El contrapunto

Don Alfonso Vázquez, el maestro

Rafael de la Fuente

Rafael de la Fuente

Lo demostró una vez más mi buen amigo y admirable maestro, don Alfonso Vázquez. Columnista imprescindible de La Opinión de Málaga y brillantísimo y prolífico escritor, para la mayor gloria de las letras y la cultura cívica de nuestra Andalucía.

No deja de ser una feliz coincidencia el que un servidor de ustedes esté escribiendo en su honor estas modestas líneas en las primeras horas de este Día de Andalucía, el 28 de febrero de 2023. Creo que es un momento perfecto para felicitarle por un texto genial y agradecerle por lo tanto a don Alfonso un reciente artículo suyo, antológico en todos los sentidos. Se publicó en la octava página de La Opinión de Málaga del pasado sábado: «Un retorno paisajístico a los bravíos sesenta». A aquellos que no pudieron leerlo, les recomiendo su atenta lectura. Gracias a la modélica hemeroteca de La Opinión de Málaga esto será tarea fácil.

Por supuesto, me encanta el poder reproducir hoy, para los lectores de La Opinión de Málaga, con respeto y admiración, estos párrafos del texto de don Alfonso. Empiezo con el destacado del artículo, también antológico en todos los sentidos: «La noción que del paisaje tiene nuestro alcalde, expuesta de una forma didáctica en una emisora nacional, estaba en boga hacía 60 años. Tenemos un problema». El maestro Azorín le hubiera aplaudido.

Con el permiso de ustedes, continúo citando a don Alfonso, en este último párrafo de un texto sencillamente magistral: «La preocupante conclusión es que pese a su brillantez y preparación en otras parcelas, Francisco de la Torre conoce tanto de la moderna normativa paisajística como de japonés y eso es un gran problema para Málaga, porque desde su anacrónico punto de vista, esta ciudad casi trimilenaria puede desarrollarse de la forma y manera que quiera y las consecuencias ya las hemos visto con las mediocres y mal emplazadas Torres de Martiricos y las veremos con la Torre catarí del Puerto, gestada en un fugaz concurso administrativo al que ni a Usain Bolt le habría dado tiempo a presentarse. Desdeñar al Convenio Europeo del Paisaje hacer caso omiso a las advertencias paisajísticas de Icomos o al Colegio de Arquitectos y plantear como simplona respuesta que todo cambia supondrá dejar para el futuro varios horrores urbanísticos por no estar al día y por falta de sensatez. Qué lástima para un notable alcalde pero sobre todo, qué lástima para Málaga».

Don Alfonso menciona en su oportuno artículo al Convenio Europeo del Paisaje. Recuerdo con gratitud la grata conversación que tuve con él en un ya muy lejano mes de octubre del año 2000. Un servidor de ustedes acababa de regresar de Berlín. De aquella inolvidable Conferencia Internacional que el Consejo de Europa organizó en la capital alemana sobre el Turismo Sostenible, el Medio Ambiente y el Empleo (11 al 13 de octubre del 2000). Según consta en las actas de aquel magno encuentro de expertos internacionales, en el grupo de participantes españoles allí presentes estaba este humilde servidor de ustedes. Los que participamos en aquel acontecimiento sabíamos que una semana después, el 20 de octubre, estaba prevista la firma en Florencia de un muy importante tratado internacional: la Convención Europea del Paisaje.

España también estaría allí presente, como miembro del Consejo de Europa y uno de los futuros signatarios de ese nuevo tratado internacional. Por supuesto, importantísimo para cualquier país turístico. Nunca olvidaré la emoción y la alegría generosa de un gran malagueño, mi buen amigo don Alfonso Vázquez, el maestro.