Crónicas de la ciudad

Actividad minera en la calle dedicada al Maestro Solano

Casi todas las tapas de registros de esta calle de Miraflores del Palo marcharon a por tabaco. El riesgo para el confiado peatón no es nada desdeñable

Dos de los registros sin tapas, el pasado domingo en la calle Maestro Solano, en Miraflores del Palo.

Dos de los registros sin tapas, el pasado domingo en la calle Maestro Solano, en Miraflores del Palo. / A.V.

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

En las alturas de Miraflores del Palo una calle recuerda al Maestro Solano. Se trata del cacereño afincado en la Costa del Sol Juan Solano Pedrero, que falleció en el Parque San Antonio de Málaga en 1992, a los 70 años -otras fuentes hablan de 72- y está enterrado en el cementerio de Benalmádena por expreso deseo suyo. 

La Biblioteca Nacional le contabiliza 81 obras y está considerado uno de los últimos grandes de la copla. 

Para que se hagan una idea, entre sus composiciones se encuentran ‘El Porompompero’ y ‘Tengo miedo’, así como la banda sonora de dos películas, la primera, la más famosa de Sara Montiel y la segunda, una de las grandes de la historia de nuestro cine y para muchos la mejor: ‘El último cuplé’ y ‘Bienvenido Mr. Marshall’.

Quién sabe si los vecinos de estas alturas de la calle Maestro Solano no tendrán que vestirse de andaluces y cantar el ‘Americanos, os recibimos con alegría’ para festejar el arreglo de esta vía, que desde hace varias semanas sufre un intenso proceso de ‘extracción minera’. 

Detalle de uno de los registros de la calle Maestro Solano, el pasado domingo en Miraflores del Palo.

Detalle de uno de los registros de la calle Maestro Solano, el pasado domingo en Miraflores del Palo. / A.V.

La calle, en su último tramo, es una cuesta que hace honor a su nombre por su costoso ascenso. Jalonada por farolas, cada una tiene al pie la tapa de un registro muchas de las cuales en los últimos tiempos se han ido a por tabaco. En su lugar ha quedado el hueco de la ausencia, ideal para que cualquier peatón distraído meta la pata. 

De esta manera, la acera está cobrando un perfil accidentado y quién sabe si no acabará como las Médulas de León, el asombroso paisaje cincelado por las minas romanas de oro.

Claro que la minería no se limita a las discretas tapas metálicas de la luz y también se ha cobrado piezas de caza mayor.

De esta forma, en la acera de la izquierda una tapa de mayor tamaño ha sido víctima de la minería intensiva y en su lugar aparecen las entrañas de un hidrante. Al menos este robo ha sido señalado con una cita con los colores del Atlético de Madrid, ñoscos y ladrillos.

El robo de otra de las tapas ha obligado a señalizar este hidrante en la calle Maestro Solano de Miraflores del Palo.

El robo de otra de las tapas ha obligado a señalizar este hidrante en la calle Maestro Solano de Miraflores del Palo. / A.V.

Pero el elemento de mayor tamaño desaparecido es una gran tapa que, en la acera de la derecha, cubría lo que parece una suerte de pozo o, cuando menos, una metáfora de la comunicación con el inframundo, porque el agujero que ha dejado a cielo abierto es para que cualquier paseante se caiga con todo el equipo como si se lo hubiera tragado la tierra. 

Por la peligrosidad que presenta, un alma caritativa lo ha rellenado con un gran palo, una caja de plástico, ramas y una garrafa. Urge recuperar la buena sintonía en esta calle. Suerte.

Suscríbete para seguir leyendo