Díez Boscovich cumple el sueño del joven repetidor del Cervantes

El músico malagueño, director de la Larios Pop del Teatro del Soho-CaixaBank, estrena mañana la ópera cuya composición le encargó el Teatro de La Zarzuela, 'El caballero de Olmedo' 

El maestro Arturo Díez Boscovich

El maestro Arturo Díez Boscovich / Jesús Chacón

Víctor A. Gómez

Víctor A. Gómez

No es nada habitual que estos días un compositor español reciba el encargo de componer una ópera para un gran teatro. Pero como Arturo Díez Boscovich se ha abonado a lo extraordinario pues mañana mismo estrena 'El caballero de Olmedo', una ópera que comenzó como un guante lanzado por el Teatro de La Zarzuela (Madrid) y que el malagueño recogió, confiesa, «con cierta insensatez». No está nada mal para aquel joven que fue maestro repetidor en óperas del Teatro Cervantes que siempre deseó algo como esto pero que no se atrevió a formular siquiera como un sueño. 

Vayamos al principio del proyecto. Daniel Blanco, director de La Zarzuela, llevaba años queriendo llevar a escena y partitura la eterna pieza de Lope de Vega, un clásico del Siglo de Oro. Contaba con el apoyo de Lluís Pascual, conocer al dedillo de sus secretos al haberla puesto sobre las tablas en diversas ocasiones; le faltaba alguien para componer la música. Y ahí entró Díez Boscovich: «Escuchó mi música y le gustó mucho, la verdad. Me dijo que podría ser el compositor de una obra que tenía muchas ganas de hacer». 

Al músico malagueño hasta la fecha le conocemos, sobre todo, por su faceta como director de orquesta todoterreno, capaz de llevar a buen puerto zarzuelas, réquiems, exigentes concertos y musicales de Broadway, al frente de la Larios Pop del Soho, la agrupación musical levantada por Antonio Banderas para su teatro. Es su profesión y la ama, hasta tal punto de que, como dijo en una ocasión, pagaría por dirigir Turandot. Pero siempre, siempre ha compuesto, incluso marchas procesionales. Eso sí, nunca algo tan enorme y ambicioso como una ópera. «La dirección es una faceta mucho más social; la composición, al contrario, más solitaria, sufriente», asegura el autor, quien asegura que ambos lados terminan complementándose.

Experiencia

Han sido muchas madrugadas trabajando a destajo, escribiendo y borrando, componiendo y matizando. Muchas veces, tras pocas horas de descanso, le esperaban el podio, los músicos y los atriles para los compromisos cotidianos del Teatro del Soho-CaixaBank. Yasí unos cuantos meses. 

En realidad, Díez Boscovich no ha estado del todo solo a la hora de configurar 'El caballero de Olmedo'. Trabajar codo a codo con un imprescindible del teatro como Lluís Pascual, a quien conoció durante la etapa de Pascual como mano derecha de Banderas en los primeros pasos del Teatro del Soho-CaixaBank. La experiencia creativa ha sido, como podía prever, de lo más potente: «Es que los dos somos muy intensos [Risas]. Él ha puesto esta obra varias veces en escena y la verdad es que ha sido un aprendizaje. Es un maestro absoluto así que no he tenido más que hacerle caso», dice.

Imagen de uno de los ensayos generales de la ópera

Imagen de uno de los ensayos generales de la ópera / Elena del Real / Teatro de La Zarzuela

Amor, celos y tragicomedia aparecen en la conocida trama de El caballero de Olmedo, escrita por Lope de Vega a comienzos del siglo XVII. Pero, ¿a qué suena esta historia ahora, cinco siglos después, releída y llevada al papel pautado por Arturo Díez Boscovich para el Teatro de La Zarzuela? «Si tuviera que etiquetar mi estilo compositivo es música neotonal, es una música que creo que es rica armónicamente y de tonos más bien neorromáticos», define el malagueño. O sea, música para todo aquel que, incluso sin conocimientos operísticos, quiera sentarse en una butaca a dejarse conmover por una historia mecida por la música.

Estreno

A pocas horas de su estreno, Díez Boscovich está «más ilusionado todavía», especialmente «al ver la reacción de los cantantes y de todo el mundo» que ha presenciado los ensayos generales. Antonio Banderas acompañará a su amigo en la premiere: «Antonio ha escuchado algunos fragmentos y me dice que ha constatado lo que de alguna manera ya sabía, que soy un músico importante, serio, con un presente fantástico y un futuro espectacular. Me imagino que dice todo eso porque debe de quererme mucho». Y se ríe. El joven maestro repetidor en óperas del gran teatro de su tierra que sigue dentro de Arturo Díez Boscovich también.

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