Apuntes de precampaña

El PP se enfrenta a la tradición del número 2 de la lista

Margarita del Cid, Patricia Navarro, Paco de la Torre y Francisco Salado, durante la última edición de la feria de turismo Fitur celebrada en Madrid.

Margarita del Cid, Patricia Navarro, Paco de la Torre y Francisco Salado, durante la última edición de la feria de turismo Fitur celebrada en Madrid. / L. O.

Cristóbal G. Montilla

Cristóbal G. Montilla

Estas últimas semanas, el alcalde de Málaga, Paco de la Torre, ha venido frenando en seco todas las preguntas que le piden detalles sobre la candidatura con la que afrontará el 28 de mayo su sexto asalto consecutivo a la reelección. En verdad, casi todos los ojos están puestos en quién ocuparía el número 2. Sobre todo, por lo que pueda desvelar en relación a una hipotética sucesión del regidor. A estas alturas, la capacidad del político octogenario para completar -si es reelegido- una legislatura más no ofrece las dudas de otras ocasiones en las que, paradójicamente, era más joven. Había un ruido interno a su alrededor que ahora no destila tantos decibelios. Sin embargo, es una cuestión que siempre estará ahí. Y, a su vez, está ligada a cierta tradición del PP que acostumbra a situar en ese segundo puesto a su máximo dirigente provincial para postularlo a la presidencia de la Diputación.

La candidatura capitalina

Se habla de la actual portavoz del PP, Elisa Pérez de Siles, como lógico número 2 en una lista malagueña que no le daría ese lugar a un fichaje, como sucedió en 2019 con Susana Carillo. No obstante, es inevitable lo de no perder de vista a la actual presidenta provincial del PP, Patricia Navarro. Sus dos últimos antecesores en el cargo, tanto Joaquín Ramírez como Elías Bendodo, ya secundaron a De la Torre en las elecciones municipales de 2003 y 2015, respectivamente. Y aquello derivó en ambos casos en patentes roces con el regidor. Ramírez no llegó a ser el presidente de la Diputación porque la ganó el PSOE y De la Torre no le permitió empoderarse en la Casona del Parque. Y Bendodo sí fue presidente en calle Pacífico pero sus aspiraciones para suceder al alcalde quedaron de manifiesto. Es un secreto a voces que a De la Torre no le agradaría la presencia de Navarro en su lista como número 2. Cuando en torno al Día del Libro -en la frontera del 23 de abril- sea registrada la candidatura popular en Málaga capital, se verá si esta tradición del PP ha sido rota o, en cambio, se ha conservado. A estas alturas cunde la sensación de que De la Torre no va a ser sometido a nuevos malos ratos internos, aunque en el proceloso océano de la política nunca se sabe.

La portavoz del PP de Málaga, Elisa Pérez de Siles, en rueda de prensa este domingo.

La portavoz del PP de Málaga, Elisa Pérez de Siles, en rueda de prensa. / L. O.

La presidencia de la Diputación

Las elecciones municipales conllevarán, como de costumbre, un nuevo reparto del poder en la Diputación. Es más, el PP trabaja en una estrategia encaminada a revalidar el gobierno de esta institución con la mayoría absoluta que ahora no tiene, ya que está necesitando el apoyo del tránsfuga Juan Cassá. Si los populares alcanzan nuevamente la presidencia del ente provincial y el elegido vuelve a ser el también regidor y candidato a la alcaldía en Rincón de la Victoria, Francisco Salado, se trataría de la tercera legislatura consecutiva en la que él -que está dispuesto a repetir- tiene el despacho de la calle Pacífico. Eso sí, a la primera de ellas llegó en las postrimerías cuando Elías Bendodo dejó la Diputación para dedicarse al Gobierno andaluz del cambio. Otra posibilidad es que el PP rompa el techo de cristal de la institución y elija, para ello, a una mujer. Aquí es dónde se vuelve a la pretensión de este cargo que tuvieron los anteriores presidentes del partido y aflora el nombre de Patricia Navarro. Otra posibilidad es que sea la alcaldesa de Torremolinos, Margarita del Cid, aunque tendría que compaginarlo -como ahora Salado- con la alcaldía de una ciudad y ese es otro debate interno que está abierto. También está sonando el nombre de Natacha Rivas, candidata en Algarrobo que ha ido ganando poder en el actual gobierno provincial.

Patricia Navarro, delegada del Gobierno andaluz en Málaga, durante la entrevista a Europa Press

Patricia Navarro, delegada del Gobierno andaluz en Málaga,. / EUROPA PRESS/ALEX ZEA

El contrapeso de la Junta

Otra cuestión a tener en cuenta es que, a diferencia de otras convocatorias electorales municipales como las anteriormente citadas de 2003 o 2015, el PP cuenta con el Gobierno de la Junta de Andalucía. Y, en esta ocasión, lo hace encima con la holgada batería de cargos que le ofrecen la mayoría absoluta y la inexistencia de un pacto como el que se dio en 2019, cuando precisó para formar el ejecutivo autonómico una coalición con Ciudadanos y el apoyo parlamentario de Vox. El PP hace y deshace ahora en el Gobierno andaluz sin límites. Y esto ha repercutido en la puesta en marcha de nuevas fórmulas, vinculadas a la dedicación institucional de quienes ostentan el poder orgánico del partido en los distintos territorios andaluces. De ahí que algunos de los presidentes provinciales de la formación sean también quienes ocupan el cargo de delegado de la Junta de Andalucía en su provincia. Sucede, por ejemplo, con Adolfo Molina en Córdoba, con Ricardo Sánchez en Sevilla o con Patricia Navarro en Málaga. Ahí es dónde entraría el legado del refranero con la frase hecha de que ‘no vas a desvestir un santo para vestir otro’. Sobre todo, cuando sólo han transcurrido siete meses desde que estos delegados provinciales del Gobierno andaluz fueron nombrados. En el caso de Málaga, en cuanto se le plantea otra posibilidad sobre su futuro político, es la propia Patricia Navarro quien reitera lo contenta y entregada que está en su actual misión como delegada en la sede del ejecutivo autonómico de la céntrica Alameda Principal. Que, por otro lado, es lo que le toca decir cuándo se le pregunta por su situación y su presencia habitual en las quinielas más variadas. Sin ir más lejos, la rumorología llegó a situarla como consejera de Turismo, pero el elegido fue Arturo Bernal y ella continuó como delegada de la Junta de Andalucía. Además, justo después de su nuevo nombramiento, se produjo su ‘coronación’ como primera mujer que preside el PP malagueño y heredó el cargo de Elías Bendodo.

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