Opinión | MÁLAGA DE UN VISTAZO

Enfrentamientos

Peleas las hay de todo tipo y todos los días, grandes y pequeñas, con uno o contra muchos, con desconocidos o contra amigos, con la familia o la empresa, entre compañeros de trabajo, socios o jugadores de un mismo equipo, hay peleas incluso contra uno mismo, por no conseguir lo que se quiere, o por no saber qué pretende, por volver a fallar en lo de siempre o por cualquier otro motivo, siempre hay luchas, contiendas, riñas o reyertas a veces inevitables, otras innecesarias.

No siempre sale alguien victorioso de una disputa, en ocasiones se enfrentan dos que van a perder gane quien gane y cuanto más pelean más pierden. También pasa al revés, y hay combates que no tumban a nadie y terminan ganando dos o en empate.

Hay batallas que es mejor no librar porque no hay manera de librarse de la derrota, claro que eso casi nunca se sabe antes, por eso no son pocos los que -cegados por las ansias de victoria- empiezan la pelea sin medir bien a su oponente y para cuando se dan cuenta de que no hicieron bien el cálculo ya suman un buen número de bofetadas. Hay veces -sin embargo- que uno sabe de antemano que va a perder y no logra igualmente esquivar la pelea, ni luego los golpes, muy al contrario, provocan al contrincante e inician el combate que no tardarán en perder, y es que hay quien en vez de la victoria busca el ruido y el polvo, el ruido para no escuchar las palabras, el polvo para ocultar lo que pasa.

Ahora mismo hay tanta polvareda que no se puede ver quién se enfrenta y para quién lucha, ahora mismo el ruido espanta las palabras y no se oyen más que golpes y batacazos, llevamos tanto tiempo enzarzados que ya lo de menos es porqué se combate, en una lucha interminable nunca nadie canta victoria.