Sucesos

Marbella y Pontevedra esperan la extradición del narco que fingió su muerte para evitar la cárcel

La justicia española aguarda la llegada desde Hungría de Sérgio Roberto de Carvalho para juzgarlo en Galicia por un alijo de 1.700 kilos de cocaína y por simular su fallecimiento en la Costa del Sol con la identidad falsa con la que vivía en España

Identidad que Carvalho usaba cuando fue detenido en Hungría.

Identidad que Carvalho usaba cuando fue detenido en Hungría. / L.O.

La Opinión

Más de un año y medio después de su detención en Budapest, la justicia española sigue esperando la llegada de Sérgio Roberto de Carvalho, el narco brasileño que vivió en España bajo una identidad falsa con la que fingió su muerte en Marbella para evitar una condena segura en Galicia. Por un lado, la Audiencia Provincial de Pontevedra aguarda que las autoridades húngaras culminen su petición de extradición para juzgarlo por el caso Titán III, nombre del remolcador que la Policía Nacional interceptó con 1.700 kilos de cocaína cuando navegaba hacia Galicia y por el que el pasado mes de junio fueron condenadas 14 personas a penas de entre 3 y 12 años y medio de cárcel. Antes de fingir su muerte como Paul Wouter para extinguir su causa, la Fiscalía pedía para él 13 años de prisión. Fuentes judiciales gallegas aseguran que la audiencia pontevedresa está a expensas de lo que decida la justicia húngara.

El otro juzgado que reclama al narco está en Marbella, donde Sérgio Roberto vivía como Wouter en libertad provisional a la espera del juicio en Galicia. En este caso, el instructor espera tomarle declaración para aclarar cómo consiguió la muerte administrativa de su alter ego en la ciudad costasoleña. En el centro de la investigación se encuentra el certificado de defunción con fecha del 29 de agosto de 2020 que sitúa el óbito en un piso de la calle San Juan Bosco. Su defensa presentó en la Audiencia de Pontevedra este documento y los que acreditaban su cremación en el cementerio Virgen del Carmen. Otra de las incógnitas es si se utilizó un cuerpo para completar el trámite, algo de lo que los trabajadores de la funararia están convencidos, y, en ese caso, la identidad del mismo.

La ausencia del principal implicado no ha impedido que la causa avance para algunos de los inicialmente implicados. Como ya adelantara este diario el pasado verano, el médico que firmó el certificado de defunción y dos trabajadores de la funeraria que trasladaron el féretro hasta el cementerio fueron exonerados por el juez instructor. Por el contrario, mantuvo como investigado por falsificación documental a un amigo del narco que aparece en el certificado como testigo y que supuestamente habría realizado algunos de los trámites relativos al óbito.

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