El Museo Ruso saca músculo con la sombra del Hermitage en ciernes

La hipotética llegada del Hermitage a Málaga tras aparcarse su proyecto en Barcelona sobrevoló la presentación, ayer, de la Fundación Amigos del Museo Estatal Ruso (Famer), una asociación que comenzó su andadura de forma oficial en el mes de junio para seguir tendiendo puentes entre España y Rusia. De esta manera, los responsables de la Colección de San Petersburgo, el rival ruso del gigante Hermitage, buscan sacar músculo y potenciar sus vínculos con la sociedad malagueña, establecidos desde el 2015.

FAMER nace con el objetivo de promover y establecer diálogos culturales y artísticos entre España y Rusia. A través de la Colección del Museo Ruso, centro de referencia de difusión de la cultura rusa en Europa, se está trabajando en poner en marcha un programa de actuaciones que promuevan las relaciones, conexiones y los diálogos culturales entre los dos países.

El objetivo es apoyar el conocimiento y difusión nacional e internacional, favoreciendo así su mejor integración en la sociedad malagueña, además de contribuir a mejorar las condiciones de accesibilidad al museo, tanto en su dimensión física como sensorial, y la atención especial a grupos en riesgo de exclusión social.

Para ello, durante el acto de presentación de ayer, se reivindicó el papel importante del público local, que está «cada día más vinculado al espacio de Tabacalera, siendo uno de los museos preferidos de los malagueños», según los responsables de la pinacoteca. Junto con el papel del ciudadano, también resalta la aportación del sector empresarial y los importantes beneficios que este intercambio cultural puede tener para la productividad y economía de Málaga.

Para canalizar estas acciones se ha creado la figura de Amigos de la Colección del Museo Ruso, como una asociación para promover acciones, compartiendo el arte y la cultura, además de impulsar actividades especiales.

«En nosotros tendrán un aliado de confianza y duradero», sentenció Vladímir Gusev, responsable de la Colección de San Petersburgo en una nada velada referencia a la hipotética llegada de la marca Hermitage a la Costa del Sol.