En el Palacio Polivalente

El cronista oficial de Marbella recuerda la Feria de Muestras que organizaba el Ayuntamiento de Marbella

En el Palacio Polivalente

En el Palacio Polivalente / Francisco Moyano

Francisco Moyano

Francisco Moyano

En Marbella, durante años se organizó por el Ayuntamiento una Feria de Muestras que, durante los primeros tiempos hacía honor a su denominación, pero que pronto derivó hacia una especie singular de mercadillo donde se mostraba poco y se vendía mucho (al menos se intentaba).

Predominaban los productos de alimentación procedentes de diferentes zonas geográficas de España. La primera Feria de Muestras se instaló en los bajos y terrazas del actual Puerto Virgen del Carmen, entonces denominado Puerto Deportivo del Club Náutico. Coincidió con la llegada de una serie de lluvias torrenciales que arruinó el recinto. Los organizadores decidieron cambiar la ubicación en los años siguientes y trasladarse a la zona de Molinos de Viento, donde se colocaba cada mes de junio el real de la Feria y Fiestas en honor del Patrón, San Bernabé.

Nuevamente los elementos naturales se confabularon en contra del acontecimiento y la carpa que albergaba a la Feria de Muestras fue arrasada por un vendaval que a punto estuvo de causar una tragedia. La situación se normalizó cuando se levantó la estructura que en la actualidad conocemos como Palacio de Ferias y Congresos Adolfo Suárez y que nació con la denominación de Palacio Polivalente de Ferias y Congresos.

Especial relevancia tuvo la cuarta edición de la feria que transcurrió entre el 23 y el 31 de mayo de 1987, año de elecciones locales para renovar las corporaciones.

La inauguración era en sábado y la cristalería que debía instalarse llegó 24 horas antes, sin poderse terminar el proceso por el accidente que sufrió un trabajador al caer desde un andamio, sin consecuencias graves.

Fue una feria con algunos aspectos destacados. Posiblemente lo que más se resaltó fue la visita del Defensor del Pueblo, Joaquín Ruiz Giménez, con anécdota que fue muy comentada en su momento: cuando llegó a la puerta del recinto, solamente se encontraban dentro el comité organizador, las autoridades presididas por el alcalde, José Luis Rodríguez y los periodistas. Se procedía a la inauguración antes de dar entrada al público que esperaba en la puerta. Un policía local reconoció al Defensor del Pueblo y le invitó a que entrase a lo que respondió que no lo haría hasta que no lo hiciesen también el resto de ciudadanos que allí se encontraban y así sucedió.

Lo que más interesó a Joaquín Ruiz Giménez fue un planetario itinerante que expuso la Caixa. De las explicaciones pertinentes se encargaban dos jóvenes, Juan Carlos Piña y Esteban Grau, que fueron felicitados por el Defensor del Pueblo.

Llamó la atención, de igual manera, una vanguardista máquina gráfica que se exhibió en el stand de Gráficas Marbella. Era una Heidelberg de ocho toneladas y que en un principio iba destinada a una imprenta de París. Según declaró Luis Infante, propietario de Gráficas Marbella, en España solo existían en aquel momento cuatro máquinas de similares características, dos en Barcelona, una en Sabadell y la de Marbella.

Entre sus características más destacadas se encontraba el que poseía trece motores, células fotoeléctricas y un sofisticado equipo electrónico. Podía tirar mil copias a la hora. Profesionales de la imprenta de diferentes puntos de Andalucía visitaron la feria para interesarse por una maquinaria tan avanzada.

Fue una feria con beneficios, según afirmaba el director de la muestra, Daniel García Parra. Ello hacía posible la organización de la siguiente sin tener que solicitar ningún aporte económico por parte del Ayuntamiento.

Las primeras ferias habían resultado deficitarias y esa situación ponía en peligro la continuidad. Los ingresos procedían de las entradas adquiridas en taquilla y de los pagos efectuados por los expositores. La venta de sus productos, compensaban ese gasto.

El hecho de que se hubiesen vendido bastantes artículos que superaban el millón de pesetas, demostraba el alto poder adquisitivo de los visitantes. Solamente durante la tarde del domingo acudieron más de doce mil visitantes.

Entre ellos se encontraban representantes de las cámaras de comercio de Málaga y de Barcelona, lo que se interpretó como la concesión de «un nivel de seriedad y profesionalidad que esta muestra merece», en palabras de Daniel García Parra.

La organización de ferias de muestras continuó, hasta superar las treinta ediciones, aunque la mayoría conservaron muy poco de la filosofía con la que había nacido la iniciativa. También fue una manera de hacer el rodaje al Palacio Polivalente, instalación que muy pronto quedaría consolidada.