El Alimentario, sencillez compleja

La historia de Jaime Tejedor es una historia de emprendimiento, valentía y trabajo, mucho trabajo. Todo comienza en el año 1999, cuando decide trasladar su vida a Inglaterra con la certeza de convertirse en profesor de inglés. Pero, como todos los migrantes que comienzan en un nuevo país, encontrar trabajo no siempre es fácil, y para ganar sus primeros sueldos comenzó a trabajar de ‘kitchen porter’ fregando ollas en un hotel en medio de la nada.

Sin embargo, fue en este hotel donde le dieron su primera oportunidad para aprender a cocinar. Así fue como conoció al primer amor de su vida: la hostelería. Sin saber si quiera freír un huevo, se dio cuenta de lo feliz que era en el negocio de servir al cliente.

Para entonces, Jaime volvió a España con nuevos sueños por cumplir y estudia cocina en Barcelona durante tres años. Hizo prácticas en diferentes restaurantes, donde aprendió de grandes profesionales. Pero fue el restaurante Sauc el que realmente marcó un antes y un después en su carrera profesional. Comenzó allí una nueva ronda de prácticas y se mantuvo siete años. En él, consiguieron una estrella Michelin y con tan solo 24 años ya era jefe de cocina.

El ADN gastronómico que define la cocina de Jaime proviene de Sauc, de su raíz francesa potente y arraigada. Fue entonces cuando decidió abrir su propio restaurante junto a otros socios con el nombre de Liventia. Se alzarían en 2010 con el premio a Restaurante Revelación en Madrid Fusión.

Tras otro breve paso por Inglaterra, Jaime recaló en la Costa del Sol, donde conoció a su pareja, el otro amor de su vida, quien vivía en Benajarafe. Y fue este amor el que consiguió traerlo de vuelta y asentarlo en Málaga, concretamente en Torre del Mar, lugar en el que descubrió su actual local y abrió El Alimentario.

El restaurante propone una propuesta de alta cocina de autor englobada en una tasca, consiguiendo que sea asequible para todo tipo de bolsillos. «Siempre intentamos hacerlo lo mejor posible desde la humildad, respetando el producto y sin artificios. Una sencillez compleja, donde desde lo simple se desgranan capas de sabor», explica Jaime.

Con tan solo un año y medio desde su apertura, el restaurante ya ha conseguido su primera recomendación de la Guía Repsol y pertenecer a la guía Macarfi. Pero para Jaime, lo más importante es que «la gente venga, se lo pasé bien, coma, ría, beba y se lleve un buen recuerdo de lo que hacemos».

En cuanto a su carta, está basada en el producto de temporada y dispone siempre de algunas sugerencias. Cuentan con un menú degustación por 38 euros, con cinco pases, cuatro salados y uno dulce, bebidas aparte. Este restaurante invita a que el comensal se deje llevar en las manos del equipo de cocina y que ellos sean los responsables de ir guiándole hacia su mundo, su juego y su ADN.

En carta destacan recetas como la croqueta de carne asada, elaborada con tres tipos de carne (pollo, cerdo y ternera), mostaza en grano en el interior y una mayonesa ligera de mostaza de Dijon, rebozada con panko; su tartar de atún rojo, huevas de arenque, pan de picatoste y ajoblanco; o el cogollo César, elaborado con salsa César, pan de picatoste, anchoa 00 y alitas de pollo, previamente confitadas, deshuesadas y terminadas por la parte de la piel. También se pueden encontrar pescados como la lubina soasada con trigo tierno y espinacas y carnes como la terrina de cordero confitado, berenjena quemada y yogur. En la nota dulce proponen elaboraciones tan diferentes como el flan de leche condensada con helado de almendra, el pan con chocolate, aceite y sal o un lemon pie que elaboran de una forma muy especial con helado de limón en su interior.

En poco tiempo, El Alimentario se ha convertido en uno de los grandes referentes gastronómicos de Torre de Mar. «Estamos muy orgullosos de haber creado un concepto diferente en una zona a la que tienes que venir expresamente para conocernos», comenta Jaime. Ahora, su único objetivo es seguir creciendo y, probablemente, con el tiempo, abrir un restaurante gastronómico.