Entrevista | Pilar Palomero Directora y guionista

«La meta es seguir haciendo el cine que quiero pero con el presupuesto que manejan mis compañeros»

Sus dos primeras películas, 'Las niñas' y 'La maternal', han convertido a la autora zaragozana en una de las voces imprescindibles de ese cine español que cada vez valora más a sus creadoras femeninas. El Festival de Málaga, que ya concedió su Biznaga de Oro a su debut, se acuerda de nuevo de ella con su Premio Málaga Talent-La Opinión de Málaga, el galardón con el que avala trayectorias aún cortas pero ya suficientemente aquilatadas

«Las directoras españolas tenemos un grupo de chat que no para: siempre hay enhorabuenas, dudas, consultas, compartir inquietudes, guiones, montajes...», asegura la realizadora

Pilar Palomero, en el Festival de Málaga

Pilar Palomero, en el Festival de Málaga / Festival de Málaga

Víctor A. Gómez

Víctor A. Gómez

Pilar Palomero (Zaragoza, 1980) dice estar «súper agradecida» al Festival de Málaga por acordarse de nuevo de ella con este Premio Málaga Talent-La Opinión de Málaga. «Me hace una ilusión tremenda. Málaga es un festival al que le tengo un cariño muy especial, así que saber que este año voy a volver y en estas circunstancias me hace muy feliz», nos cuenta. Charlamos con ella sobre su corta pero aquilatada trayectoria, su visión del cine, la generación de directoras españolas que están despuntando en el panorama audiovisual y sobre su próximo filme, 'Los destellos', con Antonio de la Torre y Patricia López-Arnáiz.  

¿Tiene algún recuerdo especial de aquella noche del 29 de agosto del 2020, la velada en la que recibió la Biznaga de Oro por 'Las niñas'?

Muchísimos... Fue todo muy extremo. Recuerdo que tres días antes de ir a presentar la película no estábamos seguros de si se iba a celebrar el Festival por todo el tema de la pandemia. Si ya hacer una película y estrenarla siempre es algo incierto, hacerlo en aquellas circunstancias, tras un confinamiento de tres meses, sin saber cuándo ni cómo volverían a abrir los cines... Recuerdo que a la ilusión del premio se sumaba la sensación de que iba a ayudar muchísimo a que la gente se animara a ver 'Las niñas'. Y así fue.

Elena Trapé, Carla Simón, Alauda Ruiz de Azúa, Laura Mañá, Gracia Querejeta, Estíbaliz Urresola y usted, entre otras. ¿Es cierto eso de que el Festival de Málaga tiene una sensibilidad especial hacia las directoras?

Creo que el Festival tiene una sensibilidad especial con el cine y siempre premia películas estimulantes. Lo que siento que tiene es un mimo maravilloso hacia ese cine español que necesita cariño y cuidado en su trayectoria. Yo, encantada de formar parte de ese grupo de mujeres y, por supuesto, feliz de que haya finalmente una diversidad de miradas y voces.

Esa generación de directoras que están destacando, que ganan premios, ¿se siguen, se admiran? ¿O es un invento de los periodistas a los que nos gusta crear etiquetas, movimientos y generaciones? 

Si somos un movimiento, generación o lo que sea esto lo dirá el tiempo; ojalá sea así, me haría una ilusión tremenda. Pero sí puedo decir ahora que no es ningún invento de la prensa, sí que tenemos muy buena relación entre nosotras. Tenemos un grupo de chat de directoras que empezó siendo pequeñito pero en el que están ahí ya todas las directoras del cine español, sin exagerar. Y es una alegría, es un grupo que nunca para: hay siempre enhorabuenas, felicidades, dudas, consultas, compartir inquietudes, guiones, montajes... Eso es real, existe. Y es muy importante que sea así porque el éxito de una favorece a las demás. Siempre lo repito: el éxito de las compañeras que me han precedido me ha favorecido y quiero creer que las cosas que me han salido bien a mí ayudan a las directoras que vienen detrás. 

Palomero, con la Biznaga de Oro por 'Las niñas'

Palomero, con la Biznaga de Oro por 'Las niñas' / La Opinión

Hay ocasiones en que las directoras destacan con una apuesta muy personal y, después, para seguir dirigiendo terminan embarcándose en proyectos de encargo, comedias, cosas, digamos, impersonales. Usted se ha obcecado en afrontar sólo proyectos personales.

Obviamente todos tenemos que trabajar y es súper legítimo hacer el proyecto que cada uno considere. También ocurre con nuestros compañeros directores, bastantes también alternan sus obras más autorales con otras que son encargos o propuestas. Yo me he obcecado en sacar adelante mis proyectos pero también he tenido la suerte de poder centrarme en ellos. Si financiar 'Las niñas' fue un trabajo de muchísimos años con 'La maternal' fue todo mucho más fluido, pero soy consciente de que no siempre va a ocurrir así. Y luego está la manera de enfocar los proyectos, porque no se puede generarlizar: se puede hacer propio un encargo.

¿Es lo que ha ocurrido con 'Los destellos', su próxima película?

