Crónicas de la ciudad

Las columnas acribilladas junto al río Guadalmedina

Escapa al análisis racional que durante tantos lustros ningún cargo público malagueño haya dado el paso para restaurar o bien retirar estos vandalizados elementos  

Detalle del estado de una de las columnas, la semana pasada.

Detalle del estado de una de las columnas, la semana pasada. / A.V.

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

Hace justo 20 años, en las primeras elecciones a las que concurría ya como candidato a la Alcaldía de Málaga Paco de la Torre, tras la ‘espantada ministerial’ de Celia Villalobos, en su programa electoral nos prometía a los malagueños para esa legislatura la integración «urbana y medioambiental» del río Guadalmedina. 

Extracto del programa electoral de 2003.

Extracto del programa electoral de 2003. / L.O.

Finalmente la integración medioambiental vino, muchos años después, de la mano de la Junta de Andalucía, en su etapa popular y sin duda, uno de los grandes logros de Juanma Moreno en Málaga. 

Por contra y frente a lo prometido en 2003, en estos 20 años la gestión municipal del Guadalmedina ha sido cuando menos bastante discreta, más llena de cuentos de la lechera que de realidades. 

Eso sí, pocas semanas antes de las elecciones municipales de este mismo año, ese ‘cinturón verde’ prometido, finalmente se dejó ver -simbólicamente- en el borrado de las pintadas de los muros y su sustitución por una pintura ‘verde arboleda’ y la plantación, entre el puente de la Aurora y el CAC, de 60 árboles y entre 3.000 y 4.000 plantas trepadores, además de 7.400 m2 de pradera. Nunca es tarde si la dicha es buena.

Por desgracia, nuestro Consistorio dejó escapar el tren de las ayudas europeas para renaturalizar el río en su integridad por un importe bastante sensato, algo que ha compensado la Junta del Puente de Armiñán hacia arriba con su magnífica actuación.

Nuestro alcalde, inexplicablemente, está empeñado en el costosísimo proyecto del puente plaza en el tramo final del río, que además tarda más que el arroz, con lo que mejoras municipales ha habido las justas. 

Las columnas

Tan pocas en estas dos décadas, con la notable excepción de las últimas obras pre-electorales, que todavía sobreviven escoltando el río, en toda su decrepitud, las columnas acristaladas de Pedro Aparicio

No existe ningún análisis racional que explique el abandono absoluto de estas columnas ribereñas, apedreadas y mancilladas durante lustros sin que ningún concejal, puesto de confianza, consejero, subdelegado o cualquier otro cargo público de los cientos que pululan por Málaga con ‘cargo’ a nuestros impuestos, se haya sonrojado y buscado una rápida solución.

Detalle de otra de las columnas vandalizadas.

Detalle de otra de las columnas vandalizadas. / A.V.

Porque en esta Málaga de éxito, con su Centro Histórico reconvertido en gran escenario turístico, resulta un enigma que, ante estas columnas destrozadas e indignas, ningún político se haya planteado las dos únicas opciones posibles: o restaurarlas o retirarlas. 

En su lugar, qué gran misterio, las dejan como están. 

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