Opinión | El Copo

La noche más buena

La decoración de la mesa de Navidad debe incluir elementos naturales.

La decoración de la mesa de Navidad debe incluir elementos naturales.

Hoy es la más buena de todas las noches que podamos vivir: unos, los menos, por fe y otros, por querer ser.

Siempre hay quien pide más y nos insinúa que Navidad debe ser todos los días; seguro que sí, pero un servidor se conforma con uno nada más, el día y la noche de hoy. Si hay dos, mejor que mejor, pero si al menos nuestro corazón deja de ser de piedra y se convierte en carne que late durante veinticuatro horas, sabremos gozar de ser humanos, no más, sino sencillamente humanos, personas.

Canten -amigos y amigas- villancicos y que salten «los peces por los ríos»; yo, por si es el último año, alzo la copa de anís, con polvorón incorporado, y brindo por la paz y por «la ciudad que todo lo acoge y todo lo silencia», Málaga, por esta pluralidad de personas desconocidas que musita esperanza al regazo del monte y la mar.

Por la paz, algo bastante más delicado que la tediosa tranquilidad; por la paz que desprenden, o deberían desprender la libertad, justicia y tolerancia; por la paz que se perpetúa en la sonrisa sincera del encuentro con el otro, y no en la ridícula carcajada de lo grosero; por la paz que deseo, la que viene de la mano de la auténtica y sincera fraternidad.

Y por ella, Málaga, por este enjambre de ciudad abierta, la que me hizo y me deshace, por su torbellino de ciudad libre, abierta al mar del asombro y la que besa de sal las entrañas de sus hijos, aunque sean adoptivos.

Es Navidad y celebramos la «noche más buena»; por ella alzo el anís y que suene el pandero en tu linda mano, mimosa niña mía. Felicidad es el nombre, que a todos nos cubra.