La dirección del PSOE manifestó ayer «todo su apoyo y confianza» a Susana Díaz para que lidere una solución de gobernabilidad en Andalucía y aseguró que ni ha planteado su dimisión ni la va a pedir, aunque sí le reclamó una «renovación» de su discurso y su acción política.

«En ningún caso yo planteo dimisiones de nadie ni voy a pedir la dimisión de nadie», afirmó el secretario de Organización, José Luis Ábalos, en una rueda de prensa en Ferraz, donde la ejecutiva federal analizó ayer los resultados electorales en Andalucía, encabezada por el secretario general del partido y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

El número tres del PSOE, que el lunes abrió la puerta a la dimisión de Susana Díaz al frente de los socialistas andaluces, la cerró más de doce horas después, una vez que la presidenta en funciones rechazó claramente esa opción: «No rotundo, porque ni es conveniente, ni necesario, ni justificado, ni además es nuestro estilo», respondió ayer a la pregunta de si Díaz debe dimitir y formarse una gestora en el PSOE andaluz.

Ábalos argumentó que lo que hizo el lunes fue decir una «obviedad» en el marco de un «planteamiento general», cuando contestó a la misma pregunta que todos están a disposición de la organización y que su papel está subordinado al éxito de su proyecto político. Señaló que, a su juicio, es «de manual», al margen de susceptibilidades, que «entender el mensaje de los electores es plantearse una renovación del mensaje y de la propia organización».

A ese respecto, llamó a los socialistas andaluces a «reforzar el proyecto, integrando nuevas realidades, expectativas y demandas de la gente». Tras insistir en que lo que preocupa a la dirección federal no son las cuestiones internas sino la gobernabilidad de Andalucía y la gestión de los resultados electorales, Ábalos sostuvo que existe «una amenaza cierta a la calidad democrática en el interés de las derechas por formar un frente antisocialista».

Convencido de que el «PP y Cs no van a moderar a Vox» si llegan a un pacto los tres, sino que «más bien éste les radicalizará a ellos», Ábalos admitió que lo que más preocupa a la dirección del PSOE es la «desmovilización» de su electorado. «Lo que hay que preguntarse es por qué no hemos conseguido movilizar a un electorado de izquierdas para hacer frente a la ofensiva de la derecha», se plantean los socialistas.

A pesar de ello, recordó que el PSOE sigue siendo la primera fuerza en Andalucía y subrayó que corresponde a Díaz «liderar la solución». «Experiencia y conocimiento no le falta», apostilló.

La presidenta andaluza en funciones, por su parte, replicó a Ferraz que el PSOE de Andalucía no necesita ser regenerado, insistió en que no tiene intención de dimitir y señaló que solo se presentará a la investidura si consigue los apoyos necesarios.

La dirigente socialista, en una entrevista con la cadena SER, confirmó que buscará los apoyos que necesita en una ronda de diálogo con todos los partidos, salvo con Vox. Además, respondió a Ábalos, que el lunes llamó a regenerar la federación socialista andaluza, al sostener: «Se regenera aquello que está degenerado y yo lidero un partido decente, honesto y trabajador, que ha tenido la confianza de más de un millón de andaluces».

Sánchez, dispuesto a ayudar

La presidenta en funciones dijo que ha mantenido una conversación con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la que se mostró «muy cariñoso y dispuesto a ayudar» para encontrar una salida a esta difícil situación.

En las discrepancias surgidas el lunes entre Ferraz y el PSOE andaluz terció Verónica Pérez, secretaria de los socialistas sevillanos y mujer de confianza de Susana Díaz. «¿Cómo es posible que se pida la dimisión de quien gana unas elecciones y no se le pida responsabilidades a quien las pierde? ¿Doble vara de medir? El mundo al revés», afirmó en Twitter.

En la entrevista, Díaz defendió su responsabilidad de representar al millón de andaluces que han depositado la confianza en su partido para anunciar a continuación que tiene la intención de optar a la investidura si consigue los apoyos necesarios. Estos los buscará en los partidos constitucionalistas, previsiblemente en Ciudadanos, aunque para ello necesita que Adelante Andalucía se abstenga en la investidura, y se ha marcado como objetivo aislar a Vox. «Es un partido tóxico que está contra la Constitución, el Estatuto de Autonomía, es un partido xenófobo, racista y justifica la violencia contra la mujeres. No tengo nada que hablar con ellos», recalcó.