Partió de una propuesta de Fernando Bovaira [productor de, entre otros, Alejandro Amenábar], ni siquiera fue un encargo. Me propuso que leyera el relato de Eider Rodríguez y me fascinó. Si no hubiera habido esa fascinación no la habría hecho. Pero terminé llevándome la historia a mi pueblo, a trabajar con gente que conozco... Es la forma en la que creo que puedo dar lo mejor de mí misma. 

Algunos observadores de la cosa cinematográfica aseguran que las películas dirigidas por mujeres pueden quedar reducidas a clichés, que sus historias y miradas son quizás demasiado parecidas entre sí. ¿Desaparecerá el sesgo de género cuando en España surja una realizadora como Kathryn Bigelow, autora de thrillers contundentes en Hollywood, por ejemplo? 

Es un debate largo... No creo que exista la mirada femenina. Cada una hace las películas que quiere hacer y seguro que habrá directoras a las que les apetezca hacer películas de acción y tal, pero no creo que se supere el sesgo de género en el cine español el día que una mujer haga un thriller súper exitoso. El éxito está en que hagamos las películas que queramos, de la manera en que queremos hacerlas, con los presupuestos que merecemos, con los tiempos que merecemos... A mí, por ejemplo, me gustaría seguir haciendo las películas que hago pero con el presupuesto que manejan mis compañeros directores. Para mí ése es el objetivo a conseguir. 

El éxito de una favorece al de las demás. El éxito de las que me han precedido me ha favorecido y el mío favorece a las que vienen»

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Por lo que se sabe de 'Los destellos' se zafa de algunas constantes de sus películas anteriores. Adapta una historia ajena, abandona el territorio de la mujer niña y adolescente por el análisis de la pareja, pasa de trabajar con actores profesionales y no profesionales a grandísimos como Patricia López Arnáiz y Antonio de la Torre. ¿Era una fuga necesaria?

Aunque la historia original no sea mía, y la trama es muy fiel al relato, no he sentido gran diferencia al escribirla respecto al proceso de 'Las niñas' y 'La maternal'. Sí que me apetecía mucho probar nuevas maneras de narrar porque cada historia necesita su propio lenguaje. 

¿Cómo fue el trabajo con los protagonistas? Para mí son los mejores actores españoles en activo. 

Son dos bestias salvajes. Lo dan todo, ha sido una maravilla verlos trabajar. He usado con ellos muchos recursos que habíamos empleado en Las niñas o La maternal, como en lugar de ensayos hacer unas convivencias previas, dar bastante pie a las improvisaciones... Los personajes los hemos construido inspirados en ellos mismos, hay cosas reales de sus vidas que hemos incorporado a la propia historia. Ha sido muy generoso por su parte y espero que los espectadores lo valoren.  

Y luego está su pueblo, Horta de Sant Joan, en Tarragona. 

He rodado muchos cortometrajes en mi pueblo. En realidad, todo lo he rodado allí menos Las niñas y La maternal. Escribí el guión de Los destellos pensando en las localizaciones que conocía, no las tuve que buscar. Esa cosa de conocer el lugar y las personas creo que me permitía explorar a un nivel más profundo la historia, como si hubiera una primera capa ya superada y pudiera ir más adentro de la historia gracias a eso. Ojalá también se sienta como un homenaje a este lugar, tan importante para mí y tan inspirador. Por cierto, que Picasso vivió allí dos temporadas. «Todo lo que aprendí lo aprendí en Horta», dijo. Ya ve que sigue mi conexión con Málaga.

¿Recuerda cuándo decidió ser cineasta?

Ser cineasta no es poder vivir de las películas sino que es tu posicionamiento frente al acto cinematográfico. Cuando hacía películas con mi móvil, y prácticamente yo sola, sin presupuesto, yo ya era cineasta. Aunque parezca algo excesivamente romántico o idealizado fue muy importante valorarme como cineasta para sentirme como tal. No hubo un momento clave pero fue decisivo el proceso de levantar Las niñas, cuando nos presentábamos a todas las convocatorias habidas y por haber y todo eran noes. Hubo momentos de bajón, claro, pero lejos de hundirme todo aquello me llevó a sentirme cineasta, a decirme a mí misma: «Voy a seguir luchando hasta el final. No voy a permitir que un comité que valora aspectos que yo desconozco me diga si esta película merece o no ser hecha». 

Mi pueblo, Horta de Sant Joan, es muy inspirador. Aquí vivió Picasso dos temporadas y dijo: Todo lo que aprendí lo aprendí en Horta»

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No sabía que estudió cine con Béla Tarr. 

Sí, me fui a Sarajevo [donde Tarr tenía una escuela de cine] con 32 años y con 25 directores de todo el mundo formamos un colectivo, District 7, en el que seguimos trabajando. 

¿Qué fue lo que más aprendió de él?

Béla me aportó el confiar en mi propia voz, mi propia visión. Todo está contado, todo está hecho, lo único que podemos aportar como cineastas es nuestra forma de verlo, contarlo y transmitirlo. 

¿Ha visto sus películas?

Béla está pendiente de lo que hacemos en District 7. Él está orgulloso de mis películas, porque siento que estoy en ellas, me ve, me siente en ellas. Él está orgulloso de que hagamos películas, no lo estaría menos si Las niñas la hubiera rodado con el móvil y no hubiera estado en los Goya.  

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