Tradición

La Pasión de Casarabonela: el auto sacramental de Málaga

La Pasión de Casarabonela descubre un nuevo panorama sobre los acontecimientos de la vida de Jesús desde hace cuatro décadas

Desde hace semanas la iglesia de Santiago de Casarabonela se prepara para acoger uno de los mayores acontecimientos culturales y artísticos de este municipio del Parque Nacional de la Sierra de las Nieves

Josemi Sepúlveda

Josemi Sepúlveda

Nadie puede discutir que la Biblia es el libro más difundido de la historia de la humanidad. Nadie puede discutir que, de todos los personajes a los que esta conocidísima obra nos enfrenta, Jesús - un nombre de origen arameo que significa «Yahveh es salvación» o «Yahveh es Señor»-, es posiblemente la figura más conocida de todos los tiempos.

Jesús fue el primer 'influencer' de la historia pues ha unido y desunido a pueblos, ha creado polémicas, se han construido y destruido ciudades en su nombre, ha sido la inspiración para pintores, escultores, fotógrafos y tallistas. Debates, ensayos, libros, reportajes, trabajos de investigación, documentales, musicales, obras de teatro, películas, revistas, estudios, la Semana Santa, las religiones, la filosofía, excavaciones arqueológicas, pensamientos, estilos de vida, educación y en un millar de cosas más está, sin darnos cuenta, el Nazareno. Una figura que marca con todas sus aristas a una sociedad avanzada en todos los sentidos directa o indirectamente tras más de dos mil años. Se dice pronto.

Las escrituras nos cuentan a través de los evangelios sus ideales, algunos aspectos de su vida pública, sus últimos días, muerte y Resurrección. La Pasión.

Aquí, en Málaga, desde hace cuarenta y cuatro años, cada Domingo de Ramos Jesús agarra el picaporte de la iglesia de Santiago, arrea tres golpes y se abren las puertas de La Pasión de Casarabonela. Un auto sacramental que, por supuesto, está basado en los hechos que escribieron los evangelistas. El espectador se espera, con toda lógica, asistir a una obra de teatro en la que se muestren aquellos momentos duros y finales en la existencia de Cristo.

Representación del auto sacramental de Casarabonela

Momento en el que a Jesús le colocan la corona de espinas. / Juan Manuel Sánchez-Lafuente / LMA

Más allá del relato histórico

Pero La Pasión de Casarabonela va mucho más allá. No se queda en el simplismo, en lo obvio, en la escena lacrimógena del calvario, en la crueldad de los jueces, en la sangre que derramó el reo en la cruz o en la pena de su madre. Este auto sacramental va destinado a una sociedad que tiene la cabeza en el individualismo, en las redes sociales, y en gustar creyendo que esa es la esencia de la existencia.

Casarabonela tiene una auténtica Pasión por suscitar el pensamiento crítico de aquel o aquella que se sienta en un banco de su iglesia un Domingo de Ramos, un Lunes o un Martes Santo. Lo que ocurre en el templo es una provocación del raciocinio, una reflexión sobre nuestro actual estilo de vivir en todas sus facetas y vertientes, una lluvia de porqués, un examen de nuestro más profundo interior desde el corazón de un sagrado lugar como es su templo.

Esta meditación colectiva, por las distintas etapas de La Pasión, se experimenta a través de los personajes conocidos y de otros que vienen a potenciar los símbolos, el relato, los rituales, el drama de la vida, la esperanza de la muerte y el amor. La espectacular puesta en escena destaca por la ausencia de decorados y sus contados elementos consiguiendo que el espectador fije su atención en los personajes. En el relato.

Música

Cánticos del Renacimiento y del Barroco, sonidos de una capilla musical con sones del Renacimiento y de la Edad Media, cantos a capela o la saeta es el colmo para favorecer la atmósfera mágica con música en auténtico directo. Los moriscos han sabido mezclar los ingredientes y cantidades equilibradas en este espectáculo, por llamarlo de algún modo, porque realmente no tiene parangón con nada que se haga en el país.

La Pasión de Casarabonela presenta cada edición un cartel basado en una de las escenas de su auto sacramental que consta de 35 escenas en cinco actos: La Purificación, La Traición, La Blasfemia, El Infierno y La Muerte.

Representación del auto sacramental de Casarabonela

Jesús, en una de sus caídas, camino del monte Calvario. / Juan Manuel Sánchez-Lafuente / LMA

Si ha leído este reportaje hasta este punto le recomiendo que no le haga caso a nada o a casi nada. La experiencia de asistir a este auto sacramental es brutalmente más intensa y reconfortante para los sentidos de lo que acaba de leer. Un bofetón de realidad y de actualidad.

La Pasión de Casarabonela evidencia que el mundo del ser más popular de la historia, Jesús, y el suyo, estimado lector o lectora, siguen siendo el mismo. Herodes, Caifás y Anás, Judas y Pedro, José de Arimatea y El Cirineo, el demonio … poco han cambiado los personajes y la historia, poco hemos cambiado a pesar de que el mensaje del crucificado, sigue estando vigente pero sin aplicar.

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