Málaga de un vistazo

Oh yeah!

Angelines de Lorenzo

Angelines de Lorenzo

Me sorprendió ver en un tramo de parterre del paseo marítimo Picasso, donde están plantando setos, una pancarta. Pensé si sería una reivindicación o protesta de vecinos para exigir la senda litoral ciclista; soterramiento o eliminación de vías; contra la Torre del Puerto…, pero decía: «We are working in Green Cities» y solté un ‘agramenauer pecadorrr’. ¡Qué grande ‘Chiquito de la Calzá’!, ya vaticinaba el español adulterado con anglicismos. Finalmente era un eslogan/slogan de una concesionaria.

Abrazamos naturalmente conductas posmodernas; menospreciamos la imposición de anglicismos que merman nuestro léxico y su capacidad de encontrar equivalencias y adaptaciones. No es sólo la especificidad del vocabulario tecnológico, en el que predomina el inglés, ya es cualquier ámbito. Es muy ‘cool dar tips, bro’, pero en inglés, que nos da subidón usarlo como si fuéramos bilingües, y lo somos, porque tenemos lengua viperina soltando comentarios cuando oímos pronunciar una palabreja anglosajona por autóctono con perfecto acento inglés ‘british’ o ‘american’ o estilo montes de Málaga, da igual, la mofa está servida. Hasta las empresas incitan al chiste cuando usan términos como: ‘Friday Meeting Morning; Monthly Chat; Key Performance Indicator’… Ocurre mucho en empresas del ‘Tech Park’ (‘oldie’ PTA) gracias también al ‘techie worker’ y al ‘marketing’, con su lengua vernácula y siglas. Nuestro ayuntamiento también se sube a lo sajón para vender mejor la ciudad, cada vez más, en lo sajón como en vender, vislumbrado en detalles así, con uso del inglés dirigido al malaguita, lo que advierte el relevo de ciudadanos que se prevé. En cualquier país exigen hablar su idioma, eso sí que no es una broma. No obstante, quien domina la economía impone su lengua, así que abrazaremos el ‘spanglish’, aunque los chinos, entre otros, se acomodan al inglés porque nos saben incapaces de aprenderlo. ¡Aglamenauel, pecadollll!.

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