77-63: Este Unicaja también sabe ganar sufriendo

Victoria y objetivo cumplido. El Unicaja ganó este miércoles al PAOK de Salónica (77-63) en la Basketball Champions League y cerró invicto estas tres primeras jornadas de la competición europea. Victoria más sufrida de lo que hace parecer el marcador, pero que reafirma que este equipo está hecho de otra pasta. Buen camino el que está tomando este equipo.

Este triunfo era más importante de lo que podía parecer. Los malagueños tenían que certificar su liderazgo en Europa con la tercera victoria en las tres primeras jornadas de la liguilla del Grupo G. Cada partido es esencial en una primera fase tan corta. Así que el camino parece bastante orientado a evitar ese incómodo trámite del play-in del mes de enero que jugarán el segundo y el tercero de cada grupo. 

La gran noticia de la noche de miércoles es que el equipo ha confirmado que sabe sufrir y eso, visto lo visto en los últimos años, casi que hay que agradecer. No fue un partido notable. De nadie. Ni siquiera de los tres que estaban vestidos de otro color y con pantalón largo, pero lo cierto es que el Unicaja no fue consistente en ningún momento del partido y ante eso poco hay que hacer.

La única nota destacable en ataque fue Darío Brizuela, aunque sigue pecando algunas veces de hacer la guerra por su cuenta y esta temporada, no es necesario. El vasco acabó el partido con 27 puntos. Solo Kendrick Perry superó la decena (10). Juntos casi sumaron el 50% de la anotación local. Pero la victoria iba a venir, otra vez, desde una defensa implacable. Ibon Navarro ha construido un equipo que se hace fuerte desde el trabajo atrás y esta noche fue clave para ganar.

Tampoco es que se viera al Unicaja más sólido para empezar. Sí que pareció ir encaminado a ello (8-3, min. 2:35), pero una grave lesión de Darko-Kelly en el intermedio del período iba a sentar "mejor" a sus compañeros para poner el 13-14. No estuvo mal el ataque, pero sí que la defensa estuvo menos intensa de lo esperado y más después de ir por debajo. No obstante, cinco puntos consecutivos de Brizuela dieron algo de aire en el marcador (19-16).

Lejos de esa versión, el equipo mejoró atrás. Tal fue el nivel que el PAOK anotó su primer tiro en jugada del segundo cuarto en el minuto 14:40 con un 3+1 de Franke. Sin embargo, faltas de tiro -algunas muy discutibles- estaban manteniendo a los de Salónica en el marcador (32-25, min. 15:18). Otra vez 5 puntos de Hands en las dos últimas acciones acercaron a los griegos en el partido (36-32). Había que ser más regulares para dar el golpe definitivo en el marcador.

Sin embargo, el guion, al menos en un principio, iba a ser el mismo: de un +9 para el Unicaja a un +3 en cuestión de varias jugadas. Solo Brizuela, este miércoles en versión súper, parecía azucarar el descafeinado ataque que estaban ofreciendo los cajistas. Pero esto es baloncesto y solo el vasco no iba a valer. El 52-50 era un fiel reflejo de lo que se estaba viviendo en la pista. O el 55-54. Al final del tercer cuarto, 57-54. Había que sudar. Nadie iba a regalar nada.

El partido llegó a los últimos seis minutos con un marcador de 59-56. El Unicaja, con un pésimo porcentaje desde el triple (25%), no estaba consiguiendo despegarse de un incómodo PAOK. Sin embargo, si algo estaba dejando con vida a este equipo era la defensa. ¿La buena noticia? Que con medio cuarto por jugar los griegos estaban en bonus. Solo "buena" si se aprovechaba bien esa ventaja. Pero este año hay carácter, garra y defensa.

Versiones imperiales de Alberto Díaz, Perry y Lima atrás le acabaron por dar una victoria más cómoda de lo que parecía al equipo. Con un 68-59 a dos minutos del final no se podía perder. Y no se hizo. Osetkowski y Brizuela sentenciaron cualquier intento de remontada rival. El 77-63 demuestra menos sufrimiento del que se vivió realmente en el Palacio, pero este equipo está hecho de otra pasta. Tres jornadas de BCL, tres victorias y el liderato. A seguir.

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