Opinión

Cartas al director

EL BULLYING EN LOS CENTROS EDUCATIVOS

El bullying o acoso escolar es un problema grave, que afecta a estudiantes lo mismo en colegios que institutos. Es el comportamiento repetitivo y dañino dirigido hacia un estudiante, por parte de uno o varios compañeros y puede manifestarse de diversas formas, como insultos, agresiones físicas, exclusión social o ciberacoso.

Este comportamiento tiene efectos negativos en la salud física, el bienestar emocional y el rendimiento académico de los niños.

Sus causas son complejas y multifacéticas, entre ellas podemos citar, por ejemplo, un clima escolar negativo o falta de supervisión, algo que escapa normalmente a la vista de los profesores, puesto que saben elegir el sitio o el momento adecuado para que no les descubran.

Por otro lado, están las diferencias en apariencia, genero, orientación sexual o habilidades, también la falta de empatía y comprensión hacia los demás, todo ello puede manifestarse en comportamientos agresivos.

El bullying tiene consecuencias a largo plazo, como ansiedad, depresión y baja autoestima son los más comunes en los niños que lo han sufrido, el acoso afecta directamente a la concentración y el desempeño escolar, además las victimas pueden sentirse excluidas, apartadas y solas.

Para combatir el bullying es esencial una correcta educación desde temprana edad y saber concienciarlos sobre el acoso y sus consecuencias, como establecer procedimientos claros para abordar las situaciones de acoso y comunicarlo de inmediato a los padres, profesores y demás personas que correspondan al centro educativo.

Ante una situación de acoso, se debería actuar con rapidez, investigar a fondo las causas y ponerlo en conocimiento del centro y si es preciso denunciarlo, además de brindar un total apoyo por parte de quienes rodean al niño que lo está sufriendo.

El bullying es un problema serio que afecta en la actualidad a muchos estudiantes y no se debería de tomar a la ligera, como ocurre en algunos casos, puesto que el niño o el adolescente que lo sufre, si no se pone remedio, puede degenerar en un trastorno con muchos problemas y perdurar por mucho tiempo, incluso afectarle a su carácter y forma de relacionarse con los demás.

Como sociedad se debería de trabajar en conjunto, para intentar que esto no siga ocurriendo y poder crear entornos escolares más seguros y totalmente libres de acoso, aunque también se debería de implicar, incluso el Ministerio de Educación, contratando vigilancia en los centros, de modo que puedan estar más controlados y al mismo tiempo tener más psicólogos, ya que en la realidad puede haber uno, como mucho dos para cientos de alumnos en un solo centro, porque los profesores no pueden hacer la función de dar clase, estar de vigilantes, hacer de psicólogos, atender las protestas de los padres, que en algunos casos puntuales, son peor que los hijos y creen más la historia que cuenta su hijo que la realidad del profesor, la cual la ponen en duda y repito, en casos puntuales llegan hasta faltarles al respeto, en resumen que a los profesores se les culpa de todo, mientras el resto de intervinientes del centro se lavan las manos, porque no quieren entrar en ese jardín, que en esos momentos no va hacia ellos, todo esto tiene que cambiar y mucho, no vale apartar las culpas, los problemas se tienen que resolver y para ello hay que implicarse, pero de verdad.

Conchi Basilio. Málaga