Apuntes de precampaña

El PP cocinó con ex ‘alcaldables’ de CS y PMP su ‘confluencia’ en Benalmádena

El número 1 ‘popular’ Juan Antonio Lara ha integrado en su candidatura al actual grupo municipal de Cs y al equipo del que fuera el ‘alcaldable’ de Por Mi Pueblo, José Antonio Serrano

Juan Antonio Lara y Enrique Moya, junto a José Antonio Serrano en un acto del PP.  | L. O.

Juan Antonio Lara y Enrique Moya, junto a José Antonio Serrano en un acto del PP. | L. O. / Cristóbal G. Montilla

Cristóbal G. Montilla

Cristóbal G. Montilla

El paso del tiempo arroja llamativos cambios de perspectiva en la política. Cuatro años después de haberse disputado el electorado de centro-derecha, los candidatos a la alcaldía en 2019 del PP, Ciudadanos y Por Mi Pueblo (PMP) han cocinado un amplio espacio de ‘centro-derecha’ para la lista ‘popular’ de las elecciones municipales en Benalmádena. Al estilo de las alianzas que se dan a la izquierda del PSOE y con la agresiva estrategia del PP de fondo, se han puesto de acuerdo para ensanchar este segmento dentro de una misma candidatura con vistas al 28M y la derrota del regidor socialista Víctor Navas como causa común. Este movimiento tiene como antecedente otro similar realizado hace tres lustros por el actual presidente del PP local Enrique Moya, que repercutió con una subida de concejales para los populares en 2011.

Lista integradora

Ahora, el número 1 ‘popular’ Juan Antonio Lara ha integrado en su candidatura tanto al actual grupo municipal del partido liberal como al equipo del que fuera el ‘alcaldable’ de la formación municipalista, José Antonio Serrano, quien ha vuelto a un PP local en el que ya fue el número 2 a nivel orgánico antes de pertenecer a Cs y Por Mi Pueblo. Esta especie de ‘confluencia’ en el espacio de centro-derecha ha implicado también la incorporación a la lista como independientes de concejales que integran el grupo municipal de Cs o de fichajes como el del número 5, Áurea Peralta,  responsable de relaciones Institucionales y RSC en Cudeca. No obstante, esta operación a varias bandas no ha supuesto el  regreso a la política del exlíder de Ciudadanos Juan Antonio Vargas, quien se ha limitado a negociar la llegada al PP de los que fueron sus compañeros de formación. Serrano tampoco está entre los 25 candidatos. Eso sí, los ediles de Cs María Luisa Robles (número 7) y José Antonio Alcaide (21) aparecen en la lista. Pero no pasa lo mismo con la edil naranja Ana María Quelcutti, que apoya la candidatura del PP pero no forma parte de ella por motivos personales.

Apuesta fuerte

Benalmádena es una de las plazas costasoleñas en las que el PP tratará de arrebatarle al PSOE una de las contadas alcaldías que conserva en ciudades malagueñas de más de 20.000 habitantes. A día de hoy, ha desvelado en este municipio la apuesta más fuerte contra un alcalde socialista para el 28M. De momento, no ha enseñado con tanta contundencia sus cartas en las otras tres poblaciones grandes que están bajo el dominio de su contrincante: Vélez Malaga, Mijas y Cártama. La incorporación del grupo municipal de Cs y de los afines del que fuera candidato de Por Mi Pueblo está encaminada a acaparar el electorado de centro-derecha para desbancar a Víctor Navas. El regidor socialista ganó en 2019 las elecciones municipales con 11 concejales que le han permitido gobernar con el apoyo de otros dos ediles de Izquierda Unida. El PP cosechó siete ediles y Ciudadanos otros tres. Sumaron diez que, incluso unidos a los dos de Vox, no daban para los 13 de la mayoría absoluta. La lista de Por Mi Pueblo liderada por Serrano no obtuvo representación, aunque cosechó más de un millar de votos y un nada despreciable 4,89 por ciento que lo dejó en puertas del concejal. Invertir a favor del bloque de centro derecha la tarta municipal, de modo que deje por debajo de los 13 ediles a la suma del PSOE y la izquierda, es el objetivo que mueve la operación llevada a cabo por el PP con esta candidatura integradora. Además de las aspiraciones a la reelección que exhibe Navas y de la alianza cocinada por el PP, el 28M también habrá papeletas en el municipio de la confluencia de izquierda liderada por IU y Podemos, con Pablo Centella al frente; de Vox, que tiene como candidato al economista Joaquín Amann; o de Por Mi Pueblo, con el empresario del sector de la automoción y activista social Alberto P. Criado como nuevo cabeza de lista. También entran en liza otras formaciones independientes como Somos Benalmádena, con Ana Macías como candidata, y Contigo Benalmádena, con el ex de Cs Bernardo Jiménez. En cambio, Cs no se presentaría en esta ocasión y se ha quedado sin margen para armar una lista después del reciente éxodo al PP de sus ediles.

Malestar en otras fuerzas

Los cambios de una formación a otra que se han producido evidencian la competencia existente en Benalmádena. Por Mi Pueblo anunció a su nuevo secretario local a principios de febrero y, días después, Juan Antonio Lara y Enrique Moya presentaron el retorno al PP de José Antonio Serrano y su equipo. A juicio del candidato de Por Mi Pueblo para el 28-M, Alberto P. Criado, la lista ‘popular’ «da muestras de una total falta de escrúpulos y quiere tapar la división interna que hay en el PP local». Por otro lado, la absorción del grupo municipal de Cs ha sido aireada esta semana con las consiguientes críticas de la dirección provincial del partido naranja. Tras conocer la noticia, Ciudadanos Málaga desautorizó el acuerdo. El coordinador del partido naranja en la provincia, José María Real, negó que exista un pacto entre ambos partidos, y acusó al PP de «comprar voluntades» y de «practicar su habitual juego sucio». «Los estatutos del partido contemplan la expulsión inmediata de todo afiliado que concurra bajo otras formaciones políticas», agregó indignado el líder de Cs Málaga. Real llegó a decir que el juego sucio «está en el ADN» de los populares. «Así entendemos el motivo del abandono del PP del pacto anti transfuguismo, cree que estas prácticas son beneficiosas, y que no les pasarán factura electoral cuando en algún momento esto tendrá serias consecuencias», apuntó. A juicio del dirigente de Ciudadanos, «los electores no se merecen esta forma de actuar en política». «Es un desprecio a los votantes», recalcó en un capítulo más del vigente choque con el PP de los ‘últimos mohicanos’ que resisten en la fuerza liberal.

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