Salud

Deporte y alimentación, un escudo contra el cáncer

 Marta e Isidra comparten su experiencia sobre su paso por el programa ‘Mueve Montañas’, una iniciativa pública que busca dotar a las mujeres que han sobrevivido a un cáncer de mama de las herramientas necesarias para que puedan aprender a llevar una vida saludable, con la que disminuyan el riesgo de recaídas 

De izda. a dcha., Isidra Sánchez, la doctora Bella Pajares y Marta Santos en el Hospital Universitario Virgen de la Victoria

De izda. a dcha., Isidra Sánchez, la doctora Bella Pajares y Marta Santos en el Hospital Universitario Virgen de la Victoria / La Opinión

Arancha Tejero

Arancha Tejero

Hasta hace unos meses, Marta Santos (48 años) apenas tenía movilidad en el brazo izquierdo a raíz de las cirugías a las que se había tenido que someter, entre ellas una doble mastectomía, para tratar de acabar con el cáncer de mama que padecía. Hoy, dos años después, le queda solo un mes de tratamiento y, gracias a que su oncóloga la animó a unirse al programa ‘Mueve Montañas’, comenzó a hacer ejercicio y ahora «ya puedo levantar el brazo como cualquier otra persona», afirma con orgullo la malagueña.

Pero no solo ha recuperado la movilidad de su brazo completamente, sino que también tiene menos dolores en las articulaciones, es capaz de levantarse de una silla sin problema e incluso puede hacer «un montón» de sentadillas. Una hazaña que hace un año le parecía imposible de realizar. «El programa es fantástico de verdad, ojalá durase más porque ayuda mucho», insiste Marta, que asegura que solo puede tener «palabras buenas» para describirlo.

Marta Santos

Marta Santos / L.O.

Y no es la única. Isidra Sánchez (53 años) sostiene con firmeza que unirse al programa ‘Mueve Montañas’ ha marcado un antes y un después en su vida. «Para mí ha supuesto un punto de inflexión en el sentido de que he incorporado a mi rutina el ejercicio, sobre todo, de fuerza. Y el hecho de tener que ir dos días a la semana por las tardes me ha ayudado a organizarme y coger el hábito», explica Isidra, que, en su caso, llegó a ‘Mueve Montañas’ gracias a que se lo recomendaron algunas compañeras de la asociación de la que forma parte, ASAMMA.

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Isidra Sánchez. / L.O.

«Llevaba mucho tiempo buscando algo así, porque yo tengo obesidad y el ejercicio era mi punto débil porque soy bastante perezosa», confiesa Isidra, que desde que se unió al programa ha perdido más de diez kilos y ha logrado que desaparezcan gran parte de los dolores que sufría. Para ella, ha sido como «un trampolín» y el impulso que necesitaba para apuntarse a un entrenador personal y comenzar a llevar una dieta adecuada.

«Algo importante para mí fue el hecho de tomar conciencia de que tenía que hacer algo», afirma Isidra

«Algo importante para mí fue el hecho de tomar conciencia de que tenía que hacer algo. Antes de empezar me habían detectado una prediabetes y, además, ya tengo una edad, lo que sumado al cáncer, que el tratamiento limita mucho, pensé que era el momento de empezar a cuidarse bien porque, si no es ahora, luego va a ser más difícil», reflexiona Isidra, a la que le diagnosticaron un cáncer de mama HER2 recién cumplidos los 46 años, tras detectarse ella misma un bulto.

'Mueve Montañas'

‘Mueve Montañas’ es un programa de la Unidad de Gestión Clínica Intercentros (UGCI) del servicio de Oncología Médica de Málaga que engloba ejercicio físico, talleres de alimentación y hábitos de vida saludable, y grupos de apoyo emocional para mujeres que han superado un cáncer de mama. Tres pilares que buscan dotar a las pacientes, a lo largo de los tres meses que dura el proyecto, de las herramientas y pautas necesarias para introducir cambios en su rutina y llevar una vida más saludable que las proteja de posibles recaídas.

El ejercicio físico "no tiene efectos secundarios"

«El ejercicio físico es un arma muy valiosa en la prevención del cáncer. Es capaz de prevenir hasta once tipos de cáncer en las personas que realizan ejercicios físicos de manera regular. Y, sobre todo, parece que también está influyendo en mejorar el pronóstico, es decir, todo apunta a que en los pacientes con cáncer, sobre todo de cáncer de mama, colon o próstata, que realizan ejercicios físicos después del diagnóstico va a disminuir sus riesgos de recaídas, es decir, va a aumentar su supervivencia», explica la doctora Bella Pajares, coordinadora del programa que ideó junto a su jefe, el doctor Emilio Alba, al tomar conciencia de los beneficios que el ejercicio tenía, tanto para la prevención, como para la mejora del pronóstico de los pacientes con cáncer y de los efectos secundarios.

«Sabemos que es un arma terapéutica no farmacológica, es decir, no es un medicamento, por lo que no tiene efectos secundarios y los efectos que tiene son positivos, no solo con respecto al cáncer, los tratamientos y las, toxicidades, sino también a nivel global, emocional, cardiovascular y del sistema inmunitario», insiste la doctora, que resalta la capacidad del ejercicio físico de mejorar la calidad de vida de los pacientes, al aliviar la fatiga asociada al tratamiento, mejorar su funcionalidad y disminuir los niveles de estrés y ansiedad.

El programa ‘Mueve montañas’ ha ayudado ya a casi un centenar de mujeres.

El programa ‘Mueve montañas’ ha ayudado ya a casi un centenar de mujeres. / L.O.

