Pregón de Málaga

Augusto Pansard: un pregón con ritmo, rima, mensaje, unidad y orgullo cofrade

Augusto Pansard destaca en un pregón muy reivindicativo, de defensa de la devoción mariana y muy sentido en el que la Virgen del Amparo, la Virgen del Rosario la Virgen de la Piedad y la Virgen de la Esperanza ocuparon un lugar central

Momento en que el pregonero, Augusto Pansard, habla sobre la Pollinica.

Momento en que el pregonero, Augusto Pansard, habla sobre la Pollinica. / Alex Zea

Miguel Ferrary

Miguel Ferrary

Augusto Pansard apostó por ser fiel a él mismo y su estilo en el pregón de Málaga 2024, trabajando un pregón con rima, que dicho ganaban en musicalidad y ritmo. Sin grandes subidas, pero no plano. Empezó con un largo agradecimiento y referencias muy personales, dando a entender la importancia personal que significa ser pregonero de la Semana Santa de Málaga 2024. Usó el humor a lo largo de todo el pregón, en un gesto de complicidad con el público que este recogió y compartió. Supo que el público se riera y compartiera momentos muy cercanos, pero también se emocionara, se reivindicara y saliera orgulloso de ser cofrade, reflexivo sobre la actualidad cofrade y divertido con pequeñas pullas y bromas (el Sábado Santo, señor obispo; Ollerías, señor alcalde), pero sin acritud. Y para los amantes de la estadística, a este pregonero le aplaudieron ‘una pechá’.

Quiso en su inicio hacer un homenaje a la Semana Santa de su juventud, recordando cómo se vivían en tiempos “en los que había falta de todo”. Entre nostálgico y reivindicativo quiso poner de relieve cómo esos inicios, ahora criticados por muchos “insignes principiantes” y quiso recordar nombres que forman parte de la historia cofrade malagueña, como Jesús Saborido, Paco Piédrola, Waldo Fernández, Paloma Sánchez, Adela Utrera, Lola Carrera o Antonio Guadamuro. Un arranque con peso reivindicativo y de justicia para un pasado muy cercano y no siempre valorado.

Imagen del pregón de Semana Santa a cargo de Augusto Pansard, en el Teatro Cervantes.

Imagen del pregón de Semana Santa a cargo de Augusto Pansard, en el Teatro Cervantes. / Alex Zea / LMA

Devociones personales

La Sentencia, la Piedad y La Pollinica fueron claros protagonistas de todo lo que rodea al pregón, dando también mucho peso a la Virgen de la Esperanza e, incluso, referencias a Almogía, con la que tiene mucha vinculación. Las devociones personales del pregonero se translucían en muchos detalles, como la elección de las marchas, la imagen del programa de mano (la Virgen de la Piedad) o la propia escenografía, donde un gran pictorama, de Francisco Naranjo y recreado por Salvador Reina, recogía referencias a estas devociones. Miguel Ángel Blanco ha sido el encargado de concebir la decoración del escenario, un año más y con el acierto y buen gusto habitual.

Sombras y siluetas sugerían de forma acertada y elegante elementos de las devociones de Augusto Pansard según iba avanzando el pregón, dándole sentido a un escenario que, de primeras sorprendía por la enorme austeridad y mostrando un sentido casi cinematográfico del pregón. De hecho, sonaba en algunos momentos de fondo música de algunas películas conocidas, mientras sombras de nazarenos hacían una recreación de una procesión como sombras chinescas, o el perfíl de la Virgen de la Piedad se adivinaba tras el decorado, rodeado de sus vecinos y Antonio de Canillas.

Imagen del pregón de Semana Santa a cargo de Augusto Pansard, en el Teatro Cervantes.

Imagen de los nazarenos de la Pollinica que participaron en el pregón. / Alex Zea / LMA

La decoración la remataba un frontal en el escenario con un monte realizado con elementos naturales que servía de recordatorio de la Pasión y Muerte de Jesús, que Málaga va a conmemorar en una semana en las calles.

La Pollinica fue la primera de las devociones personales que articularon su pregón, haciendo un recorrido de su infancia, de sus recuerdos y de cómo nació el cofrade actual saliendo como nazareno en la hermandad, con el damasco tatuado ya en su alma y la Virgen del Amparo como referencia personal mariana desde entonces. A ella, a lo largo del pregón, le seguiría la Virgen del Rosario y la Virgen de la Piedad, aunque también dedicó una mención especial a la Virgen de la Esperanza.

