Educación

El algoritmo concebido en Marbella que predice el fracaso escolar

El profesor del Instituto Sierra Blanca Gregorio Gutiérrez confía en que el sistema, que se desarrolla con la colaboración de 30 docentes de la provincia de Málaga, entre en funcionamiento el próximo curso académico - Vaticinará la evolución del alumno con una fiabilidad del 90 por ciento

El profesor del Instituto Sierra Blanca, Gregorio Gutiérrez, en su despacho.

El profesor del Instituto Sierra Blanca, Gregorio Gutiérrez, en su despacho. / L.O.

Marcel Vidal

El profesor Gregorio Gutiérrez, que imparte docencia en el Instituto Sierra Blanca de Marbella y es un apasionado de las nuevas tecnologías, desarrolla desde hace unos meses, a través de la inteligencia artificial, un algoritmo con el que confía en predecir, con un 90 por ciento de fiabilidad, el fracaso escolar.

El desarrollo de la fórmula se encuentra en la actualidad en la recopilación de datos, como las faltas de asistencia a clase o las evaluaciones periódicas, que aportan 30 docentes distribuidos en diez centros de educación ubicados en la provincia de Málaga a través de formatos compatibles entre sí.

Entrenamiento

Posteriormente, dentro de unos tres meses, según indica Gregorio, tocará ajustar las variables del algoritmo y «entrenarlo» con los datos.

«Entrenar es dar al algoritmo los datos de que disponemos y algunos diagnósticos de los profesores. Otros diagnósticos los tendrá que adivinar el algoritmo. A medida que vayamos dando datos, el algoritmo irá buscando la relación entre unos y otros e irá ‘aprendiendo’», explica el profesor, que imparte Tecnología a alumnos de segundo, tercero y cuarto de la ESO.

El objetivo del docente es que, en el mejor de los casos, el proceso esté culminado a finales de curso; y en el peor, en septiembre, y poder utilizarlo a partir del próximo curso académico.

«En los primeros 20 días de curso recogeremos datos para que el algoritmo nos empiece a dar pronósticos de las posibles dificultades en cada una de las asignaturas de la evaluación inicial», agrega el docente, que desarrolla el proyecto con el apoyo de la Junta de Andalucía.

Gregorio, que evita hablar de fracaso escolar y opta por emplear la expresión «dificultades de los alumnos», señala que, en algunas ocasiones, la metodología que utiliza el profesor para impartir sus conocimientos no se adapta a los estudiantes, lo que obstaculiza el aprendizaje.

«Los recursos que tenemos los profesores son limitados. En una clase puede haber 30 alumnos que pueden ser muy diversos, como cada vez lo son más las sociedades. Cuando yo estudiaba la enseñanza secundaria, los estudiantes éramos mucho más parecidos, lo que hacía que la metodología de clase del profesor valiera para todos», agrega el docente, oriundo de Jaén y que imparte clases en Marbella desde hace cerca de 27 años.

Con el desarrollo del algoritmo, Gregorio intenta aportar, desde la aplicación de las nuevas tecnologías, su grano de arena para facilitar la formación de los estudiantes del siglo XXI.

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