Domingo de Ramos

Salutación se recrea en sus orígenes

La hermandad de San Felipe cumple cada año su visita a las religiosas carmelitas del convento de San José y acude diligente a este encuentro por un itinerario laberíntico en el que la cofradía se desenvuelve con maestría

Ignacio A. Castillo

Ignacio A. Castillo

La Málaga de hoy, la de la ‘smartcity’, los apartamentos turísticos por doquier y las terrazas que todo lo invaden, aunque puede que no lo sepa, todavía necesita de sus cofradías.

Y estas saben qué ofrecer y cómo hacerlo, si se muestran fieles a los cánones. Salutación es un ejemplo de cofradía imbricada en la sociedad de su tiempo que emplea como pocas el lenguaje barroco sin que resulte anacrónico. Todo lo contrario. Cada Domingo de Ramos sabe actualizarlo. 

Lo hace, además, sin olvidar sus orígenes. Y por eso acude diligente al encuentro con las religiosas carmelitas que guardan clausura en el convento de San José, de la calle Don Rodrigo, donde la imagen de la Virgen del Patrociniorecibió culto los primeros años antes de que la corporación fuera erigida canónicamente en la parroquia de San Felipe Neri, donde aún reside. 

El inmaculado cortejo penitencial recorría este laberíntico itinerario de lo que se viene a conocer como el barrio de San Rafael. Ahí la cofradía se desenvuelve con maestría, en las intersecciones, haciendo fáciles las curvas más cerradas, concentrando el interés de los que nunca quieren perderse este momento.

Virgen del Patrocinio | Domingo de Ramos 2023

Ignacio A. Castillo

Un entorno definido, propio. El Nazareno, coronado de espinas, se dirige a las Mujeres de Jerusalén y la Verónica recrea la séptima estación del vía crucis con un pase interminable de rodillas que deja impreso el semblante del Cristo sobre el paño en una triple dimensión pintada por José Carlos Torres. 

Las monjas cantan tras la celosía: "Sube el Nazareno, sube el Buen Jesús". Y el público asiste con respetuoso silencio. Hasta este lugar ha llegado a los sones de la agrupación musical San Lorenzo Mártir, que acaba de interpretar 'Triunfal' y sabe que el Domingo de Ramos es día de dar un verdadero concierto callejero. 

Tras el nutrido cortejo de nazarenos que componía su sección, se presentaba la Virgen del Patrocinio bajo palio, consolada por San Juan y por un elegantísimo arreglo de claveles rosa que completaba floralmente su ‘joyero’ de plata que la cofradía culminó el pasado año. 

Con una soberbia ‘Saeta Onubense’ de Gándara, interpretada por la banda del Nazareno de Almogía, tomaba la curva de Don Rodrigo a Álvarez. Le siguió ‘Málaga a su Virgen de la Victoria’ de Ginés Sánchez, con la que el palio recibió una petalada.

Y ahora tocaba afrontar un momento complejo para ingresar a Gigantes, en el que los portadores del varal A tuvieron que abandonar sus puestos para aventurarse por la estrechez de la rampa y la barandilla, en una maniobra sorteada a palilleras. 

Siguió la cofradía por la remozada calle Carretería, añorando seguro su paso por Pozos Dulces y la vetada Fajardo. 

Javier Castillero afrontaba su primera estación de penitencia como hermano mayor y se preocupaba por cumplir horario. De hecho, la cofradía pidió la venia en la Tribuna justo detrás de la Virgen del Dulce Nombre.