Ayuda para el deporte

Para introducir a las pacientes en el deporte, cuentan con una fisioterapeuta, Inmaculada Conejo, especializada en ejercicio físico con pacientes con cáncer, que no solo supervisa y enseña a las mujeres a realizar los ejercicios correctamente, sino que también les ayuda a perder el miedo al ejercicio, derrumbando mitos como que no pueden usar el brazo o levantar peso.

Tanto los ejercicios como los talleres se llevan a cabo en el Centro de Especialidades San José Obrero (Barbarela) dos veces por semanas en grupos de diez mujeres. Para comprobar la evolución de las pacientes, se les mide una serie de variables, como el peso, índice de masa muscular, adherencia a la dieta mediterránea, la capacidad de hacer actividades diarias, niveles de colesterol, estado de la flora intestinal, etc., tanto al inicio del programa como al final, para poder comprobar la progresión. «En las analíticas comprobamos cómo mejoran en casi todo. Y, por ejemplo, la que al principio daba dos vueltas y se asfixiaba, al acabar el programa es capaz de dar tres o cuatro vueltas al circuito», apunta la oncóloga.

El pilar de la alimentación

Para lograr esa mejoría, además del deporte, es fundamental cuidar la alimentación y por ello el programa también ofrece talleres sobre cómo recuperar la dieta mediterránea, que, como destaca la doctora Pajares «es la que tiene mayor evidencia de asociarse a un menor riesgo de desarrollo de cáncer». También aprenden a cómo organizar de manera sencilla un menú semanal, cuáles son los diferentes grupos nutricionales, a leer las etiquetas de los productos... «Las charlas nutricionales son estupendas y, al final, una vez te haces con la copla no es tan difícil, porque igual de rápido es prepararte un tomate picado con queso que calentarte una pizza», reconoce Isidra.

Por su parte, Marta asegura que ha aprendido «muchísimo» y que, aunque aún le quedan aspectos que mejorar, ya ha empezado a modificar su dieta. «Yo siempre había asociado la alimentación a un tema de peso y, como siempre he estado delgada, no le daba importancia. Pero hay que saber que está afectando a tu organismo, aunque tú estés delgado», reflexiona la malagueña.

«Después del diagnóstico también hay muchos estudios que nos hablan que una dieta baja en azúcares refinados, grasas saturadas y ricas en frutas, en verdura, cereales integrales, también va a tener un papel protector», explica la oncóloga, que puntualiza que el programa no solo se centra en la alimentación, sino también en hábitos de vida saludables como los perjuicios del tabaco, el alcohol, el estrés o la importancia del sueño nocturno, que también van a influir en el estado inmunológico y las defensas del paciente.

Centro de Especialidades San José Obrero

Centro de Especialidades San José Obrero / L.O.

Compartir experiencias

Por último, el tercer pilar clave del programa son los grupos de apoyo emocional, dirigidos por terapeutas especializados en pacientes oncológicos, en los que se fomentan que las pacientes se conozcan, creen una serie de vínculos y puedan compartir los temas que les preocupan como el miedo a las recaídas, el pensamiento anticipatorio, el estrés, la imagen corporal o el tema de la sexualidad. «Nos parecía muy importante que pacientes que han pasado por un mismo proceso pudiesen compartir todas esas experiencias y dotarlas de las herramientas necesarias para afrontar mejor el proceso de cáncer», explica la doctora Pajares, que subraya que uno de los temas fundamentales que se trata es el tema del autocuidado.

"La verdad es que ayuda mucho, hablas, te desahogas y ves que no estás tú sola", comparte Marta

«Muchas pacientes son mujeres jóvenes que están en edad de crianza y dedicadas al cuidado de su familia y entorno, por lo que les cuesta mucho pensar en su propia necesidad y centrarse en ellas durante esta etapa del proceso oncológico. Entonces el tema del autocuidado y de la autocompasión es algo que se trabaja mucho», apunta la oncóloga. «La verdad es que ayuda mucho. Hablas, te desahogas y ves que no estás tú sola. Evidentemente, sé que hay más gente que está en unas circunstancias similares, pero no es lo mismo saberlo que verlo y conocerlas. Además es un grupo muy apañado, son todas estupendas», comparte Marta, que señala que mantienen el grupo de WhatsApp juntas y quedan de vez en cuando para comer, merendar o pasear.

Y es que ese es, justamente, uno de los objetivos secundarios de ‘Mueve Montañas’, «que se hagan amigas y cuando acaben las sesiones siga ese vínculo, se llamen entre ellas y queden para pasear o hacer ejercicio», puntualiza la doctora Pajares, que concluye que el fin último del programa es dotarlas de las herramientas necesarias para que puedan llevar por su cuenta una vida saludable y sentirse acompañadas, pues, como apunta Marta, «no es lo mismo hacerlo sola, que en grupo».

Cáncer de mama, el tumor más frecuente en mujeres

El cáncer de mama es el tipo de tumor más frecuente en las mujeres, pues representa casi el 30% de los cánceres diagnosticados en mujeres, según los datos de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), que subraya que es una enfermedad grave, pero que se puede curar si se detecta a tiempo. En el caso de la provincia de Málaga, la oncóloga Bella Pajares señala que cada año se diagnostican más de 1.000 casos nuevos en la provincia, solo en la sanidad pública. Asimismo, destaca que ya son casi cien mujeres las que se han beneficiado del programa ‘Mueve Montañas’, que hasta ahora solo acumula «respuestas muy positivas en las encuestas» por parte de las pacientes. 

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