Opinión | Málaga solidaria

Reaprender

Plantea Alvin Toffler que «los analfabetos del siglo XXI no serán los que no sepan leer ni escribir, sino los que no puedan aprender, desaprender y reaprender». En una realidad como la actual, en la que los cambios, la incertidumbre y la complejidad son el día a día, tendríamos que centrar buena parte de la labor educativa en preparar a las personas para adaptarse a esa necesidad de estar en constante desaprendizaje para empezar de nuevo y no dejar de conocer. Más tecnología, más información, muchos más contenidos y más rapidez en los cambios es lo que nos espera y esto no empezó con la horrible pesadilla de la pandemia, sino antes, hagamos memoria. Lo que sí hemos constatado durante la misma, es que existe una enorme ruptura entre lo que se espera de la sociedad y lo que buena parte de la sociedad puede asumir. De pronto nos dimos cuenta de que era el momento de generalizar la administración electrónica y de que era más rápida y eficaz la comunicación virtual; que tener un certificado digital te abre puertas y acorta plazos, y que una presentación con Canva, Genially o Freepik, puede ser más chula y dinámica que un Powerpoint. Lo que tardamos en ver era que hay una parte muy importante de la ciudadanía que está alejada de todo eso, a la cual se le sigue exigiendo cumplir sus obligaciones pero que no siempre puede ejercer sus derechos. Las frases más habituales que nos formulan cuando intervenimos en los barrios suelen ser ¿cómo contacto con la Seguridad Social para solicitar mi ayuda?, ¿cómo puedo saber si el SEPE ha recibido mi recurso?, ¿cómo puedo pedir información al SAE o a Servicios Sociales para saber si me corresponde una ayuda?, ¿cómo la pido?, si no me la dan ¿cómo comemos? Básicas, ¿verdad? Preguntas básicas para respuestas complejas en las que hay que indicarles que necesitan un ordenador, móvil o tablet, con conexión a internet y, probablemente habrán tenido que conseguir una firma digital o una contraseña Clave, o que si no tienen están los Centros de Acceso Público a Internet, o los CiberCaixa, o los Red Conecta para que les dejen los equipos y les enseñen. Que deben aprender, desaprender y reaprender, al igual que quienes sí disponemos de esas herramientas y no siempre supimos hacer uso de ellas. La diferencia está en que quienes tienen esa posibilidad «están aprendiend»”, pero quienes no la tienen «son invisibles». Tal vez simplificamos cuando hablamos de brechas, tal vez nos conformamos para no ver algo mucho más profundo.