Opinión | Palique

Clase media monárquica

El Rey publica su patrimonio. Transparencia obligada para sobrevivir como institución

El Rey Felipe VI desvela su patrimonio

Agencia ATLAS | Foto: EFE

El Rey ha hecho público su patrimonio. Clase media monárquica. Qué tiene el Rey, dónde vive, qué ha comprado y en qué ha invertido. Los asuntos que antes traía el Hola o el Boletín de la Bolsa ahora irán al portal de transparencia. Un síntoma de modernidad de una institución anacrónica. El Rey publica su patrimonio y el mensaje es no voy a enriquecerme como mi padre y si me enriquezco lo váis a notar. La Casa Real han mandado sus cuentas a todos los partidos «constitucionalistas», incluido Podemos, que no cree mucho en esta Constitución ni en la Monarquía ni en la Transición. Tanto no creer en cosas, a veces la izquierda tiene dogmas inversos. También a Vox, que es monárquico pero, suavemente dicho, no cree nada en la arquitectura institucional actual.

ERC y Bildu se han quejado de no recibir las cuentas. Total, para que las critiquen, debió pensar el emisor desde palacio de cartas, e-mails o lo que fuera. Cuando un nacionalista oye la palabra Rey busca un micrófono en el que despotricar o sacude el rostro con denuedo, como cuando nos cae agua o pelusilla, no sea que se le haya quedado cara de súbdito. Del Rey abajo, ninguno. Con ese patrimonio.

No se ha publicado lo que aporta Letizia, a la que se le suponen algunos ahorros y un piso adquirido en sus tiempos de periodista. No es solo lo que tienen. Es también lo que no pagan. Lo que se ahorran. No tienen nada a su nombre, dicen los panegiristas. Pero disfrutan de numerables inmuebles patrimonio del Estado. No es una monarquía cara, cierto. El Rey gana menos que algunos famosos locutores. Menos seguramente que Piqué y menos que un consejero delegado de éxito. Un Rey nace. Pero se hace. Se hace el campechano y el transparente, el moderno. O sea, se adapta o acaba en Dubai. Eso ahora, antes, guillotinado o en el exilio. No son esos tiempos, afortunadamente. Lo que nos gusta es tener un nuevo asunto de conversación. Qué sería de nosotros si no en los ascensores. Buenos días.

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