el recorrido llegase hasta la desembocadura del río

Aguas arriba desde el Puente de Armiñán los ciudadanos encuentran en el río un lugar de esparcimiento, para hacer deporte y alejarse del tráfico

Ana I. Montañez

Ana I. Montañez

Uno de las muchas reminiscencias que la ciudad de Málaga conserva de su pasado árabe y medieval se halla en el nombre del río que la atraviesa, a lo largo de sus últimos seis kilómetros antes de zambullirse en el mar.

Guadalmedina, del árabe Wadi-al Madina, significa «río de la ciudad», una denominación que ensalza la inevitable relación del cauce con la urbe a la que pertenece, ello pese a que en las últimas décadas el entorno urbano no haya sabido -o no haya querido- aprovechar esa conjunción de elementos.

Sin embargo, esta ciudad que a menudo se ha referido a su río casi como un estorbo sin solución viable o incluso como una «cicatriz» ha descubierto en apenas un par de meses que el Guadalmedina sí puede ser un lugar al que acudir para pasear, hacer deporte o simplemente desconectar. Málaga se ha reencontrado con su río.

Es la conclusión que se puede extraer tras recorrer los 4,8 kilómetros de paseo fluvial que la Junta de Andalucía ha ejecutado aguas arriba desde el Puente de Armiñán, a la altura de la Goleta, y que llega casi a las faldas de la presa del Limonero, a la altura de la autovía A-7. Los trabajos han durado 20 meses y la inversión ha alcanzado los tres millones de euros.

Septiembre de 2023. Aspecto del río Guadalmedina a su paso por la ciudad.

El paseo discurre por debajo y por encima de los puentes. / Álex Zea

Un camino salpicado de chopos, sauces, árboles del amor, cipreses, pinos piñoneros, moreras o laureles y otras especies vegetales que amenizan el paseo -en total se han plantado 50.000 especies entre árboles y arbustos-, eso sí, ejemplares aún jóvenes que necesitarán unos años para convertirse en un buen cobijo frente al sol.

Y en paralelo el lecho del río que, frente al hormigón que caracteriza el último tramo del cauce a su llegada a la desembocadura, luce en esa zona repleto de vegetación, con saltos de agua procedentes de un caudal ecológico que libera la presa del Limonero y que ha creado pequeñas balsas donde ya se han empezado a anidar varias comunidades de aves.

Es especialmente llamativo a la altura del estadio de la Rosaleda, donde la flora y la fauna han sustituido a la basura que se acumulaban en esta zona. En total, se han retirado del cauce 2.000 toneladas de residuos así como todas las especies vegetales invasoras.

Al caer la tarde, ese paseo que atraviesa hasta seis puentes ya se llena de malagueños que, aprovechando el tiempo libre, salen a caminar, correr, montar en bicicleta o pasear a sus mascotas.

Septiembre de 2023. Aspecto del río Guadalmedina a su paso por la ciudad.

Comunidades de aves ya viven en el río. / Álex Zea

Gran acogida

La Opinión ha recogido las percepciones de algunos de estos ciudadanos, que coinciden en que falta iluminación para poder dar paseos nocturnos, bancos para el descanso y papeleras.

«Para el centro es un paseito muy bueno, me figuro que pondrán sus farolitas y sus papeleras. Y lo único decir que seamos todos un poquito conscientes, que mantengamos esto lo máximo limpio que se pueda», explica Angelines, de Ciudad Jardín, que lamenta que en los bordes del camino ya han vuelto a acumularse residuos.

«Nos faltaría algún banco», explica María, que viene andando con su nieta Marta, también desde Ciudad Jardín. «Y sobre todo a la sombra porque las personas mayores se cansan de andar y para que puedan tomar un poco el aire. Pero se ve muy bien, muy bonito y tranquilo», añade Marta.

Mientras circula en bicicleta, Antonio hace una pausa para atender a este periódico: «Es cómoda para montar en bici si se va a una velocidad prudente por aquí, te quitas de la acera, no molestas y aunque hay gente andando o corriendo, respetándonos todos está bien. Es un camino amable», explica este ciclista, que ya usa este paseo fluvial en lugar de la bicicleta cuando quiere subir a los montes a hacer una ruta en mountain bike. Eso sí, para Antonio también falta iluminación.

En el caso de Antonio, de la Virreina, ahora emplea este camino para salir a andar. «Cuando no estaba esto me iba para el centro a andar, pero no es lo mismo, con los coches, los semáforos, pasos de peatones».

En la misma idea se expresa Cristian, de Ciudad Jardín, que asegura que el nuevo camino permite ver un «nuevo entorno» y facilita el paseo «sin riesgo de estar cerca de la carretera».

«Sería ideal que se extendiera y llegara prácticamente hasta el puerto porque eso vendría bien para que la gente hiciera deporte, tanto andar como correr y llegaríamos al centro». De la misma forma, opina Angelines. Para Cristian el «único inconveniente» es la falta de mobiliario.

Al respecto, el Ayuntamiento de Málaga ya ha iniciado la compra tanto de 203 puntos de luz distribuidas en dos líneas a cada lado del río así como 80 bancos y 80 papeleras que se instalarán a lo largo del paseo peatonal.

La instalación del mobiliario permitirá abrir este espacio a la población anciana, que actualmente es la gran ausente en este espacio, precisamente debido a la falta de espacios para poder pararse a descansar.

Ahora que la Junta ya ha terminado su parte, corresponderá al Ayuntamiento de Málaga encargarse de su mantenimiento.

El paseo del Guadalmedina, en plena oscuridad por la falta de farolas.

El paseo del Guadalmedina, en plena oscuridad por la falta de farolas. / AIM

Ecologistas en Acción «bendice» la actuación

Unas semanas antes de que la Junta de Andalucía diese por finalizadas las obras para renaturalizar el Guadalmedina y abrirlo a la ciudadanía, Ecologistas en Acción convocó a la prensa para valorar la actuación.

Ya entonces la asociación ecologista había dado su «bendición» al proyecto al considerar que iba en la línea de su idea para recuperar el río que pasa por eliminar el hormigón del suelo, llenar de vegetación el río y hacer que corra el agua por su caudal, como ya informó este periódico en 2020 cuando hicieron pública su propuesta.

Ecologistas en Acción calificó como un «éxito» el nuevo paseo fluvial y la actuación sobre el río, pero instó a las administraciones públicas a no limitarlo hasta el Puente de Armiñán, sino que fuera más allá, hasta la desembocadura, como opinan precisamente algunos de los malagueños que han hecho uso del espacio tras ser consultados por este periódico.

Sin embargo, este planteamiento va en contra del acuerdo firmado entre el Ayuntamiento de Málaga y la Junta de Andalucía, por el que el Gobierno andaluz se encarga de Armiñán hacia arriba, mientras que el consistorio se hace responsable del proyecto desde este puente hasta la desembocadura.

Puentes plaza

El plan que defiende el alcalde para la parte que le toca al ayuntamiento es la construcción de «puentes-plaza», una suerte de boulevares que se construirán sobre el lecho del río, incluyendo el soterramiento del tráfico en las avenidas de la Rosaleda y de Fátima.

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