Opinión | Málaga solidaria

Adaptación

Ya he comentado en alguna ocasión la necesidad de adaptarnos a los cambios continuos en la realidad. Desde la economía se habla de que estamos en un mundo VUCA (Volatile, Uncertain, Complex and Ambiguous), es decir volátil, incierto, complejo y ambiguo. Es esa modernidad líquida para la cual es necesaria una nueva visión de la educación y el desarrollo personal a cualquier grupo de edad. Si bien en una época como la actual, en la que la pandemia nos ha obligado a cambiar determinados hábitos y procesos para adquirir mayores competencias digitales y creativas para la innovación, en materia de emprendimiento estos cambios son mucho más relevantes ya que los modelos de negocio, la adaptación a los recursos y herramientas tecnológicas es cada vez más compleja para poder competir y, sobre todo, no caer en modelos obsoletos que no responden a las demandas de la sociedad. Por ello, son necesarios nuevos marcos de trabajo adaptados a un entorno de alta incertidumbre que gestionen procesos de innovación en las organizaciones. Es necesario educar en dicha innovación para transformar la realidad en la que la persona emprendedora quiere desarrollar su idea y, además, enseñarle a persistir, sobreponerse al fracaso, aportar una propuesta de valor válida y de éxito. Y es que el emprendimiento es posible pero tenemos que guiar puesto que una empresa hoy si no se adapta puede que nunca lo haga.

De ahí la importancia de la mentorización a personas emprendedoras que trabajamos algunas entidades sociales, acompañada siempre de una formación que no solo lleve a comprender cómo debemos emprender, sino también cómo hacernos imprescindibles aun en un sistema complejo y no solo con la idea base, sino con la atención y el cuidado al logro del triple balance económico, social y medioambiental. El modelo de emprendimiento social que llevamos a cabo desde las entidades no lucrativas desde hace años ha tenido que irse adaptando a la realidad puesto que ésta está en constante cambio y nosotras lo vivimos. Estamos en plena revolución en nuestra gestión de los proyectos e intervenciones y debemos prescindir de la inercia o de ensalzar la experiencia adquirida para volver a ser innovadoras y responder así mejor a la realidad cambiante. Eso nos da una cierta fuerza para seguir sumándonos a apoyar iniciativas de personas que quieran crear y transformar a través del emprendimiento. Siempre estaremos con ellas.