Cartas de los lectores

Venancio Rodríguez Sanz

Un prominente socavón

En mi calle existe una cavidad convexa que está desordenada y vacía. En la cual yacen las tinieblas sobre la faz del abismo. Y un espíritu se mueve sobre la faz de las aguas. Esta hendidura, aunque en el fondo la tiene, en apariencia carece de lo más esencial para darle sentido a su existencia. Y esto repercute negativamente en la manera en que los vecinos nos comportamos en la comunidad. A ver: es como si el estómago no recibiera alimento y éste no pudiera cumplir el fin para el cual fue creado. Pienso que a la postre, como desencadenante, podría darse el caso de que todos los habitantes del contorno murieran de inanición mental. Me explico: una de las primeras repercusiones de esa facultad dormida, sería que viviríamos sin tener conocimiento de nosotros mismos. De la cual ausencia se derivarían otras tantas deficiencias que todavía están por cuantificar. Lo que quiero decir es que, a pesar de que poseemos la capacidad para superarlo y tenemos cierto dominio de nosotros mismos, José Ortega y Gasset, estaríamos más a merced de las circunstancias. Porque donde no hay consciencia no puede haber conocimiento. El caso es que al no tener el ser humano constancia del abismo en donde habita y de lo mucho que éste le condiciona, otras facultades no se desarrollan de forma natural. Por eso pongo en conocimiento de las autoridades competentes la existencia de ese prominente socavón porque es ahí donde tropezamos.