Crítica

El atractivo y singular acierto de Ángel Calvente

Reseña de 'El verdugo', la adaptación del clásico de Berlanga al teatro de marionetas que estrena el Teatro del Soho-CaixaBank

Un momenot de la función

Un momenot de la función / Álex Zea

Eduardo Parra

El verdugo

Teatro del Soho-CaixaBank

Compañía: El Espejo Negro. Texto: Adaptación de Ángel Calvente del guión de Luis García Berlanga y Rafael Azcona García

Manipuladores e intérpretes: Laín Calvente,José Vera, Carlos Cuadros y Susana Almahano

Ángel Calvente nos propone en este nuevo salto al vacío de los muchos que ha dado al frente de su compañía, El Espejo Negro, la representación de una de las obras más icónicas de nuestro cine, 'El verdugo', de Luis García Berlanga. Y lo hace sin prescindir de ese sello personal, de técnica consolidada y lenguaje propio, de corte ácido y cierto aire burlón; un estilo picaresco y propio del teatro clásico y de la literatura española. Y acierta Calvente.

Porque adapta con respeto pero sin prescindir de ese sello personal,de técnica consolidada y lenguaje propio, de corte ácido y cierto aire burlón; un estilo picaresco y propio del teatro clásico y de la literatura española.

Uno de los elementos destacados de esta relectura de 'El verdugo' es su puesta en escena; ejercicio que pone de manifiesto la delicada obsesión por el perfeccionismo en las formas, del rigor técnico, de la obra bien hecha, así como un enorme respeto al teatro de marionetas. Un oficio que Calvente ha ennoblecido desde la disciplina, la obstinación y la modestia de quién se siente un privilegiado por ejercer de una profesión puramente vocacional.

Un montaje destinado a jóvenes y adultos, con un trabajo de más de dos años, una reforzada con un mismo objetivo: sumar todas las fuerzas y el talento posible para llevar a la actualidad un problema tan universal como la incapacidad de reacción de algunas clases sociales ante la falta de recursos y el poder que ejercen los gobiernos sobre el ciudadano, llevándolo como es el caso de 'El verdugo' a casos extremos e inhumanos.

La obra, que resiste al ojo del público más exigente y más familiarizado con la obra de Berlanga, no sólo entretiene sino que también interesa y consigue reavivar con cierta mirada crítica y negra a una España ahora inexistente pero necesariamente revisitable para que no regrese. 

La adaptación de Ángel Calvente de 'El verdugo' es un trabajo teatral de primer orden. Singular por su especialización, pero atractiva por la manera de contar una historia, por la capacidad de dar vida a unas marionetas y por la valentía de convertir a unos títeres en personajes capaces de reír, excitarse y hacernos pensar en cada uno de sus movimientos en esecena.

El juego de luces y las distintas proyecciones ayudan desde la técnica a presentarnos una melancólica sociedad franquista, su grisura y el sistemático abandono que sufren los protagonistas de la obra en aras de cubrir ciertas necesidades vitales son algunos temas recurrentes en la obra. La obstinación de seguir con vida a pesar de sufrir una realidad aplastante como motor de vida. Todo se consigue gracias al trabajo de los actores y de su sobresaliente fusión con las marionetas.

Ángel Calvente, en este nuevo 'Verdugo', crea un equilibrio notable entre el poder de la puesta en escena y el trabajo sobresaliente con las marionetas. Ambos remando a favor al servicio de una obra que recurre a la poesía escénica y a la sensibilidad transmitida por sus actores para contarnos un episodio de una sociedad, la nuestra. Todo un acierto.