El enigma administrativo de Virgen de Belén

Este verano otoñal triunfa una vez más el escritor Arturo Pérez Reverte, en esta ocasión con un homenaje a las novelas policiacas clásicas, las que dominaban el mundo antes de que irrumpieran los detectives desastrados y bebedores y los asesinos más brutos de Estocolmo.

Y la verdad es que a los vecinos de la barriada de Virgen de Belén les vendrían como agua de mayo los servicios de Hércules Poirot, la señorita Marple, Philo Vance o Sherlock Holmes para desvelar un enigma administrativo al que se enfrentan desde 2004.

Porque en estos casi 20 años de indagaciones siguen sin tener claro a quién pertenece una parcela de 1.076 m2 al pie de un bloque en la calle Chico del Matadero. El terreno fue propiedad original de la constructora del barrio, que pertenecía a la Caja de Ahorros Provincial de Málaga, una entidad que desapareció tras fusionarse para crear Unicaja. 

Sin embargo a Unicaja no le constaban estos terrenos como suyos y para los vecinos, en realidad lo que pasó fue que en 1986, la constructora cedió al Ayuntamiento los terrenos de forma gratuita, algo que tampoco le consta al Consistorio, que en 2021 contestó que la parcela era en realidad de Unicaja. Un vodevil urbanístico en toda regla. 

En ese año, por cierto, Urbanismo retiró la valla que rodeaba esta parcela, bastante sucia y selvática, y la limpió. Pero se mantienen unas estructuras, techadas y abiertas que pertenecen a la Fundación Prometeo. 

Urbanismo limpia el solar sin dueño de Virgen de Belén

Y la polémica sigue porque para los vecinos, estos anexos estarían fuera de ordenación, al estar calificados en el PGOU como viario público, mientras que la Fundación Prometeo defiende que no hay ningún limbo jurídico y los añadidos pertenecen a una sociedad mercantil. 

Hace falta, desde luego, una mente perspicaz para averiguar por qué tras casi 20 años de gestiones vecinales, Unicaja y el Ayuntamiento se contradicen en relación con la propiedad de los terrenos de la calle Chico del Matadero (un torero). 

En cuanto a esos anexos, en agosto del año pasado los vecinos denunciaban que se habían convertido en refugio de indigentes y, por desgracia para ellos, en un lugar idóneo para montar botellones. 

El solar de los problemas en Virgen de Belén

Esta semana esta sección se dio una vuelta por la zona y comprobó cómo estas estructuras servían para colgar ropa de cama y mantener a resguardo cartones, una situación más que incómoda porque todo esto sucede, como se ha dicho, al pie de uno de los bloques del barrio. 

¿Está todo en regla?, ¿de quién es la parcela? Quién sabe si no el escenario ideal para una próxima entrega de Pérez Reverte. 

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