Gerun vuelve a Málaga con cuentas pendientes

El Unicaja vivirá este domingo contra el Betis una jornada «especial», con el regreso de multitud de excajistas al Palacio de los Deportes José María Martín Carpena: el técnico Luis Casimiro, Pepe Pozas y Pablo Almazán. Yannick Nzosa, cedido por los malagueños, no estará al sufrir una rotura miofibrilar en los isquiotibiales de su pierna derecha. Sin embargo, habrá una vuelta muy particular: Volodymyr Gerun. El pívot ucraniano se verá las caras por primera vez con el equipo malagueño, después de vivir una complicada salida en marzo de 2021.

Lo cierto es que el ahora «5» bético llegó a Los Guindos con la compleja vitola de sustituir al «gigante» Giorgi Shermadini. Tras el paso del georgiano por el conjunto verde, el Unicaja confió en Gerun después de promediar en la temporada 2018/2019 con el Breogán de Lugo 11.4 puntos, 8.3 rebotes y 15.4 de valoración en 33 partidos. Es más, acabó aquel año como el séptimo jugador con más valoración de la Liga y como líder en rebotes ofensivos. Así que firmó un contrato para jugar en Málaga hasta 2021 con una posibilidad de extenderlo hasta 2022.

Sin embargo, después de superar su primera campaña en Málaga llegaron todos los problemas. Al pívot ucraniano siempre se le criticó su relajación defensiva. Luis Casimiro había sido su gran valedor -como lo ha sido ahora en su regreso a España a Sevilla-, pero todo ese apoyo desapareció con la llegada de Fotis Katsikaris al banquillo cajista. El griego, después de haber analizado la plantilla y como representante del club, le comunicó que no entraba en sus planes para la segunda mitad de la temporada.

Katsikaris quiso en ese momento apostar por un pívot de corte físico y defensivo, y Gerun se alejaba mucho del gusto del heleno. A partir de ahí, llegaron todas las complicaciones. En un consejo de administración, a principio del mes de febrero, se decidió no realizar ningún fichaje (a pesar de que se consideraba una necesidad) hasta ejecutar la salida del entonces «5» cajista. En Los Guindos se le buscaba solución al problema con máxima urgencia y, al final, el día 23 de ese mismo mes llegó Malcolm Thomas, pero el futuro de Gerun todavía tardó algo más de tiempo en resolverse.

Su intención nunca fue salir, pero si abandonaba la Costa del Sol, su gran deseo era continuar en un equipo de la Liga Endesa. Incluso recibió ofertas de Ucrania -su país de procedencia- o de otros lugares de Europa y rechazó todas. El gran impedimento en aquel movimiento casi de ajedrez fue el sueldo. No quería perder dinero. Muy pocos equipos españoles se podían hacer cargo de su salario y los que sí estaban en condiciones de hacerlo no lo querían.

A pesar de la llegada de un nuevo pívot, el ucraniano continuó en las filas del Unicaja. Eso sí, siempre se mantuvo al margen del primer equipo. Nunca volvió a entrenar con sus todavía compañeros -lo hacía incluso a distinto horario- ni tampoco regresó al Martín Carpena para ver al equipo.

Al final, el club malagueño anunció el 17 de marzo de 2021 la desvinculación con Volodymyr Gerun. No fue capaz de encontrar su sitio con Fotis Katsikaris en un puesto de pívot en el que llegaron a posicionarse por delante Rubén Guerrero y Yannick Nzosa. Después de su paso por Los Guindos fichó por el Buyukcekmece turco y ahora ha regresado a España con el Betis de la mano, otra vez, de Luis Casimiro.

El gran objetivo este domingo del pívot ucraniano será resarcirse contra su pasado y demostrar con los hispalenses todo lo que no pudo dar en su experiencia en Málaga. Lo cierto es que el partido es esencial para el rival del Unicaja. Necesitan el triunfo después de haber ganado solo 1 de los 5 partidos disputados en Liga. El trabajo de los cajistas será frenar cualquier intento de rebelión de Gerun.