Pregón de la Semana Santa de Málaga 2024

Pregón de la Semana Santa de Málaga 2024

Pregón de la Semana Santa de Málaga 2024

Reivindicación del cofrade

Frente a las críticas externas a la forma de vivir la Semana Santa en Málaga, y por extensión en Andalucía, Augusto Pansard planteó una férrea defensa y destacando el orgullo de cómo los cofrades andaluces son marianos, expresan su alegría cuando sale a la calle o muestran la fe vivida con éxtasis, frente a los que ven la fe como una carga seria y pesada. Frente a las críticas por irreverencia del de fuera, Augusto Pansard recorrió devociones marianas de la Semana Santa de Málaga en una declaración de amor a la Virgen María y a cómo se demuestra esa devoción en Málaga cuando se sale en procesión. Ritmo, rima, mensaje y orgullo cofrade.

Presentó un texto en el que había imágenes casi costumbristas engarzadas con recuerdos personales y metáforas que dibujaban momentos cofrades.

El hilo conductor, más allá de ser un pregón preñado de mensajes, fue la devoción mariana de la que Augusto Pansard se declaró rendido: “Yo soy nazareno, un nazareno Mariano”. Y así fueron saliendo advocaciones marianas de las cofradías malagueñas, aunque, como era de esperar, junto a la Virgen del Amparo, fueron la Virgen del Rosario y la Virgen de la Piedad las que coparon sus líneas.

Imagen del pregón de Semana Santa a cargo de Augusto Pansard, en el Teatro Cervantes.

Imagen del pregón de Semana Santa a cargo de Augusto Pansard, en el Teatro Cervantes. / Alex Zea / LMA

Unirnos

Pansard puso el peso de una parte del pregón en la unidad de los cofrades, en la necesidad de recuperar el respeto a las decisiones de las hermandades, en resolver los problemas dentro de las hermandades y dar ejemplo hacia fuera, no acudiendo a las redes sociales para airear problemas.

Esa unidad la quiere Augusto Pansard que también se lleve hacia fuera, en la defensa de la Iglesia, sin caer en silencios cómplices y, recordando también, que “la Iglesia tiene que ser también cofrade”.

Pero si hubo una gran ovación en el Teatro Cervantes fue con este párrafo, que reproduzco entero porque merece la pena releer y reflexionar seriamente: “Y UNIRNOS, unirnos también frente a los que durante todo el año nos dan patadas en los tobillos, pero acuden prestos a buscar un toque con el martillo de cualquiera de los tronos. UNIRNOS frente a quienes, sin conocernos, nos acusan de ostentosos, de soberbios o manirrotos, se confiesan no creyentes, pero no pierden la ocasión de salir en cualquier foto si con ello, si con ello gana unos cuantos votos, aunque sea para su comunidad de vecinos”. No fue prudente el pregonero ni lo debía ser. Era su momento y momento de ser claro y valiente. Así lo entendió Pansard, que apuntó: “Hay que estar Unidos frente a la mentira, la insidia y la ofensa. Unidos en la defensa de lo que nos une que es, en resumen, Cristo Resucitado. Y si esto a alguien ha molestado, no hay intención alguna. O tal vez sí”. Aplausos.

Mención aparte merece cuando Eduardo Nieto apareció nombrado en el pregón, un reconocimiento más que merecido a un fotógrafo cofrade con el don de la ubicuidad, bilocación y alguno más para estar en todos sitios con su cámara. Tan importante y pocas veces reconocido.

Imagen del pregón de Semana Santa a cargo de Augusto Pansard, en el Teatro Cervantes.

José Antonio Molero dirigió la marcha 'María Santísima del Amparo' a la Banda de Zamarrilla durante el pregón. / Alex Zea

Concierto

La Banda de Música de Zamarrilla fue la encargada de aportar el toque musical al pregón. Una formación amplia y con mucho componente joven, que sigue consolidándose y que en el Teatro Cervantes ofreció un repertorio interesante, con marchas como: ‘Jesús de la Sentencia’, ‘María Santísima del Amparo’, ‘En los brazos de una madre’ y ‘Zamarrilla’ para cerrar el concierto, que comenzó con los himnos de Andalucía y el nacional. Como detalle, José Antonio Molero fue el encargado de dirigir a la banda de Zamarrilla cuando interpretó su composición ‘María Santísima del Amparo’, con motivo del 25 aniversario de la partitura.