Opinión | Málaga solidaria

El sueño cumplido de seguir aprendiendo

Mi nombre es Isabel Melero y a través de este artículo que me invitan a escribir, quiero compartir mi experiencia de vida, cómo ha sido mi proceso de aprendizaje y de qué manera inicié mi relación con las nuevas tecnologías. Resumir ochenta y tantos largos años es complicado; pero me he animado a intentarlo. Nací en aquellos años de posguerra, en un medio rural poco proclive a la preparación de una mujer. Mi madre ya estaba enferma cuando yo nací y mi padre murió cuando apenas contaba nueve años; ambos me enseñaron a ser respetuosa, educada y amable. Sólo con este bagaje, me vi obligada a enfrentarme a la vida, sin más preparación que mis buenas maneras y unos deseos enormes de aprender.

Desde pequeña me comporté como una esponja, siempre en alerta. Intentaba adquirir conocimiento de todo cuanto me rodeaba, devoraba libros en mis pocos ratos libres, quería saber cómo sacar fuera un inmenso caudal que bullía dentro de mí y que no sabía cómo expresar. Luego me casé, vinieron mis hijos y me entregué en cuerpo y alma a sacarlos adelante bajo su propio techo, a pagarles unas carreras. Ansiaba que ellos tuviesen esa preparación que yo tanto eché de menos para mí misma. Con el transcurrir de los años me jubilé y, justo en ese momento, ese anhelo soterrado explotó como un cohete, busqué sitios para formarme porque mis deseos de escribir se volvieron insostenibles, aunque me avergonzaba mi poca preparación.

Todo fue así hasta que un día llegué a una asociación llamada Jazmín, en la barriada de Mangas Verdes, donde las mujeres que la forman me acogieron con mucho cariño hasta convertirme en una más y me acompañaron hasta la Asociación Arrabal-AID, donde un variado grupo de personas me ayudaron a expresar lo que siento, a plasmar en distintas obras todo mi universo desde uno de los espacios que dinamizan y ha llegado a convertirse en un lugar esencial en esta etapa de mi vida: el Centro de Acceso Público a Internet (CAPI) Ciudad Jardín. Transformado de acuerdo a la estrategia de la Junta de Andalucía en un Punto Vuela Guadalinfo, es hoy toda una referencia en cómo acercar las nuevas tecnologías a las personas más mayores, quienes encuentran aquí todo el apoyo que necesitan para entender aplicaciones, webs, redes sociales o tratar con la administración electrónica. Los mayores no son los únicos, niñas y niños, adolescentes y jóvenes, emprendedores y ciudadanía en general pueden conectarse aquí de forma segura y descubrir todo tipo de dispositivos y herramientas, desde la robótica e impresión 3D hasta el manejo de drones o la realidad virtual.

Volviendo al relato de mi vida, confieso que soy feliz por contar con tres libros de poesía, una novela terminada y otra a medio concluir; muy contenta por todo lo aprendido y haber descubierto las oportunidades que ofrecen las TICs. Siento que he cumplido mi sueño y que mi deseo de seguir aprendiendo sólo acabará cuando yo me vaya. Quisiera terminar este repaso dando las gracias a Ana Martos, de Jazmín, a Rocío, Juanfran y toda la buena gente de Arrabal-AID, que me animan y apoyan cada día. Hasta que el de arriba quiera, yo soñaré cada día con seguir aprendiendo.