Opinión | Málaga de un vistazo

¿Semana Santa, bendita lluvia?

La cofradía del Huerto tuvo que volverse a consecuencia de la lluvia.

La cofradía del Huerto tuvo que volverse a consecuencia de la lluvia. / Álex Zea

Considero las emociones reflejadas en las retinas; las lágrimas contenidas y más tarde afloradas en rostros de toda edad y posición, las cuales navegan entre el desencanto y la esperanza de cofrades, devotos y de aquellos a quienes nuestra Semana Mayor supone una expectante cita de encuentro con la propia ciudad. Sumergidos en esta pertinaz y desoladora sequía; tras elevar por todos los rincones de la provincia de Málaga un sinfín de plegarias con el anhelo de que la lluvia empape nuestros campos, llene los pantanos y nos riegue de certidumbre para poder aflorar el sosiego tan deseado, ella llegó. Lo acontecido estos primeros días nos indica que los Sagrados Titulares han bendecido los ruegos y decidido que la lluvia los acompañe esta Semana Santa. Pienso en esta contrariedad: la razón debe prevalecer ante la pasión ilusionada de los congregantes, al tiempo de agradecer a nuestras hermandades su fe, trabajo y empeño por el bien común.

Desde el ventanal, con aromas a incienso, la contemplo y la escucho. La amparo con ánimo confuso y placentero. La lluvia, como imagen ancestral en la literatura y en la poesía en especial, simboliza desde las encantadoras representaciones de exuberancia hasta ominosos augurios de destrozos. A la lluvia, dentro del firmamento de significados y como una de las reveladoras declaraciones del agua, la estimo asociada a dos principios: el primero, por su incesante tenacidad, se convierte en alegoría del roce, del deterioro, de la erosión de lo inevitable, de la pequeñez del humano ante los elementos de la Naturaleza y de su inherente sino. En el segundo, la lluvia goza de una vigencia la cual hace desleír el tiempo y nos suscita enlazar con el pasado para procurar rehacer nuestra existencia segmentada. Detrás del cristal empañado por el zigzaguear de las gotas, presencio el deambular inquieto de los viandantes y reflexiono: ¿Semana Santa, bendita lluvia?