Desde mi butaca

El renacer del aficionado malagueño

"Culpa de esta atmósfera festiva tan chula que estamos viviendo en esta segunda fase del concurso es buena parte de la Fundación"

Murga 'La cuenta que nos vamos'.

Murga 'La cuenta que nos vamos'. / Fundación del Carnaval

Pepa López

Pepa López

Las semifinales están llegando a su fin y los debates en torno al concurso, desde que se levantó el telón de la ESAD, han sido muchos. Hemos escuchado y leído por ahí sobre el renacimiento de la murga, que si la comparsa está de capa caída, sobre elauge de los romanceros y así un largo etcétera. Porque si algo se nos da bien a los carnavaleros es referir. Pero no quiero dejar de pasar algo que me está llamando mucho la atención desde que llegamos al templo de las coplas, a nuestro Cervantes querido. Y es el ambiente. El calor que se siente nada más entrar. Qué maravilla. 

En años anteriores se ha tachado al aficionado malagueño de mal aficionado. Esto, por mucho que nos duela, ha sido así. Veo a mi grupo, lo vitoreo y aplaudo hasta el extremo durante su actuación y me voy. Por fin hemos evolucionado en este aspecto. Jamás había visto yo un pase de semifinales con ese ambientazo de final, y llevo unos cuantos carnavales a las espaldas. Prácticamente el patio de butacas lleno de principio a fin de la sesión, cánticos, palmas y disfrute. Que a eso hemos venido, a pasarlo bien.

Culpa de esta atmósfera festiva tan chula que estamos viviendo en esta segunda fase del concurso es buena parte de la Fundación. Como novedad en esta edición entre actuación y actuación hay varios sketches de Luis Almagro, vídeos de actuaciones de años anteriores y hasta un karaoke. Y todo ha sido muy bien acogido por el público. Si además le añadimos al Joker, que lo da todo en cada sesión por animar al respetable, pues ahí tienes un Cervantes carnavalero extraordinario. Ése es el ambiente que buscábamos todos, que no tengamos nada que envidiar a nuestros vecinos gaditanos, en el aficionado tampoco. 

Aunque hay cosas... No entiendo cómo se puede aplaudir un pasodoble machista y luego viene Dede Cortés con una crítica voraz y no se cae abajo el patio de butacas. Pero eso una opinión mía, una percepción personal e intransferible. Tras vivir esto en directo mi subconsciente quiere justificar que, embriagados por la música y los fluorescentes, vitorearon de esa manera una letra que en los tiempos que corren a mí me parece inadmisible. No podemos dar pasos hacia atrás, nos ha costado mucho llegar hasta aquí. Que las murgas de los ochenta quedaron en el pasado, y cuarenta años más tarde tenemos que seguir avanzando y no retroceder, que la copla y el carnaval sigan siendo la reivindicación justa del pueblo. Y el humor tiene que ir con los tiempos y despojarse de una vez de los chistes manidos, sexistas y degradantes. 

Vamos a seguir disfrutando, que esto se acaba y no vuelve. Y hay que gritar a los cuatro vientos que Málaga y su carnaval tienen una afición de categoría. Carlos Pasky, Antonio Lara, el Joker malagueño, Laurita… son algunos de ellos. Así que a seguir remando porque por vosotros tiene sentido el carnaval. Y ¡Viva Málaga, señores!