Opinión | MÁLAGA DE UN VISTAZO

Shylock y nuestro horizonte

Mis pasos me llevan en un día parcialmente nublado a volver a contemplar la bahía, que en Málaga tiene una visión más que terapéutica. Esa ensenada la cual nos asiste y ampara en esta época de incertidumbre, dolor, añoranzas y despedidas; este entrante que se cala en la mirada para siempre como refugio donde hallar una belleza desprotegida y la calidez de su horizonte que la proyecta enfrentado a un tiempo en el cual una minoría de cínicos y ventajistas, con pretensiones muy marcadas por la especulación, tienden a destruirlo con unos argumentos afrentosos más propios de Shylock, el personaje usurero del Mercader de Venecia. Los cientos de alegaciones formuladas por colectivos al proyecto de construcción de un hotel junto al dique de levante ya tienen respuestas, la gran mayoría negativas, por parte del Ayuntamiento. Exasperante y descorazonador. En el artículo ‘Los paisajes como patrimonio natural y cultural’ de Florencio Zoido Naranjo, director del Centro de Estudios Paisaje y Territorio (CEPT), el catedrático de Geografía expone de forma experta la formulación y entrada en vigor del Convenio Europeo del Paisaje; de este acuerdo internacional fluye en su Preámbulo: «El paisaje es un componente fundamental del patrimonio natural y cultural de Europa... para la consolidación de la entidad europea y la elaboración de las culturales locales». Se refiere a su condición de factor esencial del espacio de vida de las poblaciones y la necesidad de integrar el paisaje en las políticas culturales y medioambientales, tanto los considerados excepcionales como a los cotidianos o degradados. Por tanto, si todo el territorio es paisaje y éste expresa valores patrimoniales, todo el territorio contiene valores patrimoniales. ¿Qué beneficio atávico y paisajístico puede tener el rascacielos del puerto? Hallen la respuesta. El compromiso de ver nuestro horizonte es lo que nos libera.